¿Interés Deportivo o conveniencia económica? Esta es la primera gran reflexión que me vino a la cabeza tras conocer el fichaje de Chris Froome por el Israel Cycling Academy.
El mejor vueltomano de la última década y uno de los grandes dominadores de la historia del ciclismo cambia de aires. Froome abandona la capitania del Ineos para empezar una nueva aventura en las tumultuosas aguas del Israel Cycling Academy.
Me gustaría apuntar, como lo hace la nota de prensa oficial, que el británico se baja del autobús del equipo tras un mutuo acuerdo entre las dos partes, sin embargo, creo que estaría mintiéndome a mí mismo y a los lectores si no reflejara al menos la percepción de que Brailsford echa a Froome del equipo.
Demasiado gallo en el mismo gallinero y es que el tridente de oro formado por Bernal, Froome y Thomas no debe ser fácil de gestionar.
Tal y como apunté en anteriores ocasiones era un secreto a voces que Froome abandonaría Ineos. Tres factores han sido los detonantes de esta sorprendente decisión.
La irrupción de Bernal, la terrible lesión de Froome y la muerte de Nicolas Portal. Froome había perdido liderazgo y se empezaba a sentir como un gran invitado en casa ajena.
En lo que a gestión económica se refiere no me cabe ninguna de duda de que Froome se ha movido correctamente. A sus 35 años buscaba el último gran contrato, y aunque no se han dado a conocer las condiciones exactas del acuerdo, es evidente que pocos equipos estaban en condiciones de asumir una nómina de estas características.
Además, el proyecto israelí es prácticamente el único del World Tour que quiere seguir creciendo. El resto se conforma con mantenerse entre la élite.
Gran culpa de todo ello la tiene Sylvain Adams, copropietario del equipo y uno de los hombres más ricos de todo el país.
Sin ir más lejos, la conocida revista Forbes, estima a Marcel Adams, padre de Sylvain, un patrimonio de más de 1600 millones de dólares.
Con esta cartera no se hace extraño pensar que el equipo se reforzará con otros fichajes de renombre. Adams ya declaró su compromiso de construir un equipo de apoyo para Chris en vistas al Tour de Francia.
Precisamente no me extrañaría nada la llegada de Richie Porte. El australiano acaba contrato con Trek a finales de este año y no se me ocurre un mejor gregario de lujo.
Una situación perfecta para que Froome se vuelva a juntar con un gran amigo y fiel escudero en sus primeros 2 Tours.
A día de hoy el equipo que queda para 2021 es bastante flojo. Más allá de Dan Martin o Ben Hermans pocos corredores estarían en condiciones de arropar a Froome en un final montañoso. Si Froome quiere tener un nivel competitivo sabe que tienen que rodearse de los mejores compañeros. Bardet o los hermanos Yates son otros corredores que tampoco han renovado con sus respectivos equipos.
En lo que a interés y pretensiones deportivas se refiere, sinceramente me extrañaría mucho ver a Froome ganar un Tour de Francia fuera de la estructura Ineos.
Por un lado, por la inexperiencia del conjunto de oriente próximo y por el otro por la llegada de grandes nombres como Bernal o Pogacar.
Aunque me encantaría que Froome se alzara con su quinta corona, se me antoja complicado que cumplidos los 36 esté en condiciones de aventajar al esloveno y al colombiano.
Bernal sigue siendo joven pero el nivel mostrado el año pasado, poco tiene que envidiar a la mejor versión de Froome. Egan lo tiene todo para dominar el ciclismo en los próximos años y era lógico que Brailsford apostara por un ciclista que todavía no ha cumplido los 24 años.
Resulta imposible anticipar lo que terminará sucediendo, pero de lo que podemos estar seguros es de que Froome encuentra en Israel lo que tanto buscaba. El estatus de líder único que le permite preparase, planificar y correr a su gusto.