La herencia de Podas ôkus, el "pies ligeros"

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Invisible Training
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Seguro que alguna vez has oído hablar de aquél héroe de la mitología griega, fuerte donde los hubiese,considerado el ser humano más velozy protagonista en la guerra de Troya, Podas ôkusel de los pies ligeros”, conocido popularmente comoAquiles. Cuenta la leyenda que cuando Aquiles nació una de las ninfas del mar intentó hacerlo inmortal sumergiéndolo en un río. Sin embargo, su madre lo sostuvo por el talón derecho por lo que ese preciso punto de su cuerpo quedó vulnerable. Precísamente Aquiles murió en batalla al ser alcanzado por una flecha envenenada en el talón.

De ahí que, hasta nuestros días, se use el concepto de “talón de Aquiles” para definir zonas o aspectos más vulnerables de una persona o cosa. En el tema que nos ocupa se sigue usando este nombre para denominar a uno de los tendones que más sufren en la actividad de los corredores: el tendón de Aquiles. Este tendón es el que se inserta en el hueso calcáneo tanto para el músculo Sóleo como para los Gastrocnemios, generalmente conocidos como gemelos.
El entrenamiento diario de los corredores somete al cuerpo a una alta estimulación tanto de trabajo muscular como de impactos, que a la larga produce afectaciones sobre los tejidos, produciéndose distintas alteraciones, como pueden ser las contracturas, las sobrecargas, las tendinopatías… Por las características del trabajo que se realiza en la carrera, hay una serie de tendones que sufren más este tipo de lesión, como son sobretodo el ya citado tendón de Aquiles, o el tendón Rotuliano, entre otros. Se producen unos cambios característicos en la estructura del tendón que dan como resultado un tejido con menos capacidad de soportar tensiones.

Una tendinopatía es la afectación del tendón por sobreuso o por traumatismo directo principalmente. Como característica común de la lesión, está la aparición temprana de dolor agudo cuando se inicia la actividad física (provoca una reducción a la tolerancia al ejercicio), que desaparece después de un rato cuando el cuerpo ha calentado, y que vuelve a aparecer al final de la actividad, o cuando ésta acaba.

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Uno de los signos que nos ofrecen pistas sobre si estamos sufriendo una tendinopatía, es que tras la toma de un antiinflamatorio, la sensación de dolor desaparece de forma temporal.

Esta afectación del tendón tiene distintas fases de gravedad o severidad: una fase aguda o inflamatoria, una segunda fase en el cual el tendón intenta curarse de las alteraciones que está sufriendo, y una tercera fase en que el tendón se degenera. La fase inicial es la tendinitis, mal utilizada tradicionalmente ya que se utilizaba para describir todas las fases de la patología, y la última fase es conocida como tendinosis, caracterizada por degeneración de los tejidos que forman el tendón.

En el proceso de tratamiento de cualquiera de las fases es muy importante determinar cuál es el factor causante de la alteración (acción repetitiva, pequeño impacto repetitivo, trauma directo, secundario a una contractura muscular,…), para tratarlo con:

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  • Técnicas de corrección
  • Técnicas de terapia manual
  • Masaje sobre el tendón y las fibras musculares próximas
  • Estiramientos, ejercicios terapéuticos, trabajo excéntrico del  gemelo y sóleo -por ejemplo subidos en un escalón-
  • Electroterapia
  • Vendaje neuromuscular
  • Disminución de la intensidad
  • Aplicar hielo entre 3-4 veces al día

Por último, recordar que en la práctica deportiva es muy frecuente sufrir procesos de afectación del tendón que deben ser adecuadamente tratados para poder evitar la pérdida innecesaria de días de entrenamiento o de competición. Cada modalidad deportiva tiene una seria de lesiones “típicas”, que no por típicas tienen que ser olvidadas. Por lo tanto, ante cualquier síntoma de dolor o inflamación en un tendón será necesario el correcto diagnostico y un tratamiento adecuado.

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