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Los secretos de Beitia, emperatriz de Europa

  • Campeona de Europa por tercera vez, hito del atletismo español

  • Mejor atleta española de la historia con 13 medallas en 27 finales

A los 37 años, ya de vuelta de muchas cosas, Ruth Beitia ha dejado el listón del atletismo español grabado con tres medallas de oro. La despedida dorada con la que todo atleta sueña en su palmarés. Se cierra un círculo en el escenario que ganó su primera medalla 15 años atrás cuando iniciaba el viaje de ida, hacia el Olimpo de los inmortales, ganando su primera presea (oro en Europeo sub 23 con 1.87) en el mismo estadio donde hoy ha vuelto demostrar que su cuerpo es único, especialmente dotado para el salto de altura, y su talento extraordinario. Ingredientes de raza, para retar constantemente a la gravedad, en un largo viaje, junto a su fiel entrenador, Ramón Torralbo, que ha hecho de la cántabra un icono deportivo, un espejo en el que todos los niños aspirantes a atletas, pueden mirarse con ilusión.

Técnica

La técnica de un atleta sufre variaciones a lo largo de su trayectoria, los más preparados se adaptan y sobreviven a los cambios, los más dotados los detectan y se adelantan al futuro. El día a día de la saltadora, por la edad de sus músculos, ha ido variando. Tras el quinto puesto del campeonato Europeo de Atletismo en pista cubierta de Praga (2015), donde Ruth vio que la pista era de una flotabilidad a la que no estaba acostumbrada, dándole una velocidad de entrada para preparar la batida del salto diferente a la entrenada, apostó con Ramón, siempre al 50%, por variar la carrera de aproximación a nueve zancadas saliendo desde parado, en vez de las 12 que tradicionalmente venía dando. Detalle que le ha permitido sobrevivir, en puestos de medalla, frente a la elástica juventud de sus rivales. Tanta importancia tuvo el cambio que durante el mundial de Pekín (5ª, con 1.99) España ganó la plaza de salto de altura para Río de Janeiro, donde la cántabra nos representará por cuarta vez en unos Juegos Olímpicos.

Algo de historia

La historia olímpica de las saltadoras españolas se resume con dos nombres más, Isabel Mozún, pionera en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles’84 y Marta Mendía, que representó a España en Sidney 2000 y Atenas 2004, precisamente donde debutó Ruth. Desde entonces los métodos de entrenamiento han ido evolucionando, como los materiales, y hoy en día toma importancia relevante el entrenamiento invisible (nutrición, psicología deportiva e higiene –fisioterapia y descanso–), lo que implica un equipo multidisciplinar coordinado.

Algunos secretos

Y tan cerca estaba este Europeo de Río, que la planificación del estado de forma a lo largo de la temporada era fundamental, donde Ramón siempre cuida aspectos como la doble periodización (pista cubierta – aire libre), no exceder el número de competiciones anuales, marcar objetivos reales, como el mundial de pista cubierta 2016 de Portland (plata, 1.96) y, lo más importante para Torralbo, el respeto por los tiempos de evolución del atleta, que a día de hoy se traduce en que Ruth lleva a cabo seis sesiones semanales (sin doblar desde 2010) y sus entrenamientos por sensaciones no se extralimitan, durando un máximo de 2 horas.  Son parte de los secretos deportivos de la inmortalidad de la triple campeona de Europa.

Campeona de Europa por tercera vez

La capitana de la selección en la XXIII edición del Campeonato de Europa, mejor atleta española de la historia, “quería hacer algo grande”, y lo consiguió gracias a esa inconformidad del deportista de élite, de ganar a los mejores, de superar su palmarés. Y dormirá ya con 13 medallas en 27 finales alcanzadas, dos finales olímpicas (Pekín y Londres), 13 finales en Campeonatos del Mundo y 11 finales en Europeos. Hoy ganó en Ámsterdam de una forma impecable, remontando desde el tercer puesto.

De las 12 finalistas tres eran las favoritas de Torralbo: Ruth, sin gafas de sol, medias amarillas por debajo de la rodilla y el rojo uniforme de España, Michaela Hruba y Airine Palsyte. La checa Hruba derribaba tres veces el listón en 1.89 y quedaba eliminada. Solo siete saltadoras habían pasado la altura a la primera. Ya en 1.93 la búlgara Mirela Demireva y la lituana aventajaban a la española que había fallado en su primer intento. De nuevo el viento de la primera jornada forzó nulos indeseados. Llegando la sorpresa anticipada de la eliminación de la italiana Alessia Trost que no llegaba a superar el 1.93. Igual suerte corrían su compatriota Rossit, Skoog y Okuneva. Lo que dejaba solas ante el 1.96 a cinco participantes, con Beitia en tercer lugar tras Demireva y Palsyte, y la belga Nafissatou y la alemana Jungfleisch por detrás de la santanderina. Caían estas dos en el 1.96 y el color las medallas se decidiría a partir de 1.98, una altura para coronar a una emperatriz, donde Ruth Beitia alargaba su leyenda y se proclamaba campeona de Europa por tercera vez, hito del atletismo español.

@FerminCBIoI


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