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Por la vía rápida

En el año 2007 Abdelah Naboaui dejó su Lahouza (Marruecos) natal para venirse a buscar un porvenir y futuro mejor para él y su familia.

Un año más tarde, tras trabajar muy duramente en oficios donde el sacrificio físico es más que evidente (albañil, maderero y peón forestal), Abdelah logró la estabilidad y sustentos necesarios para traerse a su familia a la pequeña localidad de A Estrada, situada en la provincia de Pontevedra (Galicia).

Junto a su mujer y sus tres hijos llegaba a España en el año 2008 El Mehdi el Nabaoui, el menor de la familia, que en el momento de hacer la maleta y desembarcar en España contaba con apenas 6 años de edad. Abdelah no se imaginaba por aquel entonces que, aquel pequeño y menudo chico al que le apasionaba el mundo del fútbol sería, años más tarde, una de las mayores promesas del atletismo nacional.

Mehdi llegó al atletismo de casualidad, acompañó a su hermano mayor a uno de los entrenamientos del club local, el San Paio en el extinto estadio de a Baiuca. Mientras esperaba que Abdelali terminase su sesión de trabajo, el pequeño Mehdi se divertía correteando detrás de una pelota que había traído para hacer tiempo. Un pelotazo, y a correr.

En esas carreras algo llamó mi atención, se desplazaba con una manera que no era propia de un aprendiz de futbolista, se movía como un atleta, su plasticidad y la facilidad que trasmitía su zancada me cautivó y hablé con él y con su familia para convencerle de probar suerte en el atletismo.

Acordamos compaginar ambos deportes, y con solo dos entrenamientos a la semana Mehdi ganó todo lo que disputó en la comunidad autónoma de Galicia en su primer año con ficha de atleta.

Era infantil de primer año.

En el año 2014, presionado por el club de fútbol que le exigía decantarse por un deporte u otro, abandona el fútbol y se enrola al 100% en el atletismo. Comienza desde entonces un idilio con el deporte rey que lo lleva a acumular infinidad de títulos tanto autonómicos como nacionales. En el Cross se mueve como pez en el agua, sus largas piernas y sus fuertes tendones se adaptan a cualquier tipo de terreno: barro, hierba, cuestas o bajadas, Mehdi parece que flota.

Desde cadete a Juvenil Mehdi se subió al podio en todas las pruebas nacionales que disputó, en todas menos en una que tuvo que abandonar por un problema de deshidratación provocado por una gastroenteritis. Acumuló más de 20 medallas a nivel nacional.

Enumerar todas las medallas y éxitos en este texto sería ahondar en algo que es más que evidente a simple vista: Mehdi ha nacido para correr.

El sueño y la motivación de un atleta es crecer, ser cada día un poco mejor, siendo conscientes y respetando las etapas de formación del deportista pero buscando ese estímulo necesario que le lleva a tener una meta en la que fijarse.

La de Mehdi era ser internacional, competir fuera de España, defender una bandera y pelear por lograr que un país se sienta orgullo de sus éxitos, lo cumplió, aunque a medias.

En el año 2018, siendo Juvenil y menor de edad (16 años tenía en ese momento) Mehdi ganó el nacional de clubes de campo a través y tres semanas más tarde el Campeonato de España de la modalidad. Sus actuaciones le abrían la puerta a viajar con la selección Española a París para poder disputar el mundial de campo a través Escolar ISF ya que la normativa permitía convocar atletas aunque no tuvieran la nacionalidad Española siempre que fuesen menores de edad y estuvieran escolarizados.

La RFEA lo incluyó en la lista de convocados junto a otras grandísimas promesas de nuestro atletismo. Era el más joven del equipo masculino y era su primera competición internacional, pero no defraudó; fue 19º en meta, 3º del equipo Español llegando a la par de Aaron las Heras y 2º de su grupo de edad (2002); contribuyó con su resultado a llevar a España al 4º puesto por equipos.

Fue su primera toma de contacto a nivel internacional. La primera y la última.

