En plenos Mundiales de Doha una noticia ha sacudido con fuerza al mundo del atletismo la mañana de este martes. Alberto Salazar, el que fuera entrenador de Mo Farah durante buena parte de su carrera (inclusive unos brillantes Juegos de Londres 2012), ha sido sancionado por la USADA (Agencia Antidopaje de Estados Unidos) cuatro años por su relación con el dopaje.
Golpe duro para el atletismo
Salazar es el entrenador responsable del prestigioso Nike Oregon Project y actualmente dirige a estrellas consagradas del atletismo como Sifan Hassan (oro en Doha en el 5.000), Clayton Murphy y Donavan Brazier (rivales de Adri Ben en la final del 800) o al fondista Yomif Kejelcha. Sin duda, un terremoto tremendo como decíamos para la familia del atletismo a pesar de que la USADA había abierto expediente contra él y contra el Doctor Jeffrey Brown hacía dos años. Desde este momento, además, cualquier atleta que siga dirigido por Salazar pasará automáticamente también a ser sancionado.
Es un golpe duro no solo para el nombre del atletismo en general y del estadounidense en particular, sino también para el gigante de las zapatillas y la ropa deportiva Nike, muy ligada a ese Nike Oregon Project que tenía en Salazar a su cabeza visible. La agencia considera probado que Salazar y Brown cometieron tres infracciones contra el Código Mundial Antidopaje: uso de métodos prohibidos (administración por vía intravenosa de carnitina superando los límites permitidos), manipulación e intento de manipulación en controles antidopaje y tráfico de testosterona por su implicación en un experimento que trataba de comprobar cuánto tarda el anabolizante en ser invisible en los controles.
Aún así, Nike ha anunciado que apoyará a Salazar en el previsible recurso que presente ante el TAS al no estar involucrado ni acusado ninguno de sus atletas estrella.
