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Fractura de estrés tibial

¡Hola amig@s de La Bolsa del Corredor! En esta serie de entradas dedicadas a las fractura de estrés en los huesecillos de los amigos runners, hoy nos centraremos en la más frecuente, la de la tibia, que puede representar hasta el 31.3% de las lesiones por estrés en corredores.

Cuando corremos e impactamos sobre el suelo, se producen una serie de vibraciones, que son absorbidas por el hueso. Esta absorción de vibraciones se realiza en mayor medida en el periostio, que es una membrana fibrosa y vascularizada, la cual nutre y da sensibilidad al hueso. A estos impactos y a las vibraciones derivadas el hueso puede reaccionar de diferentes maneras. Puede haber una respuesta normal, una reacción de estrés o bien desarrollarse una fisura o fractura de stress.

Cuando se produce una reacción de estrés, se van produciendo daños microscópicos en el periostio de la tibia, lo que causará la temida periostitis tibial, ese gran enemigo de los corredores. Y si, amigos, una fractura de stress en la tibia siempre viene precedida de una periostitis tibial.

Es por ello que es muy importante tratar correctamente la periostitis tibial y realizar el período de descanso recomendado. Como frecuentemente la patología no hace parar al corredor (somos muy cabezones, y creedme, aunque es muy dolorosa a veces no hace parar los entrenamientos), el daño microscópico en el periostio de la tibia se hace más y más grande hasta que se hace evidente con una fisura o fractura de stress.

Los signos y síntomas generalmente incluyen dolor e hinchazón en la parte anterior e interna de la tibia (Fig. 1), que se incrementa con el ejercicio. Puesto que la periostitis tiene una preponderancia hacia el sexo femenino, también será más frecuente en mujeres. Este tipo de fracturas, aunque interrumpen la actividad deportiva del corredor/a son, en general, de bajo riesgo, ya que el hueso no suele romperse totalmente y tiene un buen pronóstico.

Fractura por stress en tibia derecha (flecha roja). La misma zona de la tibia izquierda (circulo blanco) se ve con su forma plana normal.
Fractura por stress en tibia derecha (flecha roja). La misma zona de la tibia izquierda (circulo blanco) se ve con su forma plana normal.

Para el diagnóstico de la fractura de stress, una radiografía normal solo tiene una sensibilidad del 15%. Así, la fractura puede no verse hasta unas 3 semanas después de haberse provocado. Esto retrasa el posible tratamiento (reposo inmediato), y lo que es peor, puede agravarla si el corredor continua con su entrenamiento. La resonancia magnética o el TAC son las pruebas que más información nos pueden aportar, aunque no será fácil que nos la hagan en primera instancia.

TAC de una fractura por stress en tibia derecha (flecha roja)
TAC de una fractura por stress en tibia derecha (flecha roja)

La periostitis tibial y por tanto las fracturas de stress en la tibia son un motivo de preocupación para los corredores, no por la severidad de la lesion, sino por la elevada tasa de reaparición.

¿Y que hacemos para que no reaparezca?

Un reposo total de 6 a 8 semanas será fundamental, ya que estas fracturas por estrés generalmente no se desplazan y serán capaces de cicatrizar solas. Tras este período es necesario volver a la actividad de forma progresiva, intentando reducir las fuerzas de impacto con el suelo. En este punto, encontramos sumamente interesante el uso de la Alter G, que permite la disminución del peso corporal al correr y por lo tanto la magnitud de las fuerzas de reacción del suelo. También resulta imprescindible incrementar la fuerza de la musculatura local, como el tibial anterior, los músculos peroneos y los gemelos. Así, esta musculatura será capaz de soportar mejor las tensiones y vibraciones derivadas de la carrera.

Será importante también una buena exploración biomecánica, ya que posibles desalineaciones corporales y movimientos anormales deben ser detectados y tratados.  Existe una fuerte evidencia científica sobre que el exceso de pronación de los pies es un factor de riesgo para el desarrollo de la periostitis tibial y por tanto de la fractura de stress en la tibia. Así, la visita al podólogo es altamente recomendable para que valore la opción de instaurar tratamiento con ortesis plantares (plantillas) si observa una hiperpronación en nuestros pies.

Bueno, amig@s de la Bolsa del Corredor, esperemos que sólo leáis este post para prevenir y que no sea por padecer Fractura de estrés tibial que os tendrá en el dique seco unos dos meses. Y si la habéis padecido, ¡nos apiadamos e vuestras parejas, que soportarán estoicamente vuestro período de abstinencia runner!

P.d. Esta entrada va dedicada al compañero, el loko forajido, que superará seguro su fractura en la tibia para aceptar los retos más disparatados que se nos ocurran.

Bibliografía

  1. Diagnosis, treatment, and rehabilitation of stress fractures in the lower extremity in runners. Open Access J Sports Med. 2015;6:87–95.
  2. Foot posture as a risk factor for lower limb overuse injury: a systematic review and meta-analysis. J Foot Ankle Res. 2014;7(1):55

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1 COMENTARIO

  1. Hola, hace aproximadamente 3 semanas me fracturé por stress en la tibia, y tengo un edema. Sin embargo en ir al médico y que viera luego mi resonancia, pasaron dos semanas. Me dio 30 días de licencia y tengo que volver a verlo a también. Me recomendó usar un bastón para apoyar y una bota. Es decir, pedo pisar levemente con el pie malo, porque la bota amortigua y trato de que mi peso recaiga en la pierna derecha que está buena. ¿Debo seguir este reposo o debe ser absoluto? (estoy a ratos acostada y a ratos tambien me levanto pero con bota y bastón)
    Agradezco una pronta respuesta.
    Saludos
    Claudia

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