Nutrición & Recetas

Microbiota intestinal: el tesoro de tu salud

Publicado por
Dra. Teresa Calvo
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Todos hemos sufrido, en más de una ocasión, trastornos gastrointestinales que nos han dejado fuera de combate por un tiempo. La microbiota o flora intestinal tiene un gran interés para nuestro organismo. Más allá de su función de asimilar los nutrientes que ingerimos, se considera como un órgano crucial para equilibrar nuestro bienestar interior.

En este artículo veremos qué es la flora intestinal, sus funciones, y cómo mantenerla equilibrada.

¿Qué es la microbiota intestinal?

El sistema gastrointestinal, está formado por dos elementos:

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  1. Las estructuras propias del tubo digestivo (las mucosas, las glándulas y el sistema inmune de las mucosas).
  2. La microbiota o microflora, que es el conjunto de microorganismos que conviven en simbiosis con nosotros a nivel intestinal.

Ambos elementos son interdependientes, y su equilibrio condiciona el buen funcionamiento del organismo.

Cada individuo posee su propia flora intestinal, compuesta por unas especies de microorganismos nativos, que están instaurados de forma permanente, y por otras especies que son transitorias.

Las especies nativas comienzan establecerse por influencia genética durante el embarazo y, posteriormente, durante el parto y la lactancia hasta el primer año de vida.

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Las especies transitorias se modulan en función de la dieta y estilo de vida que se vayan adquiriendo, teniendo en cuenta que, estar expuesto a un entorno muy aséptico, va en contra de una buena diversidad.

Una vez que la microbiota ha alcanzado la madurez, permanece en su mayor parte estable hasta la vejez.

Tipos de bacterias

Este ecosistema lo forman fundamentalmente bacterias, con una mínima proporción de hongos y virus. Nos centraremos en la parte bacteriana, con unos 10 a 100 trillones de microorganismos, que suponen un peso de 1,5 kilos del total del peso corporal. Su concentración va en aumento a medida que avanzamos en el tubo digestivo, siendo el intestino grueso la zona más poblada.

Los especies más abundantes son los Firmicutes, que representan el 60-80% (los más importantes son Ruminiococcus, Clostridium y Lactobacillus); los Bacteroidetes, que representan entre un 20-30% (destacando los Bacteroides, Prevotella y Xylanibacter), y las Actinobacterias, representan una minoría de en torno al 10% (con predominio del género Bifidobacterium).

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Dinamismo bacteriano

A lo largo de la evolución del ser humano, los cambios en la ecología han ido afectando a la composición de la microbiota, siendo este cambio más radical en las últimas décadas. Es significativo que en los países desarrollados se ha producido una pérdida de la biodiversidad, en comparación con los países subdesarrollados.

Por otra parte, en una persona sana, existe un ritmo circadiano de bacterias cada 24 horas, es decir, un ciclo biológico con predominio diurno de Firmicutes, y nocturno de Bacteroidetes.

Igualmente, se produce una renovación de la mucosas cada 7 días, por lo que se producirá cada vez un nuevo ciclo del ecosistema microbacteriano.

Escherichia coli, una de las muchas especies de bacterias presentes en el intestino humano (wikipedia)

Funciones de la flora intestinal

Cada vez está mejor documentada la influencia de las bacterias comensales en la fisio-patología del huésped. Veamos sus funciones más relevantes:

Asimilación de nutrientes

Proporcionan un sustrato energético y metabólico a nuestras células.

También interviene en la activación de ciertos nutrientes que ingerimos, para que tengan su efecto beneficioso en nuestro organismo, como los polifenoles.

Mejora la inmunidad

Son esenciales para el desarrollo y regulación del sistema inmunitario, además existe un sistema inmunitario propio de las mucosas (MALT) , ofreciendo protección frente a la invasión por microorganismos patógenos, el desarrollo de células cancerosas, de patologías inflamatorias, autoinmunes y de alergias.

Mantenimiento de la mucosa gastrointestinal

La mucosa intestinal es una de las barreras principales entre nuestro medio interno y externo. Cualquier perturbación en la permeabilidad intestinal, va a provocar el paso al torrente sanguíneo de nutrientes poco digeridos, patógenos o endotoxinas provenientes de los alimentos.

