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Jurassic Run

A tu edad no deberías cometer esos excesos.

Se te van a desgastar los cartílagos.

Correr mucho es malo, no es natural entrenar así.

Un día te va a explotar el corazón.

Pareces enfermo…

Muchos son los peligros y nefastas consecuencias atribuidas a correr “demasiado”. Pero, ¿cuanto es demasiado? Con esta pregunta nos metemos hasta las ingles en la ciénaga del cadaunismo (cada uno es cada uno); lo que para mi vecino del 4º es una gesta, para mí es calderilla, mientras que con mis diez mejores entrenamientos Paul Tergat se limpia el culo y aún le queda sucio.

En este punto cale invocar al sentido común aunque, si como en mi caso no es uno de tus puntos fuertes, siempre puedes recurrir a un profesional o a los gadgets para analizar y controlar tus sesiones. Y una regla de oro: cuando te duela algo el médico de cabecera te dirá que no corras o algo peor; mi padre siendo yo aún un crío fue a visitarse con el Dr. Palomo, que así se apellidaba nuestro médico (quizá como Jesucristo también era hijo de una paloma). Tenía Don Francisco (mi padre) unas molestias de no recuerdo qué tipo, y transmitióselas este al Dr. Palomo con honda fe en su sabiduría. Nuestro excelentísimo doctor era obeso hasta no llegar yo a saber nunca en qué tipo de silla se sentaba; una gigantesca bragueta encontraba la continuidad con su barriga, que chocaba con el escritorio cada vez que se arrimaba a este para extender las recetas. No es una descripción gratuita esta, sino que pretendo haceros entender que al Dr. Palomo le costaba ponerse en la piel (y hueso y nada más) de un maratoniano como mi padre. Sus palabras retrataron perfectamente dicha incomprensión: “Usted lo que tiene que hacer es dejar de correr, porque cansarse es de tontos”. A lo que mi padre respondió taimadamente: “Pues llevo más de veinte años haciendo el tonto”, y lo sigue haciendo.

No niego que mis textos suelen estar teñidos de fantasía, pero lamentablemente esto no puede ser más verídico. En contra del convencimiento de muchas personas equivocadas, concluyo con una de las cosas que tengo más claras: se puede y se debe llegar a viejo así, corriendo.


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