Alberto es un periodista de unos cuarenta y tantos años, especializado en atletismo, al que la cara más amarga del COVID ha tenido ‘prisionero’ en la UCI. Pero se está recuperando y se va a recuperar.
– Oye, ¿sabes algo de Alberto Hernández?
El viernes por la noche Jordi, uno de los responsables de LBDC, me hacía esta pregunta en una conversación telefónica que prolongamos casi hasta la madrugada porque ése es uno de los peligros a los que nos enfrentamos cuando hablamos de atletismo.
– He escuchado que tiene COVID pero no sé más – respondí porque no imaginaba que la cosa fuese más allá.
Pero la respuesta fue como un bate de beisbol.
– Está en la UCI.
A la mañana siguiente, descubrí, nada más teclear su nombre en Twitter, que, efectivamente, se trataba de una cosa seria.
Que el Covid había tomado prisionero a uno de los nuestros.
Que esta canallada que nos ha tocado vivir había plantado cara a un hombre muy joven.
Alberto Hernández es un periodista de unos cuarenta y tantos años, especializado en atletismo, de una revista que es competencia nuestra: ‘Corredor’.
– Oye, ¿y si escribes un post de Alberto? -preguntó Jordi.
Y eso es lo que estoy haciendo ahora.
Y miren ustedes lo primero que se me ocurre es contarles que Alberto Hernández es un tipo que escribe de maravilla de atletismo, que hay artículos suyos que tienen un problema (no sé quien los podría escribir mejor) y que entre sus frases tan densas encuentras alguien a quien admirar.
Así que en cuanto se recupere tiene una historia que contar en primera persona que nadie podrá relatar mejor que él.
Y emocionarnos como nos emocionan las victorias más difíciles.
Y explicarnos qué se siente al sentirte tan querido o qué carrera ha estado narrando estos días mientras los demás seguimos preguntando por él:
– ¿Cómo está Alberto? ¿Que tal está?
De hecho, aprovecho para preguntarlo ahora y se lo pregunto, en especial a ese caballero que tiene por compañero, Álex Calabuig, y a sus noches en vela (qué ingrata es la vida a veces pero qué bonita es la amistad).
Si hay una pareja, que lleva años sirviendo al atletismo, batallando y viajando, ésa son ellos dos: Hernández y Calabuig.
Yo les reconozco desde hace más de 20 años, pero les conozco poco. Quizás porque nunca me he dedicado del todo a esto y no acostumbro a hacer crónicas de competiciones y Madrid es tan grande y, si no compartes barrio, encontrarte en un vagón de Metro puede ser tan difícil como quitarle la pelota a Messi.
Pero, amigos, hay pocos artículos que escriba con tanta tentación por escuchar, “mira, Alfredo, todo esto ya pasó”.
Si os parece me lo contaría Miguel Calvo, un buen amigo vuestro:
– Sí, ya pasó y sólo fue un mal sueño y la próxima semana Alberto va a volver a ponerle banda sonora al atletismo.
– Qué bueno.
– Si hay palabras que no sobran son las suyas.
Y esto que te escribo yo, amigo, es como si te lo escribiese Jordi. O su hermano gemelo Joan. O Funes. O Sergi. O David. O Josep. O cualquiera de los que intervienen en esta web, LBDC, que hoy te sienten más nuestro que nunca, patrimonio del atletismo, y te mandan el abrazo más grande del mundo, y si en noviembre podemos celebrar esa fiesta para celebrar nuestro décimo aniversario en Barcelona ahí queremos que estés tú.
Y vas a estar Alberto Hernández.
Y no se te olvide, querido amigo.
Porque tu recuperación es la nuestra y la del atletismo.