Hay escenas en el mundo del deporte que recordaremos toda la vida. De esas que van saliendo en bucle cada ‘x’ tiempo para recordarnos que el deporte para mucha gente es una forma de ganarse la vida, pero que lleva intrínsecos una serie de valores que hay que respetar por encima de todo.
A la memoria nos vienen imágenes como la de los hermanos Brownlee en el Triatlón de Cozumel de hace unos años. Ver a Alistair ayudando a Jonathan a traspasar la línea de meta tras desfallecer este y renunciando a la medalla de plata dio la vuelta al mundo. O más cerca de casa. La imagen del fondista español Iván Fernández ‘guiando’ a meta en un cros a Abel Mutai después de que este, líder a falta de unos metros, se equivocara de recorrido.
El británico Teagle se lía fruto del cansancio
Pues bien, en el Triatlón de Santander hemos vivido una escena muy parecida. Diego Méntrida iba en cuarta posición, muy pegado al tercer clasificado, el británico James Teagle, pero sin opciones de rebasarlo a escasos metros de la meta. Teagle, muerto de cansancio, se equivoca de recorrido en la última curva. Méntrida tiene la opción de llevarse el bronce, lo tiene a tocar, pero antes de cruzar la meta se espera y deja pasar primero al británico. Tremendo gesto de deportividad que incluía renunciar a todo un podio. “Al ver cómo él se equivocaba, inconscientemente me paré. Él se lo merecía”, asegura a El Mundo. La acción de Diego está dando ya la vuelta al mundo. Porque no siempre vale todo para ganar. A pesar de que estas escenas sean más bien escasas.
Cuando la deportividad sabe mejor que un podio. El madrileño Diego Méntrida dejó pasar a su rival cuando éste se equivocó de camino antes de la meta. Peleaban por el tercer puesto en el Triatlón de Santander.
🗣 “Me paré, él se lo merecía”. pic.twitter.com/VmzfzOkpIU— Run4Fun (@_r4fun_) September 17, 2020
