Está despertando bastante polvareda el tema de los embarazos y las relaciones profesionales entre las marcas y las atletas que deciden tener hijos con contratos en vigor. Alysia Montañó y Kara Goucher ya denunciaron hace poco el maltrato de Nike tras haber dado el paso de formar una familia. Una TOP como Allyson Felix se unió a las críticas y acusó a la multinacional de haberle ofrecido una renovación a la baja (un 70% de lo que percibía anteriormente). Felix, la única mujer en ganar seis oros olímpicos en atletismo, lo reveló en un artículo publicado en el periódico The New York Times.
El tremendo ejemplo de Bishop-Nriagu
Más allá de este ‘run run’ que en nada beneficia a Nike, la canadiense Melissa Bishop-Nriagu demostró que no por haber sufrido un embarazo y llevar casi dos años sin competir ha perdido un ápice de su potencial. El sábado pasado volvió a la competición tras más de 350 días de parón después de haber dado a luz a su hija Corinne. Inauguró la temporada 2019 en aire libre con una mejor marca personal en el 1.500 (4:09:36) y recibió el calor del público y la admiración del mundo del atletismo.
La canadiense, poseedora del récord nacional de 800 y finalista olímpica, abrió temporada en la clásica Johnny Loaring y con su actuación confirmó las grandes esperanzas que tiene la afición canadiense de verla competir en el Mundial de Doha. Buscará la clasificación para la cita mundialista en el Campeonato Nacional de Canadá que se disputará el próximo mes de julio.
“Durante mi embarazo muchas atletas me dijeron que me sorprendería lo rápido que volvería a competir a mi nivel. Si has estado bien físicamente antes del embarazo normalmente es más fácil volver a estar a tope de nuevo. Mi cuerpo sabía lo que deseaba”.
Felicidades Melissa: Eso es comenzar con un “buen Pie”. Admirable ejemplo a seguir.