Kenia es un enclave tan mítico para el mundo del atletismo como lo puede ser Maracaná para el fútbol o el Madison Square Garden para el baloncesto. En el país centroafricano hay varias áreas donde los atletas son venerados casi como dioses y donde el entrenamiento es, verdaderamente, un acto sagrado. Iten, Eldoret, Kaptagat…pueblos y ciudades que agrupan, con el 100% de seguridad, el mayor número de medallistas olímpicos por metro cuadrado del mundo.
En un interesante artículo de El Periódico, se analiza la situación que está viviendo una de estas ‘ciudades mágicas’ del atletismo keniata como es Iten, de donde es originaria, por ejemplo, la explusmarquista mundial de medio maratón Florence Kiplagat (muchos otros atletas TOP viven allí, como el caso de Rusiha, Kiprop, Kipsang o Kirui). Esta pequeña población situada a 400km de la capital, Nairobi, estaba prácticamente diseñada para que los corredores pudieran trabajar (correr) con todas las facilidades y sentirse en una especie de fusión entre el lugar donde entrenan y donde residen. Pero desde hace poco tiempo el día a día de los habitantes más ilustres de la ciudad se ha visto alterado.
“¡A este paso terminaremos entrenando en asfalto, como los etíopes!”
Cientos, miles de chinos se han desplazado al país centroafricano para mejorar las infraestructuras del país. Este proyecto en particular, cuentan, consiste en llevar el asfalto desde Iten hasta la localidad de Nyaru, a algo más de 50 kilómetros al sur por un camino de tierra colgado del acantilado del Valle del Kerio. Pero lo que debería ser un motivo de felicidad por facilitar las comunicaciones dentro de este entorno rural se ha convertido en un dolor de cabeza para los atletas, que ven como se está ‘profanando’ su lugar sagrado.
“¡A este paso terminaremos entrenando en asfalto, como los etíopes!”, asevera Kiplagat a El Periódico. La mayoría del dinero que ingresan los atletas gracias a sus victorias en pruebas de todo el mundo termina invirtiéndose en la región. Hoteles, centros de entrenamiento, comercios…todo ello genera mucho empleo para la gente local en algo que se ha convertido en una especie de ‘turismo deportivo’: muchísima gente viaja a estas zonas para vivir en primera persona el ambiente del atletismo de élite, ver cómo entrenan los mejores atletas del mundo e incluso compartir esa cultura y el día a día de los Kirui, Kipsanga y compañía.
Pero las cada vez más escasas zonas de tierra para entrenar han encendido las alarmas de corredores y gente local. Iten es un ejemplo de desarrollo en una zona rural del país, pero la adulteración de la zona construyendo y asfaltando a diestro y siniestro podría hacer desaparecer de un plumazo los enclaves mágicos y el terreno característico que la hacen tan especial para entrenar y correr.
UN ESTADIO MÍTICO, OBJETO DE DISCORDIA
Además, la demolición prevista del mítico estadio de Kamariny es otro de los factores que ha molestado especialmente a los corredores y a la gente relacionada con el mundo del atletismo en Kenia. Inaugurado en 1958 por la reina Isabel II cuando Kenia era aún una colonia, se componía de una pista de tierra de 400 metros y era usado habitualmente por atletas de élite como la propia Kiplagat para entrenar la velocidad. En breve, será un estadio moderno con pista de tartán por cortesía del Gobierno: el 27 de junio de 2017, el vicepresidente del país, William Ruto, anunció el desembolso del equivalente en chelines kenianos a casi 1,6 millones de euros para demoler el viejo estadio. Será otra revolución en el atletismo local, que, lejos de verlo como un avance, lo mira con recelo. “Los extranjeros no venían a Iten a entrenar sin más. Venían a Kamariny: ¡era un estadio mítico!”, comenta el irlandés Colm O’Connell, a cargo de algunos de los corredores más brillantes del país como David Rudisha.
Nunca llueve a gusto de todos, pero parece que en esta ocasión el olor a alquitrán del asfalto es, por unanimidad, tremendamente molesto para los habitantes de Iten…
