Hay historias que merecen ser contadas. Historias de superación, de sacrificio, de cuento. Una de ellas es, sin duda, la de Fredrika, un joven sueca que con tan solo 24 años decidió dejarlo todo, familia, amigos, toda una vida en su Suecia natal, para dar la vuelta al mundo con su bicicleta como único medio de transporte. Casi tres años después, con 26, Fredrika ha regresado a casa con la mochila repleta de vivencias.
“Bike Ramble es un viaje en bici. Uno muy largo. Alrededor del mundo para ser exactos. Comenzando desde Suecia en marzo de 2015 dejo todo atrás. Con una tienda, algo de ropa y una buena cámara a cuestas, mi bicicleta será mi casa andante y mi única compañera de viaje para explorar el mundo. Quiero ir a todas partes, conocer gente nueva, probar todas las comidas y empaparme de cada una de las culturas. Quiero nadar en cada uno de los océanos y mares y conocer de verdad este mundo”.
Una joven Fredrika en Guinea
Estas eran las palabras de la sueca antes de arrancar y que le sirven para describir su proyecto en la página de facebook que creó para la ocasión. Ha viajado por 45 países y recorrido más de 50.000 kilómetros a lo largo de los cinco continentes. “He podido ver los mejores paisajes de la tierra y guardar fotos, en mi cámara y en mi retina, de aquellos sitios desde donde te suelen mandar postales”.
Friedrika cuenta que uno de los momentos más intensos de su largo periplo por todo el mundo fue en Guinea Conakry, donde una chica de su edad con una ¡nieta! recién nacida la invitó a quedarse a dormir y al día siguiente comunicó a sus familiares que la niña se llamaría Friedrika, como su huésped. La joven sueca puso en marcha una iniciativa solidaria de ‘crowfunding’ para recaudar fondos y poder llegar a 40.000 euros en su lucha contra la pobreza y el sida. Ha logrado el objetivo y ha vivido una experiencia que en nuestro subconsciente muchos querríamos vivir, pero poquísimos nos atrevemos a llevar a cabo. ¡’Chapeau’!