Para poder acudir a París, Mehdi se tuvo que comprometer formalmente a renunciar a correr con cualquier otro país que no fuera España, algo que no le importó, y lo dejó muy claro desde el principio, tanto en ese momento como en el momento en el que inició los trámites para poder obtener la nacionalidad española.

En España, a los ciudadanos que provienen de Marruecos se les imponen una serie de requisitos para la obtención de la nacionalidad: 10 años de residencia, domicilio estable, recursos económicos ….etc

Mehdi inició los tramites para la obtención de su nacionalidad en el año 2018 y desde entonces todo fueron problemas. Papeles que faltan, documentos que no sirven (llegó a tener que viajar a Marruecos para la obtención de una serie de documentos) trabas y más trabas que hacen que su expediente esté “estancado”.

Desde entonces Mehdi ha logrado 8 medallas a nivel nacional, y podemos decir que las ha logrado porque su puesto en carrera así se las otorgaría, sin embargo, al carecer de nacionalidad no ha podido subir al pódium a recibir y recoger el reconocimiento que se merece.

Tampoco pudo estar en el europeo de campo a través de Dublín, a pesar de haber ganado el Nacional de clubes que le otorgaba plaza, ni pudo estar en el Europeo sub20 de Tallin a pesar de tener mínima en los 3000m, una mínima que le daba plaza también para el Mundial sub20 de Nairobi. Tampoco pudo disputar el Festival Olímpico de la Juventud de Baku, ni el campeonato de Europa de campo a través de Lisboa del 2019 ni los juegos Olímpicos de la Juventud del 2018. Para todas estas pruebas Mehdi era, deportivamente por resultados y marcas, seleccionable, pero su nacionalidad no estaba resuelta y por lo tanto no podía acudir con equipo nacional. Frustrante.

Oportunidades perdidas, apoyos que no llegan y puertas cerradas que cada vez se hacen más constantes. Mientras compite en Galicia y defiende los intereses de la comunidad, se le priva de poder disputar medallas en nacionales y acudir con el equipo a competiciones internacionales.

“No queda otra que tener paciencia y trabajar para que cuando llegue la oportunidad puedas demostrar lo que vales” siempre se lo digo cada vez que sale una circular con la convocatoria de atletas para una competición internacional, Mehdi asiente con la cabeza y con voz baja me dice: “ya, no queda otra”.

Si toda esta situación es dura de llevar lo es aún más con los últimos acontecimientos:

– Jordan Diaz, la perla Cubana de la longitud y el triple salto obtiene la nacionalidad por carta de naturaleza.

La cabeza te explota.

¿Cómo es posible, que este chico, que no ha pisado suelo español se merezca una nacionalidad y Mehdi no?

“Es que este chico ha ganado ya competiciones internacionales con cuba” me decían.

¿Sabe el organismo competente si Mehdi es capaz de obtener buenos resultados a nivel internacional?

No, porque no ha tenido la ocasión.

¿Cómo es posible que Mehdi que lleva 14 años aquí tenga menos derechos que un chico que acaba de llegar?

¿Es justo que deportistas como Mauris Castillo o Zakaria Boufaljat tuvieran que esperar años y años por una nacionalidad que merecían y que otros se salten todo el procedimiento para obtener una nacionalidad por vía rápida?

¿Cuántas competiciones y oportunidades han perdido por el camino?

Este tipo de nacionalizaciones son legítimas, así lo avala la normativa vigente, ¿pero son morales?

Son muchas preguntas a las que es difícil dar respuesta.

Las cartas de naturaleza son una medida discrecional del Gobierno. Es decir, cada ejecutivo puede elegir a quien quiera y no existen baremos objetivos para valorar quién lo merece y quién no. Son por lo tanto nacionalizaciones regaladas y muy poco trasparentes u opacas.

Regalarle la nacionalidad a un deportista por interés mientras se priva de la misma a jóvenes promesas y ciudadanos que hacen todo lo posible por seguir adelante mientras esperan resoluciones que no llegan, es desesperante y lamentablemente no es la primera vez que pasa.

