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Girma Bekele, el desconocido al que el Maratón de Nueva York le ha cambiado la vida

Bekele, junto a Kamworor, Korir y Kipchoge / AFP
Bekele, junto a Kamworor, Korir y Kipchoge / AFP

A nadie le sorprendió ver a Geoffrey Kamworor en lo más alto del podio en el Maratón de Nueva York. Tampoco a Albert Korir ocupando el segundo puesto del cajón. Lo que sí dejó perpleja a mucha gente fue que el tercero lo ocupara un atleta semidesconocido y que ni siquiera salió entre los atletas de élite. Un tal Girma Bekele protagonizó una carrera espectacular en una de las ‘majors’ más míticas del circuito, una prueba con un pedigrí especial y que es leyenda en el mundo del atletismo. Tanto, que logró finalizar en la tercera plaza, algo que ha cambiado y cambiará su vida los próximos tiempos.

Sin patrocinadores…¡y sin salir con los élite!

De hecho, se subió al podio ataviado con una simple camiseta sin mangas y sin patrocinador. A sus 26 años prácticamente nadie le conocía marcas de primer nivel ni había oído hablar de él en grandes carreras. El etíope, más allá de los nada despreciables 55.000 dólares del premio (40.000 del tercer puesto y 15.000 por bajar de 2:09), tendrá a partir de ahora a un sinfín de marcas peleándose por él.

Bekele, más allá de ese apellido legendario, vivía hasta ahora en el sofá de un amigo suyo en el neoyorkino barrio del Bronx esperando la oportunidad de su vida, que llegó en los 42 kilómetros por la Gran Manzana. Allí entró a meta solo 25 segundos más tarde que el ganador (2:08:38), el vigente plusmarquista mundial de medio maratón y uno de los atletas llamados a liderar el futuro del fondo.

Una historia rocambolesca

Mediante un traductor, Girma aseguró tras la carrera que “decidí unirme a los atletas de élite tras ver que la primera media maratón había sido relativamente lenta (1:04:49). No sabía si podría seguir al grupo de cabeza teniendo en cuenta que nunca había corrido con algunos de los mejores atletas del mundo antes”. El entrenamiento en altura en su Etiopía natal le funcionó a Bekele, que, a pesar de todo, nunca había entrenado más de 20 millas por asfalto antes. El etíope, al no salir entre los élite, no se beneficiaba de los ‘privilegios’ de estos, que tenían los avituallamientos personalizados y todo más que preparado para que saliera perfecto; él, igual que el resto de 50.000 participantes, solo tuvo agua y Gatorade.

“Seguramente él haya corrido ya más de 100 carreras en el área de Nueva York, pero son carreras a las que los profesionales no suelen acudir”, asegura Stabb, un míto del club West Side Runners, el club para el que corre Bekele en Nueva York. “Él suele participar en pruebas en las que los premios oscilan entre los 500 y los 1.000 dólares”.


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