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Joaquín Carmona: ojalá esté en algún pueblo sin wifi

Publicado por
Alfredo Varona
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Joaquín Carmona, la mejor cuenta de atletismo que existe en Twitter, lleva desde el 15 de marzo desaparecido. La gente se pregunta dónde está y nadie sabe cómo resolver el enigma. En realidad, nadie sabe quién es Joaquín Carmona. Ni siquiera si ése es su nombre o un pseudónimo.

Como me dijeron una vez, “esperemos que esté en algún pueblo sin wi-fi”. A este respecto yo les añadiría que tampoco es fácil escribir acerca de un misterio, porque, en realidad, Joaquín Carmona es un misterio. Un hombre al que cualquier día le pudiste dar la mano o al que tal vez no hayas visto en tu vida. Nadie le conoce. No hay manera de resolver esa ecuación. No hay uno solo de sus 16.000 seguidores en Twitter que haya desvelado la duda de quién es este hombre. Ni siquiera Gerardo Cebrián que vive ininterrumpidamente del atletismo desde 1982. “Yo creo que es un pseudónimo”, explica, “pero tampoco lo sé. Nadie de los que estamos habitualmente en la red relacionados con este deporte sabemos a ciencia cierta quién es”.

El misterio es infinito. Pero la realidad es que Joaquín Carmona se ha metido en nuestras vidas gracias a su desinteresada vocación de servicio al atletismo. Siempre lo valoramos. Pero no sabíamos que le podíamos echar tanto de menos. Nos hemos dado más cuenta que nunca desde el 15 de marzo. Desde entonces, el hombre, que trata los datos con más elegancia que nadie en Twitter y que llega hasta donde los demás no llegamos, no ha vuelto a aparecer. Gerardo Cebrián ya ha perdido la cuenta de los mensajes directos que le ha enviado para preguntarle cómo está. Nunca ha recibido respuesta, “y eso no es normal porque él siempre contesta. De hecho, en las retransmisiones de televisión cuando me equivoco es él quien me manda un mensaje para decirme que ese dato no es así y, como me ofrece plena confianza, rápidamente lo corrijo. Por eso estoy alarmado: temo que haya pasado lo peor”

Si Joaquín Carmona no fuese diferente a todo hoy no estaríamos escribiendo de él. No estaríamos preguntándole desesperadamente dónde está o pidiéndole que dé señales de vida. Pero cada uno tiene lo que se merece. Joaquín Carmona es un personaje que no se hace la más mínima publicidad de sí mismo. Un total desconocido como explica Miguel del Pozo que, desde su condición de atleta aficionado, es muy activo en la red. “No sé ni siquiera si se llama Joaquín Carmona. Incluso me cuesta imaginar que la fotografía de perfil, en la que aparece con esos pelos, sea la suya”.

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La realidad es que esa foto pone más carne en el asador: fortalece el enigma Joaquín Carmona, su silencio, su papel en Twitter, su nombre y apellidos. Joaquín es ese hombre que igual te habla de Moses Kiptaniu que de Peter Giles. Joaquín es una marca registrada que te traslada de ayer a hoy en una noche y que provoca que un entrenador de la reputación de Antonio Serrano entre en Twitter expresamente para buscarle a él. “De siempre he sido un enamorado de la estadística, de los números del atletismo”, explica. “Me encanta saber quién participa, qué resultados ha habido en Johannesburgo o en Los Ángeles, y eso Joaquín Carmona te lo transmite mejor y antes que nadie. Tiene ese plus que no tenemos los demás, y es lo que le hace diferente, lo que provoca que todos nos preguntemos ahora: ‘¿dónde está? ¿qué ha sido de él?’ ‘¿ha pasado algo?'”

“Yo también me lo pregunto”, añade Gerardo Cebrián. “En primer lugar, porque, aún sin saber quien es, le he cogido cariño. Quizás porque la gente que lo hace tan bien se gana ese derecho sin pretenderlo. Y, en segundo lugar, egoístamente, porque su sabiduría, para mí, se ha hecho imprescindible. Siempre digo que en casi todas las cuentas de Twitter,  incluida la mía, siempre cometemos  algún error por la razón que sea, ya sólo porque damos una opinión equivocada. Sin embargo, Joaquín es infalible. No se equivoca nunca. No opina. No se mete en líos. Sólo da datos, datos contundentes, que son los que marcan la diferencia”.

