La crónica que incendia a Castillejo 

Correrá la prueba popular del Mundial de media maratón de Valencia y podría ser el primer español en la pancarta de meta sin el uniforme de la selección. Una situación que él califica de “dantesca”.  

A las siete de la tarde de ayer, en la estación Joaquín Sorolla de Valencia, mientras se bajaba del tren, sonaba el teléfono de Carles Castillejo. Al otro lado, la voz de José Enrique Villacorta, seleccionador de fondo, que le informa de que la Federación se ha equivocado y que no pueden correr seis atletas españoles sino cinco el Mundial de media maratón de Valencia.

– ¿Qué quiere decir esto…, qué me voy a quedar fuera? -le rebate Castillejo-. Aprovecho ya que estoy aquí…, y cojo el tren de regreso a Barcelona… 

– No, no, Carles, lo estamos viendo, pero quería que lo supieses -insiste esta vez el seleccionador.

– Haz lo que debas -replica el atleta-. El responsable eres tú. Puedes descartarme a mí o pensar en tener el mejor resultado posible para el equipo.

La conversación queda aparcada hasta una hora después cuando vuelve a sonar el teléfono de Castillejo. La voz del seleccionador le informa de que el descarte estaba entre él y Jaume Leiva y que, finalmente, han decidido descartarle a él. Los cuatro primeros (Benabbou, Jaume Leiva, Txiqui Pérez y Camilo Santiago) del campeonato de España de media maratón de Melilla no estaban preseleccionados, sino fijos, según el seleccionador. La quinta plaza era innegociable para Lamdassem, que tiene la mejor marca del año (1’03″07) frente a los 1’03″21 que Castillejo hizo como liebre en el maratón de Sevilla. Tampoco importa que Castillejo le recuerde a Villacorta que ese día en Sevilla no corrió a tope, porque la decisión ya está tomada. A esas horas, ya no cabe la indecisión. El sábado ya está aquí. 

 A la noche, la indignación del atleta es innegociable, hospedado en el hotel de Valencia, donde comparte habitación con Txiqui Pérez, uno de los seleccionados, compañero hasta las siete de la tarde de ayer. “He pedido que me dieran el dorsal de recuerdo”, señala Castillejo, “y aquí lo tengo en la mesilla de noche”. La última conversación con Villacorta ya fue irreversible. El seleccionador le pidió perdón. “De nada ha valido que le dijese que no estoy de acuerdo. Yo llevaba mucho tiempo hablando con él de este campeonato. Para mí era interesante y él lo sabía. De hecho, me puse enfermo en la media de Barcelona. No pude hacer la mínima y pagué el peaje físico de seguir entrenando para lograrla en Sevilla y llegar hasta aquí y, de repente, me encuentro con esta situación. Villacorta me ofrece como compensación ir a los Juegos del Mediterráneo, pero ¿a qué viene eso ahora? El campeonato que yo había peleado era este”.

 Villacorta insiste en que ha sido una decisión difícil y que en un rato le llamará Ramón Cid, director técnico de la Federación, como así sucede. Pero esa llamada viaja en la misma dirección. “Ramón vuelve a pedirme disculpas. En realidad, ése es el único argumento que maneja conmigo la Federación en esta situación”. Quizá la novedad radica en la última parte de la conversación cuando Ramón Cid le recuerda que, al menos, él es un atleta veterano curtido en mil batallas. Pero esta no es una noche cualquiera para Castillejo. “El caso es que no debería estar enfadado porque no es responsabilidad mía lo que ha pasado”. El corporativismo también es importante. “Me molesta que haya pasado esto, porque, igual que a mí, le podría haber pasado a otro atleta”. Pero le ha pasado a él, Carles Castillejo, que ya tiene un currículum muy gordo.  “Tengo una edad. Voy a cumplir 40 años en agosto y no merezco que las cosas se hagan así ya sólo porque, a mi edad, todavía me sigue resultando fácil correr por debajo de 1’04″30 que es la mínima para este campeonato”. 

 Pero la realidad, y quizá la parte más sensible de esta historia, es que Castillejo no se irá hoy de Valencia.  Tampoco el sábado. Es más, estará en la línea de salida, pues ha logrado un dorsal para la prueba popular que se corre de forma simultánea con el Mundial de media maratón. Así que podría darse el caso de que Castillejo, sin el uniforme de la selección española, fuese el primer atleta español en la pancarta de meta. “Una situación que califica de “dantesca para la Federación” y “de desagradable” para él. “Pero así son las cosas que pasan y yo he de aprovechar la oportunidad que tengo de hacer marca personal este año”. 

@AlfredoVaronaA