La microbiota sintetiza dos ácidos graso de cadena corta: el butirato (capaz de promover la proliferación y renovación de las células epiteliales del tubo digestivo), y el propionato (que disminuye el peristaltismo, contribuyendo a una velocidad adecuada del paso del bolo alimenticio). Cuanto mayor diversidad de colonias de microorganismos beneficiosos, más intenso será este fenómeno y más óptimo será nuestro sistema gastrointestinal.

Previene la diabetes y obesidad

Una microbiota equilibrada, evita la resistencia a la insulina y cambios de permeabildad intestinal, mejora el funcionamiento de los ácidos biliares, y favorece una pérdida de tejido adiposo, entre otros efectos.

Mejora el sistema cardiovascular

Evita la inflamación en el organismo, lo que puede generar enfermedades cardiovasculares como alterar el balance de colesterol, y hacerlo más aterogénico (capacidad para obstruir las arterias), o sufrir de hipertensión arterial.

Modula el sistema nervioso

El tubo digestivo está inervado por el nervio vago, el cuál está íntimamente relacionado con el sistema nervioso. De esta manera, se envían señales hacia el cerebro, que va a inducir:

1) Comportamientos alimentarios

Con el fin de favorecer la proliferación de colonias bacterianas predominantes. Si tenemos una perturbación en el equilibrio de este ecosistema bacteriano, lo que se llama “disbiosis”, habrá una apetencia por alimentos ricos en carbohidratos, grasas y azúcares.

Esto va a propiciar una inflamación gastrointestinal y, a su vez, un estado de estrés emocional, que favorecerá este ciclo vicioso. A la inversa, las influencias emocionales, van a repercutir en el estado de la microflora y el peristaltismo intestinal. ¿Recuerdas esos momentos de tensión previos a una competición?

2) Equilibrio emocional

La microbiota es capaz de sintetizar neurotransmisores como la serotonina, o aminoácidos como el triptófano (este es precursor a su vez de serotonina), que van a ayudar a sentirnos en serenidad, disminuyendo los estados depresivos.

3) Mejora la calidad del sueño

Una correcta síntesis de serotonina, conlleva una producción adecuada de melatonina, lo que inducirá un sueño reparador.

4) Prevención de enfermedades neurológicas

La presencia de butirato, induce la síntesis de sustancias neuroprotectoras, previniendo patologías como el autismo, la depresión, la epilepsia, el Parkinson o el Alzheimer.

Regulación hormonal

Interviene en el metabolismo de las hormonas sexuales y endocrinas, lo que va a influir en el correcto funcionamiento de los órganos reproductores o de la tiroides. Es un factor clave en la prevención de cánceres hormono-dependientes, como el de mama, ovario, útero, etc.

Síntesis de vitaminas

Se producen una cierta cantidad de vitaminas como K2, B1, B2, B8 y B12, indispensables para el metabolismo energético, reparación celular o síntesis de nuevos tejido. Todo ello favorecerá un buen rendimiento deportivo, mantenimiento del sistema musculo- esquelético, o potenciar la fertilidad.

Ralentiza el envejecimiento

Una microflora con un perfil antiinflamatorio, ayudara a neutralizar los radicales libres causantes del envejecimiento celular prematuro.

¿Por qué se altera la flora intestinal?


Mantener a raya nuestra flora intestinal, parece todo un reto hoy en día, ya que estamos sometidos a unos estilos de vida que van en contra de este equilibrio que necesitamos.
Veamos los principales enemigos de nuestra microbiota:

Alimentación inflamatoria

Grasas saturadas, exceso de productos animales, azúcares refinados, productos industriales, gluten, sodas, cafeína… El abuso de estos alimentos va a desequilibrar la microbiota promoviendo el sobrecrecimiento de colonias bacterianas poco amigables, que inducirá una permeabilidad intestinal aumentada, flatulencias, hinchazón, alteraciones del tránsito intestinal… Si a todo ello añadimos los microplásticos de las aguas minerales embotelladas, o de los animales marinos, cuyo hábitat está cada vez más contaminado, se suma de forma exponencial el impacto negativo en la flora intestinal.

Antibióticos y quimioterapia

Son unas de las principales causas de destrucción de la flora intestinal, pudiendo incluso impedir la repoblación de las especies dañadas.

