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La mina de oro de Gabi Lorente 

Es el jovencísimo entrenador de Mariano García y de Mohamed Katir. Un hombre de 31 años que hasta hace nada se levantaba a las 5 de la mañana para trabajar en la panadería de su cuñado y que hoy dirige dos atletas totalmente envidiables. “He perdido dinero pero hay que arriesgar”

– Que sí, que sí, que hoy voy a hacer 1’45”.

Mariano García siempre tiene la costumbre de hablar por teléfono con su entrenador Gabi Lorente una hora antes de las competiciones y el miércoles en Madrid no fue una excepción.

– Bueno, es que lo tienes en las piernas -le contestó Gabi Lorente, un hombre de 31 años que le conoce de toda la vida en Fuente Álamo (Murcia) y que casi es como su hermano mayor.

– Pero entonces tienes que ponerte detrás de la liebre en la calle 1 porque sino arruinas la carrera -insistió Gabi.

De hecho, la noche anterior ya lo habían hablado, ya habían despertado a la ambición.

– Mariano, he visto que la liebre va a pasar a 1’05”, eso me parece muy lento para ti.

– No, no, Gabi – contestó Mariano-. Hablaré con la organización para que la pongan a 1’04”.

Y así fue.

Y cuando terminó la carrera Mariano García había cumplido su promesa: 1’45″66.

Y había ganado a dos medallistas mundiales como Amel Tuka o Pierre Bosse.

– Y no me sorprendió -explica Gabi Lorente-, porque cuando él está convencido de algo, si no se equivoca en carrera, lo logra.

– De niño ya era así -añade-, porque nunca ha tenido miedo a salir a tope. Eso nos ha costado más de un disgusto pero también nos ha dado alegrías.

Al fin y al cabo, eso es la vida y, a los 31 años, Gabi Lorente ya tiene bastante vida.

Casado con el deporte desde la infancia y licenciado en Ciencias del Deporte, es como si hubiese nacido con un cronómetro en las manos.

Y eso que él pertenece a una familia de ganaderos y que es el cuarto de cinco hermanos a los que nunca les dio por el deporte. Pero en todas las familias hay una excepción: él.

– Llegué a hacer 9’14” en 3.000 metros lisos y 9’52” en obstáculos.

Era bueno pero no lo suficientemente bueno.

Decidió entonces hacerse entrenador con 20 o 21 años.

– Bueno, también influyó que el entrenador de nuestro club en Fuente Álamo, el mítico Juan Antonio García Esparza, lo dejaba y alguien debía tomar el testigo.

Y fue él, ha sido él, Gabriel Lorente, que hoy no sólo es el entrenador de esa fiera que es Mariano García.

También lo es de Mohamed Katir, otra de las supremas revelaciones de este invierno desde que hizo 7’35” en los 3.000 metros.

– Me llamó el verano pasado porque yo conozco a Katir desde niño, de verle en multitud de carreras, y me dijo: ‘Gabi, he pensado que quiero entrenar contigo’.

Gabi recuerda lo que le dijo entonces:

– Fue en una videollamada porque él vive en Mula, a unos 60 kilómetros de Fuente Álamo, en la que yo le dejé claro: ‘quiero que estes convencido y no hagas este cambio a la ligera porque realmente a ti no te va mal, has hecho 3’36” este verano en 1.500 y 7’44” en 3.000′.

Pero, al final, cambió y Gabriel Lorente, un tipo semi-desconocido para el gran público, es quien está detrás de esos éxitos: ya quisieran entrenadores reputados.

– Bueno, yo sólo soy un proyecto de entrenador -interrumpe él.

– ¿Y por qué un proyecto? -le pregunto.

– Hace poco que me dedico solo a entrenar, desde que el Club UCAM de Cartagena me dijo que necesitaban un entrenador a jornada completa.

Hasta entonces trabajaba de panadero.

– Sí, trabajaba en la panadería de mi cuñado y quitando horas de sueño podía compaginar ambas cosas porque cada día me levantaba a las 5 de la mañana. Llegaba a trabajar hasta 12 horas al día.

El cambio, sobre todo, ha sido una inversión.

– He perdido dinero, sí, claro, pero mi idea de futuro es vivir de lo que me gusta y tengo bien presente que quien no se arriesga en esta vida no gana.

Se aplica al cien por cien.

– Tengo tanto por aprender.

Pero no se le va la cabeza.

– Los pies en el suelo.

Hay palabras que hay que escuchar dos veces.

– ¿Quién soy yo? -pregunta.

– ¿Se imagina que Katir pueda convertirle en medallista olímpico? -le pregunto.

– Condiciones para conseguirlo tiene. Quizás no en estos próximos JJOO. Pero en el futuro, ¿por qué no?, tiene unas condiciones para la resistencia extraordinarias y lo que hay que trabajar es que en una gran campeonato prima lo rápido que seas al final, y eso a él ahora le falta.

Gabriel asegura que sus atletas no hacen barbaridades en los entrenamientos.

– Procuramos que nos dejen buenas sensaciones más que ritmos.

Por eso no se le ocurren grandes cosas que contar.

– Si me habla de algún entreno bueno de Katir se me ocurren 6×500 todos a 1’10” con 1’30” de descanso y de Mariano le diría 5×300 a 38’00” con 3’00” de recuperación.

En la pista de Cartagena, donde hacen las series, Gabi Lorente insiste sobre todo en la paciencia.

– Vamos a prepararnos para no ser impacientes en competición -les dice.

– Si te impacientas luego al final te van a fallar las fuerzas – añade.

De hecho, eso fue lo que les pasó a Mariano García y a Mohamed Katir en el último campeonato de España en la pista cubierta de Gallur.

– Efectivamente. Así fue -reconoce.

De ahí vino el ánimo de revancha de Mariano cuatro días después en el mitin de Madrid, la llamada ésa a su entrenador.

– Que sí, que sí, que esta vez voy a hacer 1’45”.

– ¿Y si eso es la antesala de la medalla en el Europeo de Polonia?

– De eso se trata, sí.


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