Jakob Ingebrigtsen volvió a saborear las mieles de la derrota. Después de ceder inesperadamente en el Mundial indoor de Belgrado ante el etíope Tefera, el noruego cedió esta pasada madrugada ante el briánico Wightman en un carrerón que quedará para la historia.
El menor de la saga de los Ingebrigtsen paró el crono en 3:29:47, 24 centésimas más lento que su rival. Wightman ganó bien, llegó con dos cuerpos de margen a meta prácticamente y dio una de las grandes sorpresas de este Mundial de Eugene. Tercero, con un gran crono de 3:29:90 (el segundo mejor de su vida), entraba Mo Katir. Cuarto, un estratosférico Mario García Romo, que bajaba su marca personal en cinco segundos y lograba un registro de 3:30:20. Maravilloso.
Decepción
Tras terminar la carrera, Jakob se mostró muy muy decepcionado consigo mismo: “Desafortunadamente, es una tontería decir eso. La plata en el Campeonato del Mundo es algo increíblemente grande de lograr, pero al mismo tiempo soy derrotado por personas que son inferiores a mí. Estoy decepcionado de mí mismo”. “Decepcionado por una mala carrera…. Cometiendo un pequeño error. Defiendo mi posición demasiado para ganar el sprint. Me jodí. Tomé algunas decisiones que sentí que tenía que tomar, pero debería haberlo hecho de manera completamente diferente”, añadió.
