El culpable del milagro de Natalia Romero: "El mundo es de los locos"

Publicado por
Alfredo Varona
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Se llama Pedro Jimenez y es un profesor universitario de Jaén que vive en Madrid donde esta madrugada vio en soledad el éxito olímpico de Natalia. “Cuando pasamos al 800 nos decían, ‘estáis locos'”.

Es un hombre que te dice que “el mundo es de los locos”.

Y se acuerda cuando Natalia Romero pasó al 800.

– Y todo el mundo nos decía: “pero ¿estáis locos con su forma de correr y con lo corpulenta que es?”

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Pero Natalia Romero era una atleta que ya estaba saturada del 400 y que meditaba dejar el atletismo.

– No había logrado ni la mínima para un campeonato de España – recuerda hoy Pedro Jiménez, que es ése hombre: el entrenador de Natalia Romero, el culpable de todo este milagro.

Pedro es un hombre de 41 años que vio la carrera de Tokio esta madrugada desde su casa en Madrid, en el barrio de Mirasierra, bajo la más estricta soledad.

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– Me hubiera gustado estar en Tokio pero no había sitio para todos los entrenadores.

Pedro había hablado con Natalia el miércoles 35 minutos por teléfono.

– Estás en el mejor momento de tu vida -le recordó-. Pero todo pasa por hacer marca y si tienes la suerte de que la tuya sea una de las últimas series…

Y la tuvo.

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Natalia corrió la sexta serie. 

Y salió todo casi perfecto.

Y Pedro se acordó entonces de cuando le decía a Natalia:

– No tengas miedo al 800. No es una prueba tan técnica y tú eres muy exigente contigo misma. Porque Natalia es eso: la exigencia.

Pedro es profesor de metodología del entrenamiento deportivo en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y, como Natalia, es de Jaén.

Él del barrio de Las Fuentezuelas; ella del de La Alcantarilla.

– Yo entrenaba a gente de velocidad y saltos. Incluso entrené a su hermano de triple salto y ella participó en estudios de mi tesis doctoral.

Y un día de hace 9 años Natalia le llamó.

– Me siento estancada y no estoy a gusto. Necesito un cambio y quiero que me entrenes.

Y así fue.

Y en muy poco tiempo Natalia hizo marca en 400.

Pedro le dio “importancia al entreno de fuerza. Buscamos la calidad. Menos volumen y más intensidad. Y metimos evidencias científicas y adaptamos los ritmos a su consumo máximo de oxigeno”.

Hoy entrenan a distancia (ella en Palma y él en Madrid) pero hacen muchas concentraciones.

– Hay gente que desconoce que yo soy su entrenador. Pero la humildad no necesita presumir – dice Pedro.

Pedro, que anoche se acostó a las seis y hoy se levantó a las nueve y todavía le dura la adrenalina.

– No podía ni dormir.

Y ahora añade:

– En semifinales no hay que poner límites a los sueños. Natalia se ha quitado esa presión, esa ansiedadde debutar en los JJOO a los 32 años. Puede pasar cualquier cosa. Nunca sabes cuanto se quieren guardar para la final las favoritas.

– Usted es el culpable, el responsable de esto – le digo.

– Suena muy bonito dicho así.

– Es verdad que Natalia tuvo momentos dificiles – añade-. Iba a Europeos sub 23. Y cuando me buscó veía que no iba. Y traté de hacerla ver que con sus condiciones podía llegar muy lejos.

Y, pase lo que pase, ya ha llegado:

– Natalia esta fina ahora, sí. Pero al principio nadie apostaba por ella en el 800.  Pero nosotros creímos, como locos, en esta distancia junto a Enrique, su novio, que es la piedra en la que se sustenta todo.

Y a partir de ahora.

Quién sabe a partir de ahora.

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Alfredo Varona