El pasado viernes el equipo ciclista Movistar anunciaba la publicación oficial de su documental: “El día menos pensado”. Una serie de 6 interesantísimos y emotivos capítulos, que desde el punto de vista más íntimo y personal narra lo acontecido durante la temporada 2019.
El documental, disponible en Netflix y Movistar +, lejos de presentar una temática superficial entra de lleno en la polémica que rodeó a la escuadra telefónica durante el pasado curso.
Los directores de la serie, José Larraza y Marc Pons, se encargan a través de su sublime obra de acercar a los espectadores las vivencias de un equipo profesional, pero también de materializar lo que era un secreto a voces. Las discrepancias a tres bandas entre Nairo Quintana, Mikel Landa y la dirección deportiva.
Cierto es que el documental va mucho más allá, que podemos ver el lado más humano de Richard Carapaz, las dudas y el temor de todo un campeón del mundo como Alejandro Valverde, o la excelente tarea estructural de José Luis Arrieta, Pablo Lastras (sublime) , Chente Garcia Acosta o Eusebio Unzué. Pero mentiríamos, yo el primero, si no admitiéramos que nos mataba la curiosidad por conocer el detonante de la polémica.
En lo personal ya os acerqué hace tiempo un poco mi opinión con la publicación “Nairo Quintana y el verdadero problema de Movistar Team” . Una lucha de egos y un auténtico despropósito organizativo que llevaba años siendo la risa y la crítica generalizada del pelotón internacional.
Afortunadamente Unzué se percató a tiempo de que un equipo de la talla y el presupuesto de Movistar Team no podía permitirse más un espectáculo esperpéntico como el del pasado Tour. Fue entonces cuando en pleno Tour de Francia se empezó a materializar la marcha de Nairo Quintana y de Mikel Landa.
No quiero hacer de spoiler y seréis vosotros mismos los que vais a sacar conclusiones propias durante el documental, pero de lo que sí estoy convencido es de que Movistar y Unzué están, por fin, en el camino correcto.
Más de uno pensará o habrá criticado ya a la decisión de prescindir de Mikel Landa y Nairo Quintana. Dos de los mejores escaladores del mundo y que a día de hoy sigo pensando que por clase y talento tienen un Tour de Francia en las piernas.
Lo deportivo está muy bien, pero ambos han demostrado en reiteradas ocasiones falta de compañerismo y egocentrismo. Tocaba renovarse y dar aire fresco a un equipo que llevaba años viviendo en un bucle de polémica constante.
Quizá esto les lleve tiempo y es evidente que ni Enric Mas, ni Marc Soler, están todavía en condiciones de hacer sombra a Egan Bernal o Tadej Pogacar. Sin embargo si las cosas se siguen haciendo bien, se define una línea clara de actuación y por fin se empieza a correr como un equipo haciendo bueno el eslogan #rodamosjuntos , los resultados puede que terminen llegando más rápido de lo esperado.
La marcha de Carapaz, no me preocupa, lo que sí me preocupa es que entre egos, polémicas y discrepancias se desperdicie la oportunidad de arropar a un gran líder. Si, Purito Rodriguez, Denis Menchov, Luis León Sánchez o Rigoberto Urán , entre otros, decidieron ofrecer sus mejores años lejos de la estructura española quizá sea por algún motivo que vaya más allá del económico.
¿El que mejor parado sale de todo esto? Pues sin lugar a dudas Alejandro Valverde. Un señor dentro y fuera del pelotón que en todo momento se muestra ajeno a las polémicas del equipo y concentrado como un neo profesional a sus 39 primaveras. Casualidad o no, Alejandro Valverde, el ciclista infinito, no es criticado en esta ocasión por nadie. El murciano, más allá de su forma de correr, es un verdadero ejemplo de profesionalidad y sacrificio para todos los jóvenes ciclistas.