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La mortalidad de los atletas olímpicos alemanes es el doble de la normal

Imagen de archivo de la atleta Heide Rosendahl, sospechosa de dopaje en Munich'72

Un estudio llevado a cabo por el economista deportivo de Köblenz Lutz Thieme demuestra que la mortalidad entre los atletas olímpicos alemanes es el doble que la de la población general. Efectos del dopaje en el país germano. El resultado arroja la terrible conclusión que el deportista de élite y del más alto nivel competitivo tiene el doble de posibilidades de morirse antes que cualquier otro ciudadano de a pie.

Algo que, según cuenta el portal ‘taz.de’ en un extenso artículo, se sospechaba y que ‘explotó’ con el fallecimiento de la tres veces campeona olímpica Florence Griffith-Joyner a los 38 años asfixiada mientras dormía. Griffith-Joyner corrió los 100 metros en 10.49 y los 200 metros en 21.34 segundos. Con 31 récords del mundo, el dopaje dejó el cuerpo de la estadounidense prácticamente deformado.

El dopaje y el cuerpo al límite

Los atletas de máximo nivel (olímpicos) llevan su cuerpo al límite. Para llegar al ‘Olimpo’ realizan sesiones de entrenamiento durísimas y tienen unos planes que muy pocos podrían soportar. Entre sus 20 y sus 30 se exprimen y eso suelen pagarlo también en su vida posterior. Las lesiones acompañan la trayectoria de los atletas y ese desgaste de tendones y articulaciones suele pagarse años más adelante.

Algunos se jubilan con un riñón de ibuprofeno, otros con un hígado anabólico, otros con una cirugía cuádruple de rodilla con ligamento cruzado. Pocos ‘sobreviven’ a su carrera sin molestias ni sin arrastrar dolencias o lesiones. El problema es que muchas veces los que han abusado del dopaje como Lance Armstrong parece que siguen estando en forma años después, pero solo de apariencia. 

Un estudio revelador

Según Thieme, los olímpicos son especialmente los más afectados. No tienen la certeza de si alguna vez van a aprovechar su pensión, al menos eso es lo que se desprende del estudio realizado por el ex nadador del equipo SC Turbine Erfurt, que analizó los datos de los Juegos Olímpicos de 1956 a 2016 y observó la tasa de mortalidad de 6.066 participantes olímpicos alemanes (1.959 mujeres y 4.107 hombres). El resultado: Los participantes olímpicos de la antigua República Federal entre las edades de 35 y 64 años tienen casi el doble de probabilidades de morir que la población general de la misma edad de promedio. 400 atletas, incluidos 138 medallistas (1/3 del total), ya habían muerto el 1 de julio de 2019.


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