Tras dos años alejado de la competición y del entrenamiento diario, esta temporada 2013/2014 decidí proponerme la vuelta a los entrenamientos para competir en mis queridos 400 metros lisos.
Se presentaba un reto difícil, ya que después del parón por lesión en primera instancia unido a la falta de tiempo para entrenar con continuidad debido a mi situación laboral, había estado apartado de ese tipo de entrenamiento aunque siguiera practicando deporte durante ese tiempo a nivel recreativo. Además, con el hándicap de tener solo las mañanas para entrenar debido al trabajo por lo que debía cambiar de grupo de entrenamiento ya que ellos sólo entrenan por la tarde. Todo ello, además de mi formación y mi, todavía, corta experiencia como entrenador me llevó a tomar la decisión de proponerme una doble tarea, por un lado el volver a las pistas como atleta dispuesto a luchar por mejorar mis registros y, además, hacerlo bajo el diseño de mi propio plan de entrenamiento. Por ello se puede decir que el reto era doble, tanto como atleta y como entrenador. Para que todo saliera bien debía de llevar el concepto de autodisciplina
¿PUEDE FUNCIONAR EL AUTOENTRENAMIENTO SI SE TIENEN CONOCIMIENTOS?
Así en septiembre me senté a planificar lo que sería la primera parte del entrenamiento junto con dos antiguos compañeros y amigos que querían este año preparar los 400 conmigo. De esta forma ellos tendrían un entrenador para preparar la prueba y yo ganaba dos compañeros de entrenamiento al mismo tiempo. Siempre el entrenamiento en compañía se hace más llevadero, especialmente en esos días que se necesita un apoyo extra.
Una vez puestos manos a la obra, tenía claro que los primeros meses de entrenamiento debían ir destinados a crear una base, a preparar al cuerpo de nuevo para el trabajo específico y por supuesto debíamos pasar la pista cubierta por alto ya que no daría tiempo a llegar en un mínimo estado de forma. Así el otoño y el invierno se destinó al trabajo de resistencia básica, con series largas y un trabajo exhaustivo de fuerza, desde los ejercicios tradicionales de fuerza con pesas hasta al trabajo de core y de refuerzo para las cadenas musculares posteriores al cuál se le dio una gran importancia. Era fundamental poner toda la carne en el asador para prevenir lesiones y ello pasa por un trabajo de fuerza preventivo concienzudamente diseñado para fortalecer todos los posibles puntos débiles y que nos permita soportar las cargas de entrenamiento específicas necesarias para rendir en la prueba que queremos.
Durante este periodo el trabajo técnico se empezó a realizar desde el principio y también el trabajo preparatorio necesario para la velocidad, aspecto fundamental para el rendimiento final.
El plan fue según lo previsto y había conseguido mejorar notablemente todas las capacidades necesarias para afrontar el resto de la temporada. Entre tanto, por desgracia, no me puedo dedicar solo a entrenarme con lo que el entrenamiento tiene que ir acorde con el ritmo de vida que en muchas ocasiones pasa por levantarme antes de las 7:00 para empezar a trabajar, entrenar desde las 11:00 hasta las 14:00 y trabajar por la tarde hasta las 23:00, compatibilizando el entrenamiento con mi trabajo como entrenador personal sin olvidarnos también de finalizar el Máster a distancia que estoy cursando. Con todo ello se enlazaban algunos días en los que apenas llegaba a las 5 o 6 horas de sueño. Así que no solo se puede pensar en lo que pasa mientras entrenamos sino también lo que pasa cuando no estamos entrenando. Para ello siempre tengo en mente una máxima que dice así: “no entrenes más si no puedes descansar más”. Por ello el entrenamiento no debía ser sólo entrenar todo lo que se debe, sino todo lo que se puede.
Pasada la pista cubierta el trabajo específico empezó a cobrar más importancia, de esta forma había que trabajar en el desarrollo de la velocidad y en los entrenamientos lácticos, que son el pilar más importante de cara al 400.