Siempre han prevalecido intereses poco claros en la entrega de este tipo de nacionalizaciones. Medallas, éxitos, o dinero para terceras personas….

En los últimos 25 años más de 100 deportistas se han saltado los trámites legales para obtener la nacionalidad por la vía express.

Desde futbolistas (Ansu Fati obtuvo la nacionalidad en semanas ante el temor de que pudiera disputar el mundial de fútbol sub-17 con Ginea-Bisáu) hasta ajedrecistas, jugadores de balonmano, regatistas, jugadores de Básquet y muchos atletas entre otros.

Así, entre las ultimas nacionalizaciones express que se han podido ver en este país figuran, además de la del nombrado saltador cubano, las de Yunier Perez, Yidiel Contreras, Serge Ibaka, Sancho Lyttle, Orlando Ortega o Javier Sotomayor y Trihas Gebre. por nombrar algunos de los nombres más celebres.

Dentro de estos casos, se han producido situaciones curiosas, nacionalizaciones que han salido “rana”.

Quién no se acuerda del famoso “Juanito” Muehlegg, el esquiador que obtuvo la nacionalidad por carta de naturaleza y ganó tres medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Salt Lake City 2002, pero fue descalificado tras dar positivo y entonces dejó de llamarse Juanito para volver a ser Johann a ojos de todos los españoles

Algo similar pasó con Bezabeth, el atleta Etíope llegó a España en el año 2004 y en el 2007 obtuvo la nacionalidad por la vía rápida ante el temor de que pudiese ser convocado con Etiopia.

4 años más tarde se vio implicado en la operación Galgo y su carrera atlética se esfumó.

Historia muy parecida: la de Mohamed Marhoum. Obtuvo la nacionalidad por carta de naturaleza en el 2011 y tres años más tarde fue cazado en un control antidopaje.

En el atletismo, uno de los casos más recientes es el de Ilias fifa que obtuvo la nacionalidad en el año 2015, que aunque no fue por carta de naturaleza se le “ayudó” a que su expediente se resolviera lo antes posible y dos años más tarde fue arrestado en el curso de la operación antidopaje denominada Chamberí.

Casos curiosos como las nacionalizaciones por vía rápida de los jugadores de balonmano Siarhei Rutenka y Laszlo Nagy que una vez obtuvieron la nacionalidad renunciaron a competir con España. Al igual que el jugador de baloncesto brasileño Rafa Freire que también obtuvo la nacionalidad por carta de naturaleza pero no llegó a competir con nuestro país y se decantó por competir con su país de origen.

En el verano de 2011, Albert Soler, que había sustituido unos meses antes a Jaime Lissavetzky en el cargo de Secretario de Estado para el Deporte mostró su rechazo a este tipo de prácticas a las que llegó a calificar como “nacionalizaciones cataríes”, en alusión a la forma de actuar del país del Golfo, conocido por nacionalizar a muchos deportistas, sobre todo atletas africanos.

Todo esto quedaba muy bonito, pero la realidad fue bien distinta.

Solo en el año 2015, año anterior a los juegos Olímpicos de Rio 2016, España “regaló” la nacionalidad a 11 deportistas, lo curioso es que esta forma de concurrir a la hora de dar la nacionalidad previa petición al consejo de ministros por carta de naturaleza va siempre en la misma línea: atletas o deportistas que nos van a aportar medallas o resultados relevantes, nada más, no existe otro tipo de propuesta, no se argumenta nada más.

Estas nacionalizaciones solo buscan el éxito rápido y repentino, medallas a corto plazo a cambio de cortarle la carrera a otros deportistas. Y no hablamos solo de los atletas que están esperando por un expediente que tarda años y años en resolverse, sino de los deportistas Españoles que cada vez ven con menos opciones la posibilidad de acudir a una competición internacional por la llegada de atletas foráneos que son “comprados” con el objetivo de obtener rédito deportivo inmediato.

La obtención de una nacionalidad debe ir más allá del aspecto económico y de los intereses de determinados sectores o personas.

Las normas deben de ser iguales para todos.

Seamos razonables.


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