Inicio Entrenamientos Another One Bites the Dust

Another One Bites the Dust

Cuentan que un día apareció en el estudio John Deacon, bajista de Queen, con una línea de bajo funky que todos conocemos y que daría lugar a “Another One Bites the Dust”. Al principio no estaban muy convencidos, no pensaban ni incluir la canción en el siguiente disco, pero fue Michael Jackson quién les convenció para que lo hicieran ya que veía ahí un claro hit. La canción fue el mayor éxito que Queen haya tenido en Estados Unidos, número uno absoluto. La radiaban continuamente en emisoras de música negra y la gente acudía a sus conciertos pensando que eran un grupo negro de funk. Es curioso como algo que no piensas hacer te puede cambiar la vida.

El Jueves yo tampoco pensaba hacer un kilómetro más, un “one more” como se llama en el mundo runner-amateur, pero lo hice. Es una forma sencilla de hacer más entrenamiento del que te toca, engañando al cerebro para que además de entrenar más, acabes satisfecho.

Imagínate que tienes que hacer 14 kilómetros en un recorrido de ida y vuelta. Cuando vas a darte la vuelta para hacer los últimos 7 kilómetros te dices “vamos, one more” y haces un kilómetro más en dirección ida. De esta forma acabas haciendo 16 kilómetros casi sin darte cuenta. Otro ejemplo, te tocan series de mil . Cuando acabas la última y extenuante serie te dices “vamos, one more” y te acabas metiendo otra serie entre pecho y espalda cuando ya tu cerebro te había dado órdenes de parar.

Pues bien, el Jueves por la noche salí con la intención de hacer un rodaje de 17 kilómetros en un perfil irregular con muchas cuestas. Estoy metiendo un rodaje medio-largo como este todas las semanas, me acostumbra a rodar largo con cuestas que es básicamente lo que caracteriza a la Rock n Roll Maratón de Madrid que preparo. Siguiendo el principio de especificidad de entrenamientos, hay que entrenar aquello que te vas a encontrar luego.

Cuando estaba a pocos minutos de acabar mis 17 kilómetros y llegar a casa hablo conmigo mismo y me digo “vamos, campeón, one more”. Cuando te dices “one more” es imposible negarte, es como un pique corriendo con los amigos, si no entras al trapo tu ego y autoestima se desinflan, así que tienes que hacerlo aunque no tengas el mejor día. Sería impropio de un runner de verdad decirse a si mismo “one more” y luego no hacerlo. En definitiva, cogí otro camino en lugar de ir directo a casa, con el fin de completar un kilómetro más. Pero este rodeo me llevaría a correr por aceras.

La nocturnidad y correr por aceras no es una buena combinación para el atleta popular. Para mí al menos no lo fue. Cuando llevaba 500 metros de mi “one more” particular tropecé con algo y besé el suelo como esos futbolistas que celebran goles tirándose en plancha. Aterricé muy cerca de un grupo de chicos que hablaban en la calle y que me miraron con asombro, como si un avión se acabara de estrellar en su calle. Me levanté del suelo con cara de “no pasa nada”. No me planteé dedicar gestos ostensibles de dolor a ese grupo de chicos, no estaba para bromitas. Volví a casa corriendo como pude con un fuerte dolor en la rótula.

¿Casualidad o causalidad? Cuando llegué a casa le di algunas vueltas al hecho de que no me hubiera caído si no hubiera elegido el camino del “one more”. Si hubiera hecho justo lo que tocaba en el plan ese día no hubiera tenido ahora este golpe en la rodilla. Pero ¿sabes qué?, seguro que lo volveré a hacer, el maratoniano nunca rechaza un “one more”.


Suscríbete a nuestro newsletter

Recibe en tu correo lo mejor y más destacado de LBDC

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí