Que en Japón hay un culto único y especial por el atletismo en general y por la ruta en particular es algo sabido y sobradamente demostrado. Es verdaderamente impresionante el número de fondistas de élite que saca el país nipón y aún lo es más ver la facilidad con la que logran bajar de ciertas marcas (no podemos pasar por alto a Yuki Kawauchi, el conserge ‘runner’). Todo ello tiene buena parte de su explicación en la forma cómo cuidan al atletas y a las carreras, el mimo y la profesionalidad que se le da a todo (más allá, obviamente, de su disciplina a la hora de entrenar y su rigor). La última ‘barbaridad’ nos llega del Medio Maratón de Okayama, el Sanyo Ladies Okayama Half-Marathon.
Unos números y una exigencia de escándalo
Se trata de una prueba (como bien indica su nombre) tan solo para mujeres y orientada totalmente para ellas. Los compañeros de ‘Canadian Running’ han charlado con la plusmarquista nacional Rachel Cliff, una fan incondicional de correr en Japón precisamente por eso, por el exquisito trato que se les da a las féminas en las carreras. Cliff ha batido en cuatro ocasiones el Récord de Canadá y en las cuatro ocasiones lo ha logrado en Japón. “Es una barbaridad. Sanyo es una carrera solo para mujeres y eso es genial, pero es que aparte también tiene un prueba de 10k en la que el corte para las mujeres es de 40 minutos”. Para hacernos una idea del nivelazo que hay.
Cliff hizo una marca de 1:10:06 y ‘solo’ pudo ser sexta. Pero lo más gordo de todo no es la marca de las atletas que hicieron podio (la ganadora entró en 1:08:45), sino que hasta 27 atletas cruzaron la meta por debajo de la 1h15’ (para hacernos una idea, en los campeonatos nacionales canadienses de la distancia solo lo lograron ocho). Una locura teniendo en cuenta que algunas de las mejores medias maratones del mundo como París o Copenhague no lo han llegado a cumplir. Pero por si no fuera poco, en el 10k hasta 30 mujeres bajaron de los 35’.
Un sistema de liebres para ‘obligarte’ a exprimirte
“Te fuerzan a dar el límite. En la carrera pasamos los primeros cinco kilómetros en 16:15. El problema es que si no estás en esos tiempos te quedas corriendo sola. Además, solo suele haber una liebre, así que te fuerza a dar todo”, comenta Cliff, quien añade que “te cuidan muy bien. Yo era una de las dos únicas atletas internacionales, pero nos trataron genial. Había una rueda de prensa previa y necesité un traductor de japonés. Estamos acostumbrados en Canadá en ponérselo a las africanas, así que fue curiosa estar esta vez en el otro lado”.
