Él mismo lo dice. Y la verdad es que es el pensamiento que tenemos muchos después de presenciar atónitos la irrupción de uno de los nombres propios a nivel internacional de este 2021. La evolución de Mohamed Katir (23 años) es algo tan increíble como casi inexplicable. Se plantaba antes de esta temporada con marcas personales de 3.36.59 en el 1.500 y 13.50.19 en el 5.000. Registros muy buenos, pero nada del otro mundo, sobre todo cuando hablamos de primeros espadas mundiales.
Pero el muleño nos ha descuadrado todos los planes. Prácticamente todo lo que ha corrido en 2021 ha sido a un nivel celestial y mejorándose una barbaridad en cada carrera. Consiguió muy pronto la mínima en el 1.500. 3.33.62 en Nerja el 12 de mayo. Bajaba tres segundos su marca personal de golpe y porrazo. Luego llegó lo de Gateshead. En un día de perros protagonizó una carrera espectacular y acabó el 5.000 en 13:08:52. Se llevó la prueba ante atletas consagrados como Isaac Kimeli, Kibet, Gressier o Henrik Ingebrigtsen.
Historia en Florencia
La gran traca cayó en Florencia. En otra carrera de ensueño, bajó en 18 segundos la marca de Gateshead y lograba el Récord de España de Bezabeh 11 años después. 12:50:79. Y lo último, lo de Mónaco, donde terminó dejando atrás a un tal Jakob Ingebrigtsen y a punto estuvo de dar caza a Cheruiyot. 3:28:76, tumbando esta vez una plusmarca más mítica como era la de Cacho.
Seguridad y unos entrenamientos tremendos
En una entrevista a ‘El País’ tras lograr el Récord de 1.500, Katir ha dejado varios titulares: “No sé cómo explicar los sentimientos que tengo al tener los dos récords. Es un orgullo, sí. He salido de la nada. No puedo explicarlo”, asegura. Claro que pensé en pasar a Cheruiyot, el keniano campeón del mundo, que no estará en Tokio. Pero él tiene mucha más experiencia y ha sabido correr mejor. Dentro de un año, ya le paso”, añade con seguridad.
“Le calca los entrenamientos durísimos de Ingebrigtsen”, comenta Miguel Mostaza, su manáger. El ‘método’ Ingebrigtsen que lidera ‘papá’ Gjert y que siguen los tres hermanos. De momento, Jakob ya vio que lo de Katir no es ningún ‘farol’. Fue su sombra casi toda la carrera en Mónaco y terminó pegándole el hachazo.
