Los habitantes de Lanzarote son conocidos como “conejeros”. Al principio esta palabra se utilizaba sólo para definir a los habitantes de la isla, pero hoy se utiliza para cualquier cosa que equivalga a lanzaroteño. Así podemos decir perfectamente que la Maratón de Lanzarote es “la Maratón Conejera”.
El origen de la palabra “conejero” se encuentra obviamente en el sustantivo conejo, ya que en la isla había abundancia de estos simpáticos animalillos. En el siglo XVIII Lanzarote era un gran exportador de pieles de estos animales.
Es curioso que la palabra “rabbit” (conejo en inglés) tenga asimismo claras connotaciones runner ya que se utiliza internacionalmente para definir a los “pacemakers” o corredores que marcan los ritmos de carrera a otros. En español por algún motivo “rabbit” se tradujo como liebre, pero en inglés es conejo la palabra que se utiliza. La maratón de Lanzarote como cualquier carrera de nivel también tendrá sus liebres.
Como vemos, existe una clara conexión entre Maratón, Lanzarote y Conejos. Y precisamente me estoy planteando estos días convertirme en liebre de la Maratón o de algún amigo que la vaya a correr conmigo. Ha sido entrar en las semanas decisivas de la preparación y comenzar a ser invadido por dudas de fe maratonianas. ¿Estaré preparado? ¿Son suficientes los kilómetros que hago ¿Llegaré bien de forma?
Son ya bastantes maratones las que tengo en las piernas y todavía me siguen invadiendo los nervios cuando se acerca el reto. Esto lo debería tener controlado desde hace bastantes años, pero no es así. Y probablemente las dudas no tengan demasiada justificación porque estoy entrenando de manera sólida y a ritmos similares a las últimas maratones que he corrido, pero estas dudas son innatas al maratoniano, al menos al maratoniano serio.
Mi mejor marca en maratón hace ya bastantes años que se grabó en piedra y hoy tengo imposible superarla por el simple efecto del paso de los años en el cuerpo. Sin embargo, hay otros aspectos de la carrera que puntúan por encima de la marca. Cosas como poder correr en un entorno nuevo, combinar deporte y vacaciones, el trato al corredor o disfrutar de paisajes maravillosos tienen hoy mucho más valor que conseguir una marca puntual. Es por eso que mi Lanzarote Marathon, “la maratón conejera”, es una carrera que me atrae especialmente.
Foto: James Mitchell
