No estoy seguro de por qué mi pie huele a queso, pero definitivamente hay algo raro ahí abajo. Puede ser que tenga que lavármelos más a menudo o cambiarme los calcetines, o puede ser algo más serio.
Si alguna vez te has preguntado por qué tus pies huelen a queso, puedes agradecérselo a la bacteria Staphylococcus epidermis, culpable del “enquesamiento” de la superfície cutánea de los pies. A este tipo de bacteria le gusta especialmente la leucina (un aminoácido esencial que interviene en la creación y sintetización de las proteínas) que se encuentra en el sudor y, al descomponer esta sustancia, produce ácido isovalérico. Este ácido es el mismo que da a los quesos su característico aroma.
Otro de los principales culpables es el diacetilo, también responsable del sabor característico de la mantequilla, lo que podría explicar por qué algunas personas encuentran los pies sudorosos tan desagradables…
O bien puede tratarse de una infección producida por hongos. Trichophyton Mentagrophytes y rubrum, Epidermophyton floccosum y Microsporum canis se alimentan de la queratina que tenemos en la capa más externa de nuestra piel. A esta infección se le empezó a conocer como “pie de atleta” por ser extremadamente frecuente en deportistas que usaban a menudo duchas comunes.
Generalmente todos estos bichejos de nombre impronunciables estan asociados a un aumento de la sudoración (hiperhidrosis) en la zona que debilita el manto ácido de la piel que actua como barrera de protección natural. Cuando la hiperhidrosis se acompaña de mal olor se denomina bromhidrosis.
Así, las bacterias que normalmente habitan en nuestra piel, sin esa barrera de protección natural que las mantiene a raya, ganan la “batalla” y empiezan a proliferar alegremente, lo que provoca el mal olor de nuestros pinrelillos. En ocasiones estas bacterias llegan a provocar pequeños “cráteres” en la pie, lo que se denomina queratolisis punctacta.
Si ninguna de esas explicaciones parece encajar, entonces es posible que simplemente tengas los pies apestosos por naturaleza (cuestiones hormonales, por estrés, por la alimentación, … etc). No es necesariamente algo malo, pero puede ser desagradable para ti o para quienes te rodean.
Por suerte, hay algunas cosas que podemos hacer para combatir el mal olor de los pies además de lavárnoslos con regularidad – especialmente en la zona de los dedos (prestando especial atención al secado)-, utilitzar calzado y calcetines de materiales transpirables, o incluso cambiar a menudo de zapatillas para evitar la humedad.
Para restablecer el manto ácido de la piel, que está degradado, recomendamos el lavado del pie con jabón de PH ácido (5.5). Si el lavado lo hacemos por la noche, por la mañana al salir de casa usaríamos polvos o sprays antitranspirantes. La mayoría de los preparados que se encuentran fácilmente en el supermercado, incorporan Triclosan que se muestra muy eficaz en la mayoría de los casos.
Se recomienda aplicar este tratamiento (jabón ácido + polvo/ spray antitranspirante) durante un 4-6 semanas. Las primeras dos semanas se aplicará a diario y en semanas posteriores tres veces por semana. Una vez terminado el tratamiento, y para mantener el efecto, se recomienda usar de manera permanente los polvos antitranspirantes (unas 2 veces a la semana).
En el caso del “pie de atleta” aplicaremos una crema antifúngica, que será la encargada de aniquilar a los hongos que tengamos “aposentados” en nuestra piel. Se recomiendan cremas a base de Ketoconazol, Bifonazol o Terbinafina.
Una de las formas más eficaces de combatir el olor de pies es sumergirlos en una solución de vinagre (1/3) y agua (2/3), ya sea vinagre de manzana como de vino. El vinagre, al contener ácido acético, ayuda a matar las bacterias y a absorber el exceso de humedad, dos factores que como hemos visto contribuyen al olor de pies. También tiene propiedades antifúngicas.
En las zapatillas puedes espolvorear bicarbonato de sodio que te ayudará a absorber el sudor y a mantener los pies secos.
Con un poco de perseverancia esperamos que estos consejos os ayuden a mantener unos pies limpicos y con buen olor.