Inicio Noticias & Blog Semáforo nutricional Nutriscore: 5 Problemas de criterio del nuevo etiquetado frontal

Semáforo nutricional Nutriscore: 5 Problemas de criterio del nuevo etiquetado frontal

nutriscore problemas y errores en el etiquetado de alimentos

El pasado 12 de noviembre la Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social María Luisa Carcedo anunció una nueva iniciativa para reforzar la Estrategia Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (Naos). Esta iniciativa es el llamado semáforo nutricional (el código Nutriscore). También se quiere limitar la publicidad de alimentos poco saludables dirigidos a menores y desarrollar una Ley de Seguridad Alimentaria para prohibir lo no saludable en los centros escolares.

Qué es el Nutriscore

La iniciativa del Nutriscore es un nuevo modelo de etiquetado frontal que mediante un código de colores tiene que facilitar al consumidor una información que servirá de referencia de calidad nutricional de los alimentos y bebidas siguiendo las recomendaciones de diversas sociedades científicas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea. Según la ministra “Esta información permitirá que la ciudadanía pueda comparar con otros productos semejantes de forma sencilla y tomar una decisión informada y motivada para seguir una dieta más saludable”.

Aunque a día de hoy no es un etiquetado definitivo ni obligatorio, solo tenemos el anuncio por parte del gobierno de que apoya esta medida.

Esta herramienta es un etiquetado que solo se va a aplicar a productos procesados y que pretende, de manera muy sencilla, decirnos lo saludable que es un alimento. Es un código muy visual que se coloca de forma frontal en los envases, con colores que son fácilmente identificables y que aspira a ayudar al consumidor a elegir, ya que este modelo se ha hecho debido a que era una demanda por parte de los consumidores ya que tanto el listado de ingredientes como la tabla nutricional pueden ser difíciles de comprender.

Consiste en un gráfico de cinco colores y cinco letras que valoran la calidad nutricional de los productos procesados según su contenido en grasas saturadas, sal, fibras y calorías. Las letras van de la A (mejor nota) a la E (peor nota) y los colores van del verde (bueno) al rojo (malo) pasando por el verde flojo, el amarillo y el naranja.

Cómo se decide qué valoración se le da a cada alimento

Para situar cada producto con una puntuación o color, el sistema distribuye puntos en función de la composición nutricional por cada 100 gramos del producto.

Se valoran diferentes elementos en que unos suman y otros restan:

  • Las calorías, el azúcar, la sal y las grasas saturadas son consideradas desfavorables y penalizan.
  • Las proteínas, las fibras y el porcentaje de frutas, verduras y leguminosas son favorables y dan más puntuación.

A continuación, se usa un algoritmo en el que se tiene en cuenta la proporción de cada ingrediente por cada 100 gramos de producto y se le proporciona una nota a dicho producto. El resultado es que los productos con muchas grasas y pocas fibras estarán situados en el rojo o el naranja, mientras que los productos basados en cereales y con pocos azúcares los encontraremos en los tonos verdes.

Qué problemas podemos encontrar con Nutriscore

Un problema que nos podemos encontrar es que los criterios que utiliza Nutriscore para decirnos si un alimento es saludable (A) o poco saludable (E) no son los mejores criterios. Esto es debido a que estos criterios cogen errores de base, es decir, por un lado, estamos evaluando calóricamente los alimentos y este no tiene que ser un buen criterio dado que estamos asumiendo que un alimento poco calórico va a ser saludable y que uno calórico va a ser poco saludable. Esto es un error porque por ejemplo el uso de aceites vegetales o de frutos secos puede ser penalizado ya que son altamente calóricos.

A su vez, otro error que encontramos es que se toman de partida valores de nutrientes de referencia que están bastante anticuados, es decir, se nos muestra que hay que tomar una cantidad exacta de hidratos de carbono o de azúcar al día. De este modo le estamos dando a entender al consumidor que el azúcar es necesario y no deberíamos tener un porcentaje de “una cantidad diaria recomendada” en el azúcar al igual que le estamos dando un porcentaje a las vitaminas porque podemos llegar a pensarnos que la vitamina C hay que cubrirla durante el día y que por lo tanto también tenemos que cubrir el azúcar cuando la cantidad que estamos hablando del azúcar es el que como mucho deberíamos tomar a lo largo del día. No hay que tomar necesariamente azúcar durante el día, es más, ¡si tomamos menos azúcar mucho mejor!

En cuanto al azúcar, encontramos otro problema, Nutriscore no distingue qué cantidad de azúcar es añadido y qué cantidad es propia del alimento y no es lo mismo el azúcar añadido que el azúcar naturalmente presente en un alimento que se libera del propio alimento. Al no distinguirlo se pone en el mismo nivel el azúcar blanco que se añade a un alimento y el azúcar que se libera, como puede ser el de un zumo de fruta, y el azúcar que hay intrínseco que está en frutas, verduras y hortalizas. Aunque en los alimentos procesados la gran mayoría de azúcares que encontramos son azúcares añadidos, no es así en todos y se está penalizando injustamente procesados saludables que podrían tener azúcar propiamente presente en esas materias primas de origen.

Otro de los problemas de los criterios que utiliza Nutriscore es el de la grasa total. Se penaliza la grasa saturada independientemente de que sea una grasa saturada saludable y por ejemplo no ponen en la ecuación las grasas trans, es decir, las grasas hidrogenadas y las grasas parcialmente hidrogenadas en las que hay una gran evidencia de que son perjudiciales para la salud, es decir, no es justificable que se tenga en cuenta la grasa saturada para que penalice cuando las hay saludables y en cambio las trans de los alimentos ultraprocesados que siempre son perjudiciales no se estén teniendo en cuenta dentro de esta valoración.

También encontramos productos saludables que salen perjudicados con el Nutriscore como serían el salmorejo o la tortilla de patatas. entre otros. En cambio, hay productos que salen beneficiados ya que no tienen azúcares añadidos como serían los refrescos light o cero, que son edulcorados, pero al no tener calorías, ni grasas, ni azúcares, etcétera sacan muy buena nota.

En definitiva, el Nutriscore nos puede ser de ayuda para comparar productos dentro de la misma categoría de alimento, pero no hay que olvidar que, aunque el producto tenga el Nutriscore seguirá teniendo la tabla nutricional y el listado de ingredientes.


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