Mario García: Del Tormes al Mississippi

Publicado por
Vicente Capitán
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El atleta salmantino es uno de los favoritos para ganar el Europeo Sub23 en los 1.500 metros. Se ha quedado a las puertas de ir a los JJ.OO. y desde 2018 estudia y entrena en Estados Unidos.

El salmantino Mario García Romo acaba de cumplir 22 años y los pone de largo este fin de semana en el Europeo Sub23 de Tallín (Estonia) al que llega con la segunda mejor marca de los inscritos, merced a sus 3:35.79 del pasado 29 de junio en Castellón, tan sólo dos días después de haber sido medalla de bronce en el Campeonato de España absoluto.

Esos 3:35 le han dejado el sabor agridulce de acariciar la mínima olímpica (3:35.00) aunque Mario tenía por delante, por méritos acumulados, a los tres representantes españoles que finalmente estarán en Tokio: Mechaal, Fontes y el ex campeón de España Jesús Gómez, que no corrió en Getafe por estar “tocado”.

El caso es que García Romo es un chaval con una cabeza bien amueblada, “quiero ser atleta profesional y para eso están estos años de juventud, pero en 2018 surgió la oportunidad de irme a estudiar a Estados Unidos y seguir mi progresión deportiva y no lo dudé”, nos dice.

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Y es que el salmantino pertenece a esa generación de chicos y chicas españoles que están teniendo la opción de irse a estudiar fuera gracias a sus méritos deportivos y académicos (también ocurría hace décadas, pero no en la cantidad de hoy en día). Como lo está haciendo también la gallega Carmela Cardama de 24 años, que este año ganó la final de la NCAA en los 10.000 metros, un hecho insólito para un atleta español.

Campeón desde niño

Bronce en el Campeonato de España absoluto celebrado en Getafe

Mario es un chico que ya lleva años destacando atléticamente, habiendo sido campeón de España y medallista habitual en los 1.500 y 3.000 metros, tanto en pista cubierta como al aire libre, y en también en campo a través, desde que tiene 15 años.

“De niño, con 8 o 9 años en aquellos primeros crosses en La Aldehuela o los alrededores de El Helmántico, en Salamanca, era de los que salía demasiado fuerte y luego me hundía. Pero cuando empecé a entrenar con Lucio ya cambié y pronto fui campeón autonómico, luego medallista en campeonatos de España e internacional en categorías menores”.

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“En el verano de 2018 fue cuando vi las posibilidades de ir a una universidad en Estados Unidos y aunque tenía varias opciones, pesó mucho el entrenador Ryan Vanhoy, del que sabía que era alguien muy serio y que había trabajado ya con buenos atletas, varios con marcas cercanas a los 3:30 en 1.500 metros, como Eric Jenkins, Craig Engles, Robert Domanic o Waleed Suliman, y por eso me decidí por ir a estudiar a Ole Miss. Allí había buena escuela de medio fondo y también de cross. Valoro mucho de él que ha estudiado biología, tiene un máster en fisiología y trabaja de una forma que no nos desgastamos demasiado. Al principio cuesta adaptarse al salir de casa, los horarios, las comidas… pero tengo la suerte de tener unos buenos compañeros y me amoldé rápido a sus costumbres y a su forma de entrenar. Respecto a mi nivel de inglés no es que fuera muy alto antes de irme, el típico del colegio y el instituto, pero me lo he trabajado a base de oír mucho, entrar en conversaciones y no he tenido ningún problema”.

Mario no olvida sus orígenes, cuando en 2008 empezó a entrenar en Salamanca con Lucio Rodríguez, y de hecho él sigue figurando en su ficha de la RFEA como su entrenador: “Él me ha ayudado mucho y me sigue ayudando, cuando vuelvo por España viene a la pista conmigo a entrenar y a los viajes a competiciones. Me ayuda mucho actualmente en el tema mental, de motivación… nunca podré hacer lo suficiente como para agradecerle todo lo que ha hecho por mí”.

