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Entrenador: ¿Qué hago la última semana?

Entrenamiento maraton ultima semana
José Garay, el técnico de Cárnicas Serrano, pone paz a esa pregunta de cara al maratón de Valencia del domingo.

Sus atletas ya hicieron hoy los 18 últimos kilómetros antes del maratón de Valencia del próximo domingo. Los últimos cuatro fueron en progresión. Pero eso ya es historia. Oficialmente, ya está decretada la última semana para el maratón, la que no se parece a las demás o la que, según José Garay Cebrían, jefe de estudios del Colegio concertado Santa María de Valencia y entrenador del Club Cárnicas Serrano, “ya sólo requiere una pincelada de calidad”. Será el miércoles, cuando sus atletas harán “6×1.000 diez o quince segundos más rápido que el ritmo de maratón y con 1’30” de recuperación”. Será “a modo de recordatorio” y el atleta volverá a casa feliz “con la sensación de que podía haber ido más rápido”, pero la clave entonces “será la de contenerse”, porque no existe otra clave mejor.

Mañana lunes vendrá  “día de descanso”, a la espera del martes, “en el que el atleta debe fluir por encima del tartán o dejarse llevar con toda la naturalidad”. Serán 60’00” que finalizarán con diez progresivos de 100 metros. El penúltimo episodio se ejecutará el jueves sin más exigencia que la de escuchar al cuerpo. “Serán 45’00” de rodaje como los que hacemos cuando estamos de vacaciones de verano”. Y el viernes volverá  un día de descanso. Y el sábado, 24 horas antes de la batalla, el entrenador recomendará “20 o 25 minutos de trote con cinco o seis rectas suaves de 60 metros para terminar” y sin perder nunca la paciencia: ya no se puede, ya no queda tiempo.

“Hay atletas que no saben desconectar. Salen a la calle y ven carteles de maratón por todos lados”

Así es el menú que impone José Garay para esta última semana, “en la que hay que compensar y recargar las baterías a tope”, y eso no es tan fácil: hay atletas que no saben cómo hacerlo. De ahí una voz como la de Garay que, antes de ser entrenador, fue “un mediocre atleta de resistencia que se dejaba la vida para bajar de 4’00″/km”. Luego, una grave lesión de rodilla despertó su vocación por la enseñanza, que es la que se impone hoy a orillas del río Turia, “el río de los sueños”, donde a veces la paz empieza nunca para el atleta. Pero para eso está él hoy aquí, para encontrarla o para explicar que “el último masaje para el maratón nunca debe ser más tarde del martes”.

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“El último masaje debe ser no más tarde del martes. La musculatura tiene memoria”

“El masaje deja las piernas vacías con un tono distinto del que estamos acostumbrados para correr. De ahí que necesitemos el miércoles para activar la musculatura y para recuperarla. La musculatura tiene memoria”, reivindica José Garay, un tipo enamorado hasta los dientes de esta profesión. Una conversación que resplandece en días como el de hoy y que nunca amenazará fecha de caducidad. Ni siquiera la última tarde, la del sábado “en la que hay atletas que no saben como desconectar, eso es verdad. Salen a la calle y ven carteles de maratón por todas partes. Y sino se meten en los foros de Internet. Y si no hay nada siempre le quedarán los grupos de Whatssap. Y, sin querer, toda esa fatiga mental a veces le desgasta a uno”. Por eso, para la última tarde, Garay aconseja “un cine o un teatro”, una opción entre tantas. “Tengo un atleta que siempre se va a ver un musical y me promete que le viene de maravilla”.

Así es esto, en realidad. No hay dos atletas iguales y el maratón lo refleja sin excusas. “Hay atletas a los que les vale con 120 km para bajar de 2h30 minutos y otros necesitan 150. Pero si al de 120 le metes 150 ten por seguro que lo destrozas”. Su experiencia es la consecuencia de tantos años en los que “el maratón nunca dejó de sorprenderme. Y no sólo eso, sino que también me obligó a actualizarme o a innovar cosas cada año”. Pero entonces descubrió que frente a los límites del entrenador siempre existirá ese tipo de atletas prodigiosos, imposibles de pronosticar. “Tengo uno, Miguel Ángel Plaza que ha sido campeón del mundo en Lyon en 2015 y ha corrido cuatro veces en 2h27m el maratón. La idea es que vuelva a repetir y lo excepcional de este atleta es que tiene 49 años, trabaja en turno de noche en la Ford de Valencia de pie y con zapatos de protección. Su vida aparentemente riñe con la del maratoniano y, sin embargo…”

Pero es que la vida del entrenador es así. Una vida que no puede resumirse nunca “a pista, papel y tres cifras”. Una vida, en realidad, con demasiados dueños y fuentes de información imposibles de pronosticar. Nacen en cualquier parte como expresa la biografía de Garay, que aterrizó sin miedo en ningún sitio. Hasta en el servicio militar hizo de entrenador de los altos mandos. “Soy hermano de ciclista y empecé entrenando ciclistas. Luego, preparé a tenistas, a un campeón de España de Fórmula 3.000 o a otro de motocross”. Hoy, esa riqueza actúa en defensa propia. “He visto tantas pruebas de esfuerzo… He aprendido a ver los umbrales de cada uno a la primera… Son tantos años viendo y pensando…”. Pero más alla de lo vivido o de lo estudiado, queda la calle, la noche, el día, el río o el maratón de Valencia, en definitiva. Toda esa legión de gentes con derecho a explicar su sueño a las calles.

“Me he formado con el atleta popular. He aprendido mucho de él o de toda esa gente anónima que lucha por bajar de tres horas”, señala como ejemplo incontestable de vida. “Porque un día yo perdí la necesidad de ser atleta. Y entonces descubrí que podía ayudar a gente a progresar y que esa felicidad me llenaba tanto o más que si lo hiciese yo”. Luego, apareció el Centro de Tecnificación de Valencia que creó la Unidad del Deporte. Y entonces lo llamaron a él y él se hizo cargo de la élite como ahora lo hace del equipo del Carnicas Serrano. Pero nada de eso le separa de lo que fue ni de lo que será. De ahí que a José Garay también le pertenezca una parte de los sueños que esta última semana se cocinan en el maratón de Valencia. Quizás la semana más impaciente de todas porque hay cosas que ni los entrenadores remedian. “Somos humanos y estamos hechos de carne y hueso”, sentencia.

@AlfredoVaronaA


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