Hace unos días os hablaba de las tajantes declaraciones de Chris Froome acerca de los frenos de disco en el ciclismo de competición.
Una opinión que comparto en muchos puntos y que nos acerca a otro tema de riguroso análisis.
Al cuádruple campeón del Tour de Francia no le quedará otra que asumir las pretensiones comerciales del equipo y de los patrocinadores y competir por primera vez en su carrera con freno de disco.
Una nueva realidad condicionada especialmente por el cambio de estructura y es que su anterior equipo, el todo poderoso Ineos Grenadiers, será el único equipo del World Tour y prácticamente de todo el pelotón internacional que no competirá este 2021 con frenos de disco.
Una decisión que se mantiene respecto al año pasado y que sorprende y mucho en los tiempos que corren.
El ciclismo sigue creciendo a ritmo vertiginoso y es claramente uno de los sectores que más se ha beneficiado del boom deportivo originado por la pandemia.
Pinarello, patrocinador y suministrador oficial de bicicletas del equipo Ineos, comercializa en su catálogo buena parte de las bicicletas con freno de disco. Un interés comercial que choca y mucho con el interés deportivo de la estructura británica.
La pregunta es más que evidente. ¿Por qué el mejor equipo del mundo no lleva frenos de disco?
Pues bien, la respuesta es bastante más compleja de lo que puede parecer y alude a diferentes motivos.
En primer lugar, tanto la estructura deportiva de Ineos como los propietarios de Pinarello tienen muy claro que una cosa es entrenar y la otra es competir.
Aunque para competir haya que entrenar eso no significa que las necesidades en cada una de las dos circunstancias sean las mismas.
Entrenando cualquier pinchazo o cualquier incidencia tiene una importancia muy relativa, mientras que en carrera cualquier segundo que pueda suponer una pérdida de tiempo puede resultar crucial a la hora de determinar el resultado final de la competición.
Ineos, y siguiendo la línea que marcó Sky a principios de la pasada década, es el equipo que mejor cuida los pequeños detalles.
Una estructura súper profesionalizada en todos los aspectos, que, al margen de la preparación física, la nutrición o el descanso no quiere pasar por alto el tema del material.
Brailsford y los suyos tienen muy claro que ante la igualdad máxima que vive actualmente este deporte, el material puede jugar un papel clave en los éxitos deportivos del equipo.
Para ello no quieren renunciar a nada. Pese a que tener acuerdos comerciales y de patrocinio con marcas punteras es el único equipo que ha demostrado en varias ocasiones no querer casarse con nadie. La prioridad principal son los resultados y serán los patrocinadores del material quienes deberán, en la medida de lo posible, adaptarse al equipo y no al revés.
De hecho, la propia marca Pinarello también subministra las bicicletas de otros equipos de categoría inferior y lo curioso del caso es que estos sí que llevan freno de disco en sus modelos Pinarello Dogma F12 y Dogma F10.
Al margen de que cambiar una rueda con freno de disco lleva más tiempo y de que en carrera cualquier pérdida de tiempo puede resultar insalvable, conviene tener muy en cuenta el tema del peso.
Las bicicletas con frenos de disco son más pesadas, con el mismo montaje, que las de freno convencional.
Esta es una realidad objetiva y el propio Chris Froome reconocía que su Factor Ostro VAM tenía ciertas dificultades por acercarse a los 7 kilos.
Un peso 200 gramos superior al de 6,8 kilos que la UCI sigue marcando como el límite legal.
Ineos tiene muy claro que todas sus bicicletas deben rozar el limite e incluso es habitual ver montajes con algún componente de gama media para cumplir con la normativa.
¿Qué sentido a estos niveles que todos los ciclistas que aspiran a una gran vuelta tengan que pesar la comida y controlar la relación peso/potencia si luego regalamos 300 gramos extras con la bicicleta?
Cierto es que la evolución tecnológica es constante y que el peso de las bicicletas con frenos de disco es cada vez más ajustado. Pero por el momento pocas son las bicis que con un montaje completo y con frenos de disco pueden proporcionar a los equipos el peso límite de la competición.
Además, pese a que muchos aficionados se empeñen en afirmar el contrario, el rendimiento en competición de un freno de disco y uno de zapata no ha llegado a condicionar por el momento ningún resultado.
A los que piensen el contario, les animo a ver el resultado de las grandes vueltas del año pasado. Tao Geoghegan Hart en el Giro, Primoz Roglic en la Vuelta a España y Tadej Pogacar en el Tour de Francia ganaron las tres competiciones más importantes de nuestro deporte sin llevar frenos de disco.
Tao Geoghegan Hart en el Giro, Primoz Roglic en la Vuelta a España y Tadej Pogacar en el Tour de Francia ganaron las tres competición más importantes de nuestro deporte sin llevar frenos de disco.
Evidentemente las circunstancias podrían haber sido totalmente contrarias, pero a día de hoy no existe una evidencia clara, de que más allá de que el disco frene mejor en mojado y tenga una capacidad más brusca de frenado, nos tengamos que supeditar exclusivamente a su uso.
Finalmente me gustaría comentar y dejar abierto otro tema que tanta polémica ha generado internamente en el pelotón profesional. Los frenos de disco a día de hoy siguen siendo un elemento peligroso en caso de caída y su diseño agresivo pone en seria duda la seguridad de los integrantes del pelotón ante una posible montonera.
Ineos es el algo así como el último equipo en pie. Una estructura que, por el momento, y a expensas de que algún día decida lo contrario se mantendrá firme a su decisión.
Opiniones al margen, no cabe duda de que estamos ante un equipo tremendamente fiel a sus valores y a su propuesta deportiva.