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La dieta disociada: Información completa que deberías saber

dieta disociada

Es evidente que cuando alguien se pone a dieta quiere que los resultados vayan acompañando. Sucede como en running, que poco a poco se va ganando en resistencia y, con los entrenamientos adecuados, también en velocidad. Ir superando barreras es la mejor motivación.

Sin embargo, hay que tener claro que los objetivos no pueden estar solo supeditados a lo que diga la báscula. Aprender a comer sano, a prescindir de alimentos nada saludables, a controlar las cantidades o perder grasa, son otros logros que han de considerarse, celebrarse también.

Convencidos de esto último, no habrá necesidad de recurrir a las contraproducentes y denostadas dietas milagro. No es sano perder mucho peso en poco tiempo, para ese evento que está por llegar o de cara al verano. Es más, muy posiblemente aparecerá el temido efecto rebote.

Entre todas las dietas disponibles, algunas generan especial controversia, se han ganado muchos enemigos entre los profesionales de la nutrición. ¿Es este el caso de la dieta disociada? Veamos.

Qué es la dieta disociada

Las dietas disociadas parten de que no mezclar tipos de alimentos en las comidas. Las proteínas deben quedar por un lado y los hidratos de carbono por otro, de forma que se han ingerir, por un lado carne, pescado, huevos, queso, leche, yogur o legumbres; y, por el otro, arroz, pasta, pan, patatas o maíz. Así lo explica la Universidad Internacional de Valencia.

Se hace de esta forma porque cada grupo de alimentos necesita un tipo de PH distinto, que será más ácido o más alcalino y diferentes enzimas. Su absorción será diferente y, al separarlos, se asimilan mejor los nutrientes. Esto es, al menos, lo que defienden sus valedores.

Reglas básicas

Para hacerlo bien, por lo tanto, hay que seguir unas pautas generales, además de no mezclar proteínas e hidratos de carbono. Tampoco se debe juntar la proteína con el almidón, es recomendable comer la fruta sola y con el estómago vacío y hay que separar frutas ácidas de dulces. No hay límites en cuanto a cantidades, y las bebidas deben reducirse a agua. Nada de alcohol o refrescos, por supuesto, pero tampoco café.

Además, hay indicaciones sobre cómo ingerir cada alimento según su grupo. Se puede comer cualquier carne, pero se debe cocinar a la plancha o al vapor, opciones de preparación que apenas implican uso de grasa. Lo mismo sucede con el pescado.

En cuanto a productos lácteos, se deben elegir los light y reservarlos para la media mañana o la media tarde. En las mismas franjas horarias se pueden tomar los frutos secos, aunque mejor solos.

Lo que dicen sus defensores

Muchos de quienes la han seguido la defienden por varios motivos, siendo uno de los que más pesa el que resulte llevadera. Las restricciones son en cuanto a cómo se consumen los alimentos, no en cuanto a los alimentos en sí. Es algo que, de entrada, juega un papel importante en la psicología.

Lo de no tener que controlar cantidades, por tanto, la convierte también en una dieta sencilla. Además, el no mezclar alimentos y que se prescriban unas opciones concretas de cocinado, implica también simpleza a la hora de cocinar, sin necesidad de hacer varias elaboraciones para un solo plato.

La dieta disociada no supone, a priori, tampoco un cambio drástico en la dieta. Se comen los mismos alimentos (se entiende que son los referidos más arriba, sanos y no procesados), no hay que prescindir de ninguno. Por lo tanto, tampoco genera impacto en la economía familiar.

Muchas de las personas que la han seguido aseguran que ha mejorado su digestión. Cuando los alimentos se mezclan, por lo comentado más arriba, las digestiones se hacen más pesadas, y puede aparecer el dolor abdominal.

Ejemplo de menú de dieta disociada

La plataforma OnlinePersonalTrainer, que reúne a entrenadores personales titulados superiores y nutricionistas deportivos, ofrece ejemplos de menús para una dieta disociada. Eso sí, los desayunos son contundentes, algo a lo que muchos no están acostumbrados.

Menú 1

-Desayuno: Huevos revueltos con jamón y setas. Un vaso de leche de soja. Una taza de té o café (ellos sí lo permiten).

-Almuerzo: Espaguetis con brócoli.

-Merienda: Dos zanahorias.

-Cena: Maíz y guiso de calabacín.

Menú 2

-Desayuno: Muesli con avena y manzana. Una cucharada de miel. 150 gramos de yogur bajo en calorías. Una taza de té o café.

-Almuerzo: Ensalada verde. Patatas al curry.