Hoy, la incertidumbre nos hace aún más sensibles. Nos provoca hasta impaciencia y miren que es difícil ganarse a la gente sólo a golpe de datos. Pero ése es el título de Liga de Joaquín Carmona: un tipo que demuestra que también nos enamoramos de los datos. “Porque, al final, él es eso: datos, curiosidades, efemérides perfectamente explicadas y presentadas”, reivindica Miguel del Pozo. “En su cuenta no encuentras planes de entrenamiento ni reflexiones. Y todo eso refuerza el enigma de un hombre que no sabes si será un estadístico”. Miguel se ha preguntado mil veces quién es, pero a día de hoy ésa es una pregunta imposible. “Desde luego, si me está leyendo, le deseo lo mejor y le pido que vuelva pronto”.

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Twitter también se ha reunido varias veces para pedírselo Oquizás para algo más importantepara preguntarle cómo está. Pero entonces no sale un solo individuo en este país que lo sepa ni que sepa si algún día se tomó un café con él. “Más de 16.000 seguidores y ninguno le conoce personalmente”, resumió Manuel Fedriani en una inigualable radiografía de lo que pasa. “Estamos hablando de un referente. Para mí es un referente”, añade Gerardo Cebrián. “Hablamos de un hombre al que jamás hemos leído que metiese la pata y eso es dificilísimo en el mundo de las redes sociales”.

El legado de Joaquín Carmona son, a día de hoy, 29,5 mil tuits que demuestran la importancia del atletismo en cualquier parte del planeta. “Es de esas pocas personas que, aún sin conocerlas personalmente, puedes decir, ‘este tipo es un fenómeno'”, añade Antonio Serrano que espera que, cuando regresen las competiciones de atletismo, pueda volver a meterse en la cuenta de Carmona. “Cuando quiero saber si una prueba se  retransmite en televisión voy directamente a él y no me falla nunca”.

En realidad, podríamos seguir insistiendo. Siempre llegaríamos al mismo sitio. Nunca podríamos hablar de un cara a cara. Pero comprobariamos que todas las opiniones acerca de Joaquín Carmona aterrizan en el mismo domicilio. Todos estaríamos de acuerdo con lo que escribió de él Jesús Lagos. “Una manera de actuar elegante, siempre correcciones por privado. Obligado a seguirle si te gusta el atletismo”. También nos alistamos a Lupe Rangel. “Se le echa de menos”. Y nos da miedo que Ángel David Rodríguez pueda llevar razón en esas tres palabras que escribió al pensar en él. “Mala pinta, desgraciadamente”.

No queremos que lleve razón y recordamos que en la última recta siempre reaparece la esperanza. No sabemos lo que pasa y nos interesa lo que pasa. Son las cosas de la incertidumbre. Desde julio de 2010, cuando Joaquín Carmona se unió a Twitter, ha pasado tiempo. Hemos vivido muy buenos ratos. Nos ha transmitido muy buenos valores y por eso mismo Miguel del Pozo se niega a creer que esto se ha acabado. “Le deseo lo mejor y que no haya tenido ningún problema”. Gerardo Cebrián tampoco se da por vencido. “Ansío que vuelva pronto”.

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Sea como sea, mi manera de darle las gracias es esto que he escrito por él, todo esto que he preguntado por él y que me ha demostrado que la unanimidad existe. Quizá haya sido un argumento muy repetitivo a lo largo de este texto, pero es lo que hay. No nos inventamos nada. No glorificamos nada que no haya pasado. Por eso como escribió alguien en Twitter (Daniel Luque, exactamente), “esperemos esté en algún pueblo sin wifi”, y lleva razón. Al final, la esperanza es una de las virtudes que nos hacen más ilusión. En la esperanza empieza todo. En ella no se acaba nada.

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Alfredo Varona