Plan Olímpico: ‘Parezco español, ¿a qué quieres que te gane?’

La de anoche no fue una jornada todo lo dulce que le hubiera gustado al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Mientras hacía ver con serias dificultades que disfrutaba con el juego del equipo dirigido por Vicente Del Bosque en  la final de la Eurocopa, el líder del PP no paraba de darle vueltas a un asunto que le llevaba por el camino de la amargura todo el fin de semana, un tema que le ardía en las manos. No, no eran los incendios en Valencia, ilusos, sino el pobre papel de la selección de atletismo en los europeos de Helsinki a tan sólo un mes de que se inauguren la gran cita del deporte mundial: los Juegos Olímpicos de Londres. Ese poco ímpetu a la hora de bailar ‘Paquito el chocolatero’ delataba que Rajoy tenía la mente en cualquier sitio menos en Kiev. A eso se refería el presidente con lo de “Mis líos europeos”.

La preocupación era extrema. Tras el fracaso en Eurovisión, sin opciones claras en el Tour de Francia y ahora con el pavor de hacer el ridículo en las olimpiadas, las opciones de crear una cortina de humo lo suficientemente densa para que no se apreciase el desaguisado de la política económica del país eran remotas.

Tras unas gestiones infructuosas con el presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, y el propio Vicente del Bosque con el fin de que el lateral Jordi Alba suspendiese sus vacaciones para acudir a Londres a disputar las pruebas de medio fondo, Rajoy telefoneó de urgencia al ministro de Educación, Cultura y Deportes, el tertuliano José Ignacio Wert y al presidente de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA), José María Benjamin Button Odriozola. Tras una encendido debate se acordó una reunión esa misma noche en un hotel de cinco estrellas sin spa (no está el horno para bollos) en Suiza, la patria chica de muchos españoles de bien que han confiado sus ingresos para sacar de la ruina al país centrouropeo. Odriozola puso reticencias al viaje pero al final cedió: el temor a que le hicieran el cambiazo a su trono en la jefatura del atletismo español por una hamaca en Benidorm  le hizo dudar de la conveniencia del traslado.

De esa reunión surgió un plan para incentivar el éxito deportivo denominado Parezco español, ¿a qué quieres que te gane?, en el que se potenciará mediante decreto ley de urgentísima urgencia la nacionalización vía talonario de las mayores estrellas del atletismo mundial. Las principales características de la iniciativa son las siguientes:

–    Tras la cruel experiencia con el medallista  Juanito/Johann Muehlegg no se podrá españolizar el nombre hasta que el atleta no haya superado el quinto test antidopaje. Además será el propio Ministerio de Educación el que indique que tipo de nombres son los más convenientes para así evitar episodios bochornosos como Jorge Finito/George Finidi.  La pauta a seguir, mucho más digna y que tiene en cuanto todos los idiomas que se hablan en el Estado, podría ser la siguiente:

• Jesulín Bolt
• Jaime Gebrselassie
• Federico Bekele
• Justino Gatlin
• Mariona Ottey
• Vicente Kipruto
• Manolo Mutai
• Jonathan  Blake
• Elena Isinbayeva
• Patxi Mutai

–    Rajoy quiere evitar a toda costa que se vincule al deportista con su país de nacimiento, así que todos los atletas deberán hacerse un lavado de memoria para olvidar su procedencia. Consistirá en una semana recluido en un resort denominado Centro de Internamiento de Extranjeros (CIES) teniendo que visionar constantemente ‘El gato al agua’, una tradición en nuestras tierras de lo más arraigada.

–    El dinero no será problema: El ministro Wert ha propuesto hacer un desvío de Cultura y Educación a Deportes promoviendo el alquiler de los pupitres en los colegios y propulsando una nueva medida: aprovechar el hueco que hay debajo de estos para doblar el número de alumnos, pasando de 30 a 60 por clase. Una medida que incentiva la socialización entre alumnos y les conciencia de la sumisión a una sociedad de clases.

–   Sobre todo se intenta que el este gasto añadido no recaiga en las personas. Como indica el presidente del Gobierno: “Los españoles pueden estar tranquilos, se ha evitado por todos los medios que carguen con el coste de que nuestro país vuelva a la élite del atletismo mundial. Hemos conseguido que sólo tengan que arrimar el hombro trabajadores, alumnos, pensionistas y parados”.

–   Se proyectará un carné por puntos del buen hacer español que determinará la cuantía de los emolumentos a cobrar por los nacionalizados:

• Haber hablado alguna vez con un español: 1 punto.
• Saber decir “Sangría, paella, toros”, sin problemas de dicción: 2 Puntos.
• Haber hablado y bebido con un español: 2 puntos.
• Haber sido apadrinado por un español: 3 puntos.
• Haber hablado e invitado a copas a un español: 3 puntos.
• Conocer a Eufemiano Fuentes: 4 puntos.
• Haber batido a un alemán en competición y acordarse de Merkel: 4 puntos.
• Haber batido a un portugués en competición y acordarse de CR7: 4 puntos.
• Haber batido a un francés en competición y soltar “Guiñoles, chúpate esa”: 5 puntos.
• Haber batido a un inglés en competición y soltar “Gibraltar español”: 5 puntos.
• Salir de juerga y presentarse al entrenamiento o trabajo de empalmada (también vale excusarse): 5 puntos.
• Decir “todos los políticos son iguales” y volver a votarles: 5 puntos.

–   Estarán obligados a saberse la letra del himno y cantarla a pleno pulmón.

–   En el caso de que fallen en sus objetivos,  se les premiará con un viaje de ida a sus países de orígenes para que puedan estar una temporada con sus familiares y recargar pilas. La vuelta correrá a cargo del Estado, lástima que tengan el teléfono descolgado.

–    Para relajarse antes de las pruebas deportivas deberán alardear de que en su IPod no para de sonar en modo bucle una docena de temas de bachata.

–    Estarán obligados a tener una cuenta de twitter y cada tres días meter la pata para que el resto del país haga escarnio público y se olvide de que tienen mucho tiempo libre, poca vida social y aún menos laboral.

@dabitjg