El debut en la distancia vino a finales de mayo, previamente habíamos participado en alguna competición preparatoria sobre 800m y 200m como parte de los entrenamientos. Después de casi 9 meses de trabajo llegó el momento de dar la vuelta a la pista. Sólo pude conseguir unos pobres 50.05 pero también sabía que la parte de trabajo más importante estaba por llegar así como el descanso necesario para que el cuerpo asimile el entrenamiento realizado. Estando bien de salud no había de que preocuparse, y esa competición ratificada que me había recuperado de una pequeña molestia en la parte posterior de la rodilla izquierda que había trastocado un par de semanas de entrenamiento. Con las miras puestas en el Campeonato de España Absoluto tan solo había que seguir el guión haciendo los ajustes que fueran necesarios en función del calendario de competiciones y del rendimiento obtenido en ellas.
Tras una línea ascendente de resultados corriendo cada vez más rápido, la marca personal llegó a principios de Julio. Esto ratificaba que mi preparación iba viento en popa ya que había conseguido correr más rápido que nunca y con algo de trabajo aún por hacer y sobre todo buscando mucho descanso las cosas podrían ir aún a mejor. Así llegué a la gran cita del año, con una marca personal también en 200 durante las semanas previas y habiendo completado la preparación prevista. Me encontraba en el mejor momento tanto física como mentalmente así que la cosa pintaba bien. Esta última semana antes del campeonato había dado prioridad fundamentalmente al descanso y sólo realicé dos entrenamientos basados en series con “in & outs” alternando tramos a máxima velocidad con tramos relajados y algunas salidas de tacos. El objetivo era no realizar ningún esfuerzo extenuante pero si mantener mi sistema nervioso activo buscando sensaciones de velocidad de competición por tramos.
Con todo esto llegó el campeonato, tercera semifinal por calle 8. He de decir que es la calle por la que menos me gusta correr ya que sales sin ninguna referencia, pero, a estas alturas, era algo que me daba igual porque el ritmo estaba en la cabeza. El resultado fue muy positivo, marca personal (47.63) mejorando mi marca de esta temporada en 63 centésimas y mi anterior marca personal del año 2010 en 76 centésimas además de la satisfacción de correr por primera vez por debajo de 48 segundos. Debido a la dureza del campeonato de este año, solo pude ser cuarto en mi semifinal quedando fuera de la final. No en vano se ganó el campeonato con 45.50, una marca que llevábamos más de una década sin ver en las piernas de un español. Con la marca obtenida en la semifinal habría sido medallista en el campeonato del año 2010 en el que participé, pero me alegro de que el nivel suba ya que ese es el camino para que todos mejoremos.
Para poner la guinda al pastel faltaban los relevos, en los que el resultado volvió a ser muy satisfactorio, obteniendo una medalla de bronce, batiendo el record del club AD Marathon con una marca de 3:09.48 y realizando mi posta en 46.8 de lanzado, lo que ratificaba que lo del sábado no había sido casualidad. De nuevo gran nivel en la prueba ya que se ganó batiendo el record de los campeonatos.
Una vez finalizado el campeonato, sentí una doble alegría, por un lado había conseguido la marca y los resultados que esperaba como atleta para este año pero, además, había sido capaz de planificar una temporada entera con éxito, once meses de entrenamiento con sus mesociclos, microciclos, subidas y bajadas; un compendio de muchos factores y de plasmar en la práctica todo lo aprendido con anterioridad para justo alcanzar la mejor prestación el día señalado, por lo tanto esta temporada me ha aportado mucho como atleta pero también tanto o más como entrenador, faceta en la que estoy en constante formación para poner en práctica lo que aprendo conmigo mismo y con otros.
A pesar de la dificultad y de las dudas que a veces se tienen cuando uno se intenta preparar a sí mismo, espero durante la próxima temporada seguir mejorando y aprendiendo al mismo tiempo de esta experiencia que a la vez también me ayuda y me sirve para entrenar a otros.
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Pásame el entreno porfavor?