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"Tengo 300.000 km en las piernas: hay muchos coches que no aguantan eso"

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LRDC
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Estos días en los que se ha puesto un poco en el mapa la diferencia a nivel de sufrimiento y de carga física entre futbolistas y atletas, ver la entrevista que le realizó TVE a Martín Fiz nos pone en conciencia sobre la dureza extrema del atletismo, la enorme dificultad y responsabilidad de mantenerse en la élite cuando la saboreas, la delgada línea entre luchar o no por las plazas de privilegio, lo complicado que es mantener un pico de forma y los golpes morales y en el estado físico de cualquier lesión. Quién mejor que el campeón de Europa (en Helsinki ’94) y del Mundo (en Gotemburgo ’95) para analizar un poco la dureza y la crudeza del atletismo y de poner en contexto la enorme cantidad de kilómetros y de desgaste a la que se somete el profesional de esta disciplina.

Los inicios

“No es todo oro lo que reluce. Vengo de un pueblo de Salamanca, mis padres emigraron de allí a Vitoria. Éramos tres hermanos, las zapatillas pasaban de hermano a hermano y servían para todo. Ya desde muy pequeño empecé a correr dando vueltas al colegio. Repartí huevos, repartí tartas nupciales, todo para pagarme unas zapatillas. Empecé con el cros, que se vivía intensamente en el país vasco”, comentaba Martín durante la entrevista en el programa ‘Álvarez Café’ de Teledeporte junto al periodista Jesús Álvarez.

Inicios en el cros y el fondo

“Mi idea siempre había sido el fondo. 5.000, 10.000, pero los metros finales se me complicaban más. Más o menos tengo calculado, 50 años después de comenzar a correr, que tengo unos 300.000 kilómetros en las piernas. Si tuviera que pasar la ITV lo tendría difícil. He tenido una musculatura privilegiada creo para aguantar todo esto”, ha analizado. Espectacular.

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“En Barcelona’92 cumplí el sueño de ser olímpico en 5.000. Me puse en cabeza, pero no pude ser finalista porque no tenía ese plus final. Estaba contento, pero quería más. Tenía que buscar una prueba que me encajara más. Esos últimos 200 metros en Barcelona me adelantó todo el mundo. Ahí decidí pasar al maratón”, asegura.

Debut sorprendente en maratón

“Recuerdo julio del 93. Competí un 10.000 en Oslo. Quería bajar de 28 minutos. Llevaba 5.000 me tuve que parar y retirarme porque estaba muscularmente agotado. Me quedé chafado y le dije a Mostaza que buscara una prueba que se adaptara a mí. Fui en agosto Helsinki, un maratón popular. Tuve apenas un mes de preparación. Pasé a hacer 200km semanales. El resultado es que me adapté muy bien y me quedé sorprendido. Fui el mejor debutante en una prueba de maratón. 2:12 minutos. Una gran marca”, añade.

“Cuando venía Gebrselassie a España quería ponerle las pilas a él. Haile es el mejor pero alguna vez hay que ganarle, nunca va a ganar el mismo. Cada vez que venía le decían que se iba a encontrar con un chaval pequeñito pequeño que le iba a poner las pilas. Se creó la imagen de Martin Fiz como un brujo o un diablo para los keniatas. Me usaban para entrenar más duro”.

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“La vida de un deportista no es tan fácil. La balanza siempre tiene que estar equilibrada. Yo llegué a Atenas en mi mejor estado de forma, pero mentalmente me vine abajo“, asegura sobre los Juegos del 96.

 

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