La trayectoria del saltador Luvo Manyonga daría para escribir un libro entero. Hizo historia para su país, Suráfrica, tras ganar en los Juegos de Río de 2016 la medalla de plata con un salto de 8.37, quedándose a solo un centímetro del ganador, uno de los favoritos como era Jeff Henderson. Fue una campanada porque no se le esperaba en esa lucha por ser campeón olímpico y porque tenía detrás un pasado oscuro. Manyonga, que viene de una familia muy pobre, tuvo problemas con las drogas cuando era prácticamente un niño. Él mismo ha confesado años después que era adicto al ‘tik’, una droga muy barata y destructiva que prolifera en las barriadas de muchos países africanos. El caso es que Manyonga ha sido recientemente arrestado en Suráfrica por beber en la calle en pleno confinamiento.
18 meses de sanción
En un control antidopaje le detectaron esta sustancia y su sanción fue reducida a 18 meses al considerar que fue consumida por adicción y que se encontraba en período de rehabilitación en el momento de producirse la audiencia por su caso. Su situación familiar también era compleja: su hermano y hermana habían estado en la cárcel, su padre trabajaba solo de manera ocasional y su madre era la única que conseguía ingresos para casa (menos de 10 euros, al cambio, a la semana como limpiadora doméstica). A una situación personal complicada se unió el fallecimiento, en accidente de tráfico, de su entrenador (Mario Smith), que fue como un segundo padre para él.
Estricto confinamiento en Suráfrica
Según el aviso policial, Manyonga fue detenido el miércoles en el Parque Thubelitsha en Kayamandi, un municipio en las afueras de la ciudad de Stellenbosch. En Suráfrica rige ahora mismo un confinamiento total durante el que ni siquiera está permitida la venta de alcohol y tan solo permite salir de sus domicilios a las personas que tengan empleos considerados ‘esenciales’.
