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"El lema 'terminar a cualquier precio' puede acabar con nosotros"

Publicado por
Alfredo Varona
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El periodista Marc Cornet nos abre los ojos al retratar una situación agónica que le ocurrió el domingo en el km 20 de la media maratón de Barcelona.

Hay cosas que vale la pena agradecer, detenerse en ellas como si nos fuese la vida en ello.

Es una historia anónima de la que podemos aprender muchísimo.

Nos la contó el domingo el periodista Marc Cornet a través de su cuenta de Twitter.

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Cornet había corrido por la mañana la media maratón de Barcelona.

En el kilómetro 20 le esperaba el peor momento.

Se encontró entonces con “una chica que iba tambaleándose de lado a lado. Totalmente ida”.

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Una chica que, sin necesidad de que nadie se lo impusiese, se había metido en el infierno.

Había convertido el dorsal en un revólver.

– Entre 2-3 corredores más y dos personas del público la atendimos. Estaba KO. A punto de desmayarse.

La diferencia es que, al volver a casa, en la frialdad de una tarde de domingo, Marc Cornet decidió contarlo, compartirlo con nosotros para que “pensemos en ello”.

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Sus palabras se llenaron de una agonía atroz.

La agonía nos recordó que hay momentos en los que cuesta salir del infierno y lo peligroso que es el infierno.

– Mientras llegaba la ambulancia nos quedamos con ella  -relató Marc Cornet-. Estaba muy mal.

– Pero no paraba de decir: “Tengo que continuar”,  tengo que terminar”. Era su primera media maratón y quería terminar a cualquier precio. Su pulso estaba en 180. Y le había bajado mucho la temperatura.

Un relato en el que teóricamente esa chica podría representar a los que nunca se dan por vencidos:

– Se puso a llorar desconsolada – insistió Cornet – Viendo que no podía tenerse en pie.

Pero a veces los árboles no nos dejan ver el bosque.

– Intenté explicarle que ‘carreras hay muchas, vida solo hay una”.

Y, a partir de ahí, no sé qué más se puede añadir.

Uno nunca sabe cuando se puede cruzar una historia así en tu vida ni si estarás preparado para hacerla frente.

– He corrido muchas carreras alrededor del mundo y nunca me había encontrado en una situación así tan dura – descubrió Cornet.

Quizás por eso se sentó luego a escribir.

Nos recordó entonces que estas situaciones ocurren en la vida real y que son capaces de arrancar vidas.

Nos volvió a recordar que una pancarta de meta, más allá del intento, no es una orden.

Uno no es árbitro de nada ni de nadie, pero, como escribe Cornet desde su ventana, “el lema ‘terminar a cualquier precio’ puede acabar con nosotros”.

Hoy, sólo se me ocurre añadir que en la vida no hacen falta héroes y, si los hay, duran un segundo: lo que tardan en apagarse las luces.

Luego, uno llega a casa y todo sigue igual. 

Por eso este relato de Marc Cornet me parece una sentencia tan firme, tan necesaria.

Una manera de alejarse de los semáforos en rojo, de no hacerse daño, de prohibir el paso a la locura y de recordarnos que es mejor volver atrás que perderse en el camino.

Gracias, Cornet.

Gracias por recordarlo sin fotografías, sin vanidad, sin abusar de las palabras.

Estas historias también son necesarias, porque sirven para organizar cabezas: es su misión.

Seguro que esa chica ya se dio cuenta de lo que tú y los que os parasteis a atenderla hicisteis por ella.

El km 20 no se le olvidará.

Y entonces se sentirá orgullosa de que en el mundo exista gente así.

Yo, al menos, sí lo siento.

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Alfredo Varona