Estrés

Los picos de cortisol provocan un aumento de la secreción de las glándulas del tubo digestivo, espasmo de las vías biliares, perturba el peristaltismo, debilita las células intestinales…En definitiva crea un ambiente inflamatorio en el organismo que afectará también a la microbiota.

Contaminación

El aire contaminado que respiramos, en particular el cargado en ozono, con partículas extrafinas, capaces de atravesar la membranas bronquioloalveolares, van a pasar al torrente sanguíneo y van a distribuirse por todo el organismo, provocando alteraciones celulares allí donde se depositan, incluyendo la microbiota intestinal.

Tabaco

Las sustancias nocivas que inhalas cada vez que das una calada, va a repercutir más allá de las vías respiratorias. Provoca una liberación de radicales libres, que favorecerá un estado inflamatorio, disminución de la inmunidad de las mucosas, y una vasoconstricción intestinal, que puede comprometer el flujo sanguíneo a esa zona.

Sueño no reparador

Ya hemos visto que la microbiota tiene un ritmo circadiano que va a repercutir en nuestro biorritmo, y viceversa. Los trabajos con horarios nocturnos, el jet lag, el insomnio y una mala calidad del sueño, también van a afectar la flora intestinal.

¿Cómo mejorar nuestra flora intestinal?


Aunque seas de los privilegiados con un sistema digestivo en armonía, no debes dejar de cuidarlo para prevenir trastornos venideros, ante cualquier imprevisto de la vida. Aquí te dejamos unos buenos consejos:

Alimentación saludable

  • Prebióticos. Son los alimentos para las bacterias. Se pueden obtener de las fibras de frutas y verduras (en especial la inulina, que se encuentra en la achicoria, puerros y espárragos), y en el almidón resistente (obtenido a partir de hidratos de carbono como arroces, pastas y patatas, durante el proceso de enfriamiento tras haberlos cocinado).
  • Probióticos. Son las bacterias propiamente dichas. Se pueden encontrar en los yogures y en los alimentos fermentados.
  • Omega 3. Tienen un efecto antiinflamatorio. Se encuentran en los pescados azules, lino, chía o algas.

Hábitos saludables

  • Buena hidratación. Con aguas rica en magnesio, y con infusiones sin cafeína, que ayudarán a evitar espasmos gastrointestinales.
  • Dieta variada y de calidad. Privilegiar platos coloridos, lo menos transformados posibles, y con un proceso de cocinado poco agresivo.
  • Evitar grandes ingestas. No darse atracones, aún siendo saludables, también será clave para no saturar al sistema digestivo, fundamentalmente por las noches.

Suplementos alimentarios

Indicados en aquellas situaciones donde se prevea un estrés para el organismo, como tratamientos agresivos, cirugías o viajes. También se pueden recurrir a ellos para restaurar la flora intestinal cuando ya se ha alterado, o como cura preventiva una o dos veces al año, durante 1 mes. Los más importantes son: los probióticos, el zinc, la glutamina, la vitamina D y los polifenoles.

Deporte

Ayuda a regular el estrés, a mantener un sistema inmune robusto, a la proliferación y diversificación de colonias bacterianas beneficiosas, y a regular el tránsito intestinal.

Ayuno

Alimentarnos es fundamental, pero dejar descansar nuestro sistema digestivo también es necesario. Esto permite que las células intestinales realicen sus mecanismos de reparación y regeneración. Al menos unas 13 h de ayuno, idealmente nocturno, sería lo adecuado para tener este efecto positivo.

Trasplante fecal

La ciencia avanza a pasos agigantados, y ya se ha demostrado que el trasplante fecal ayuda a restablecer la flora intestinal en aquellas personas con grandes dificultades para hacerlo por otros métodos.

Conclusión

No cabe duda que la microbiota intestinal es el eje fundamental de nuestra salud, por lo que es importante seguir unas rutinas de alimentación y estilos de vida adecuados, para que tu organismo rinda con plena vitalidad.


Teresa Calvo Iglesias – Médico especialista en Neumología con más de 10 años de experiencia en el ámbito internacional. Mi pasión por la nutrición y los hábitos saludables me llevó a formarme como Terapeuta Nutricional. Integro estas fuentes de conocimientos aplicando la biotecnología basada en estudios epigenéticos, para reestablecer su organismo de forma personalizada.  https://doctoracalvo.com/

 

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