Seguramente ya te hayan dicho que el fumar es un hábito que debes dejar cuanto antes, por los riesgos y consecuencias que supone. Es voluminosa la literatura científica que los ha señalado, así que no vas a insistir porque está claro que quien fuma sabe que no le conviene. Simplemente, suponemos que no ha encontrado la motivación suficiente para dejar de hacerlo.
Lo cierto es que lo de fumar después de correr no es algo solo asociado a neófitos/as que apenas están abriéndose a estilos de vida más saludables. Hay aficionados/as de nivel avanzado e incluso profesionales que no desechan este tóxico hábito, y aprovechan para fumar especialmente entre el final y el inicio de temporada. ¿De qué manera afecta y cómo se pueden mermar sus efectos? Lo vemos a continuación.
Fumar y running
El tabaco es tóxico para cualquier persona, pero hacerlo después de una sesión de entrenamiento resultará aún peor (sobre todo si se trata de ejercicio aeróbico). Los alveolos pulmonares serán más propensos a acumular sustancias tóxicas. Por lo tanto, si no puedes contener las ganas de fumar, al menos espera dos horas antes de hacerlo.
Al margen de cuándo lo hagas, el tabaco influirá negativamente en tus resultados deportivos, y pueden poner en un brete tu salud. Es posible que tengas que contrarrestar su consumo con el de vitaminas y minerales para poder afrontar tus objetivos deportivos, y puede que notes menos oxígeno. De hecho, partiendo de que es conveniente que cualquier aficionado/a visite a su médico/a antes de marcarse objetivos ambiciosos, será casi imperativo si se trata de una persona fumadora. La nicotina, además, también motiva la pérdida de flexibilidad,
Independientemente del deporte que hagas, tal vez sea el momento de plantearte nuevos retos. Si te motivan e ilusionan podrías combatir esa sensación de ansiedad que te lleva a fumar, lo que te ayudaría a dejar de hacerlo. En todo caso, sabemos que esa motivación debe partir de ti mismo/a, y no de elementos externos como los sermones de tus amigos/as y familiares.
¿Es malo fumar después de correr?
Sí, pues los alveolos pulmonares serán más propensos a acumular sustancias tóxicas. Si no puedes desechar el hábito, espera al menos dos horas para echar el cigarrito de rigor.
Pero conviene que analicemos punto por punto qué pasa en el cuerpo de un fumador. Uno de los factores a considerar es la sarcopenia, que es la pérdida de masa y fuerza en los músculos en los adultos mayores. Un estudio de las Universidades de Nottingham, St Louis y Copenhague demostró que el fumar acelera su desarrollo, pues deteriora el mantenimiento de los músculos y favorece la pérdida de masa muscular.
Fumar dificulta la recuperación de los músculos porque altera los niveles de glucógeno e insulina, lo que da lugar a fatiga, debilitamiento de las fibras y, por extensión, más probabilidades de que se produzca una lesión.
La manera en que afecta a la capacidad pulmonar también está entre las consecuencias a tener en cuenta. Al correr necesitas un alto volumen de oxígeno en los músculos y el corazón, pero el consumo de tabaco puede provocar una EPOC a largo plazo (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), que causa obstrucción del flujo de aire en los pulmones.
El corazón tendrá una creciente dificultad para bombear sangre, por lo que fumar también alterará la frecuencia cardíaca y puede acarrear infartos. Por si fuera poco, también aumenta el riesgo de sufrir una trombo, un ictus o incluso una muerte súbita porque dificulta la oxigenación de los músculos.
En definitiva, fumar después de correr es una práctica poco recomendable no solo por los peligros que tiene este hábito tóxico para la salud, sino porque los alveolos estarán abiertos y serán más permeables al acúmulo de las sustancias perjudiciales del tabaco. Si no puedes dejarlo, al menos espera dos horas de la práctica deportiva para fumar.