-Merienda: Un yogur.

-Cena: Pimientos rellenos de arroz.

Menú 3

-Desayuno: Una rebanada de pan. Un plátano. Un yogur. Té o café.

-Almuerzo: Filete con verduras.

-Merienda: Queso fresco.

-Cena: Patatas con curry.

Menú 4

-Desayuno: Huevos revueltos acompañados de jamón y setas. Vaso de leche de soja. Café o té.

-Almuerzo: Fideos con puerros.

-Merienda: Zumo natural de zanahoria.

-Cena: Guiso de calabaza y maíz.

Es evidente que se ganará en efectividad si se acompaña de actividad física moderada. De hecho, debería estar entre las prioridades.

Dieta disociada y maratón

La semana previa al maratón muchos maratonianos querrán seguir una dieta disociada, mediante la cual mejorar el rendimiento el día de la competición. Consiste en suprimir la ingesta de hidratos de carbono a principios de semana (pan, pasta, arroz, patatas, cereales de todo tipo, hortalizas, legumbres, fruta, etc) y a falta de dos o tres días llevar a cabo una sobrecarga de hidratos y una bajada de proteínas.

Ante esa situación de escasez de hidratos (3 días) y posterior sobrecarga (3 días), el día de la carrera el cuerpo, por memoria metabólica,  reaccionará con una mejor eficiencia en el consumo de gasolina (glucógeno) retrasando la aparición de la fatiga sobrevenida producida por el cambio de fuente de obtención de energía hacia las reservas de grasa.

* Ejemplo de menú para un día rico en HC ( 500 gr CH aprox):

Desayuno: un tazón de cereales o muesli, 2 yogures o un tazón de leche, una manzana y un zumo de frutas

Tentempié: 30 gramos de frutos secos + 300 ml de bebida isotónica con HC

Comida: un plato de pasta cocida + verduras o legumbres + pescado o carne + 50 gr de pan + fruta

Merienda: un plátano con chocolate + yogur bebido (200 cc) de frutas

Cena: patatas cocidas con judías verdes +  una tortilla de gambas + 50 gr pan + yogur con pasas

Resopón: un vaso de leche de vaca o de soja con galletas

¿Es segura la dieta disociada?

Que una entidad como la Universidad Internacional de la Valencia hable de ella en su web, bien podría hacer pensar que cuenta con el visto bueno de quienes constituyen una fuente fiable. Pero lo cierto es que la dieta disociada genera adeptos y adversarios prácticamente a partes iguales.

Un estudio publicado en la International Journal of Obesity, determinó hace bastante tiempo que la dieta disociada no supone diferencias considerables en la pérdida de peso en comparación a otras dietas. El total de grasa corporal o la localizada en el abdomen tampoco varían.

Es decir, según las conclusiones del estudio, la dieta disociada no tiene ventajas significativas en la pérdida de peso y de grasa corporal. Ni se adelgaza más por disociar alimentos ni se engorda, en definitiva.

Lo que se critica no es ya que parezca una opción peligrosa en comparación con otras dietas milagros, sino que, según sus detractores, se base en principios falsos.

La compañía aseguradora y proveedora de servicios de salud y bienestar Sanitas, recuerda en su blog que solo basta conocer un poco el proceso digestivo para saber qué monosacáridos se encargan de la absorción de los hidratos de carbono, y aminoácidos de proteínas y ácidos grasos. “Y lo hacen al mismo tiempo y de forma totalmente selectiva”, apostillan.

En la misma línea se pronuncia la revista especializada Consumer, que recuerda que la dieta no tiene sustento científico. Además, se remite a la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) para recordar que este tipo de dietas pueden tener una larga lista de efectos adversos: alteraciones gastrointestinales, malestar, mareos, mal aliento, ansiedad…

Hemos de recordar también que un estudio publicado en la revista Appetite recogió que comer en exceso y otros estados de ánimo y comportamientos adversos, están relacionados con la presencia o ausencia de ciertas pautas dietéticas. Hacer determinadas dietas, en otras palabras, no solo no ayuda, sino que puede resultar contraproducente si no se hace bien.

Además, es importante destacar que es imposible conseguir hacer una dieta disociada al 100%, ya que los alimentos contienen más de un tipo de nutriente. Por ejemplo las verduras que en esta dieta se pueden combinar con todos los alimentos, contienen hidratos de carbono. Oro ejemplo son las legumbres que se incluyen en los alimentos proteicos, es verdad que tienen un alto contenido en proteínas, pero también en hidratos de carbono.


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