García nos cuenta que en su día a día “me levanto pronto, a las 6 ó 7 de la mañana, como algo ligero y vamos a los entrenamientos, a veces al campo de golf, un circuito para hacer ritmos, por caminos que tenemos para hacer algunas series de 1.000 por ejemplo, depende la época del año. Los martes solemos hacer algo más aeróbico y los viernes más ritmo de competición. Los domingos los dedicamos a carrera larga. Luego como algo más fuerte, ducha y a clase. Ahora estoy haciendo investigación en un laboratorio y estudio hasta la hora de comer y vuelvo después a clase. Después de esto toca la segunda sesión, hago como mucho tres a la semana, que puede variar con un rodaje más ligero, gimnasio… y ya a casa a recuperar y descansar, alguna serie, un partido de fútbol o baloncesto por la tele y a las 21:30 o 22h ya estoy en la cama”.

Cerca del sueño olímpico en su mejor temporada se siempre

“Este año está siendo muy bueno y mentiría si dijera que no me veía antes de empezarlo peleando por los Juegos, porque ese era mi sueño para esta temporada. La primera carrera salió ese 3:37 y superó las expectativas iniciales, pero sí sabíamos que iba a estar cerca de la mínima olímpica, porque lo veíamos en los entrenamientos, no sólo de este año, si no de las temporadas anteriores, en continua progresión. Valoro mucho que voy haciendo una progresión de manera natural, sin ir quemando etapas antes de tiempo”. En lo que va de campaña, Mario se ha situado como el noveno mejor español sub23 de siempre en los 1.500 metros y el sexto en los 3.000, gracias a los 7:48.40 que hizo en la pista cubierta de Fayetteville (EEUU).

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El atleta charro estudia Química en la Universidad de Ole Miss (Mississippi), ubicada en la ciudad de Oxford y aún tiene un año por delante, para finalizar su carrera. Mario es buen estudiante y va sacando todo con nota y admite que su referente en España es su paisano charro Álvaro de Arriba, todo un campeón de Europa de 800 en pista cubierta hace tres temporadas “al que he visto como ha llegado a la cima y siempre me ha inspirado, es un referente porque ha hecho grandes cosas en España y fuera. Luego a nivel internacional me gusta mucho Craig Engles que fue atleta de mi entrenador y el campeón olímpico de 1.500 en Río de Janeiro, Marc Centrowitz, porque maneja muy bien las carreras tácticamente y llega muy bien a las citas importantes”.

El español convive en su universidad con estadounidenses y chicos de otros países, pero ningún paisano, y como hemos apreciado que, en su forma de correr, tiene un buen dominio táctico y estratégico de la prueba. Le preguntamos al respecto: “Sí analizamos mucho nuestras carreras, observamos los errores qué hacemos y vemos cómo se podrían mejorar. Yo además soy un entusiasta del atletismo y creo que he visto todos los grandes campeonatos o mítines de 1.500 desde 1984 y evidentemente aprendo mucho de ello, aprendes así a manejar diferentes escenarios en carrera, pero tampoco me gusta ir a las pruebas con un plan muy detallado previo, hay que saber adaptarse a cualquier tipo de carrera que te puedas encontrar. Lo que tengo claro es que me gusta ser un atleta limpio en competición, no andar con toques, ni andar pegándome con nadie, me gusta que todo el mundo llegue bien a la última vuelta y que allí el más fuerte gane”.

Quizá cuando hayan leído este artículo, les suene algo más el nombre de Mario García Romo, porque ya tenga el título de campeón de Europa sub23 a sus espaldas, una medalla de oro que España ha conquistado en seis ocasiones. Eso lo sabremos este fin de semana (se puede seguir el evento en el streaming de www.european-athletics.com y en Teledeporte.

En las series que tuvieron lugar el jueves, Mario corrió de forma muy solvente y segura, segundo en su carrera, pasando con claridad para la final. Lo que está claro es que tenemos atleta de presente y futuro, primero como deportista de alto nivel y después como profesional de la bioquímica o la medicina. El salmantino, que en concreto es de un pueblo pequeño cerca de la capital, que se llama Villar de Gallimazo, se ve corredor de 5.000 en el futuro, pero aún a medio o largo plazo, aunque vaya probando corriendo ya alguno incluso ya el año que viene.

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