Que Lanzarote es un paraíso para el deporte de resistencia no es desconocido para nadie. A la belleza del paisaje hay que añadirle lo benigno del clima, especialmente en invierno. Ese ha sido uno de los motivos fundamentales que me han llevado a elegir la Maratón de Lanzarote como mi maratón para este invierno.
Lanzarote es muy frecuentada por triatletas, de hecho es aquí donde se celebra el único Ironman Oficial de España. Los triatletas encuentran en Lanzarote un fantástico campo de entrenamiento. Iván Raña, el triatleta gallego, es embajador de la Maratón de Lanzarote. El otro día leí que estaba en la isla entrenando y mientras hacía un entrenamiento a nado se le acercaron delfines y lo acompañaron durante largo rato. Qué maravilla.
Ya me gustaría tener la elegancia corriendo que tienen los delfines nadando. Los delfines se utilizan como terapia para tratar a enfermos de síndrome de Down, autismo y depresión. Al parecer los sonidos que emiten los delfines tienen efecto en desbloquear ciertas partes de nuestro cerebro donde otros tratamientos convencionales no llegan. Curioso, ¿no?
Una de las cosas que definitivamente recomiendo al que visita Lanzarote es tomar el barco de Órzola que te lleva a la pequeña isla de La Graciosa. En cuanto te alejas un poco de la costa los delfines vienen a tu encuentro y te acompañan todo el trayecto. Es una pequeña isla muy poco habitada, un auténtico paraíso. Algo que quiero hacer estos días de vacaciones después de correr Lanzarote Marathon es volver a visitarla y corretear por sus playas vírgenes.
Nunca he corrido con animales, sí con “animales del asfalto” de esos que corren a menos de 4 min/km, pero eso no cuenta. Estaría bien que los runners tuviéramos algún tipo de animal que nos hiciera compañía a veces, las tiradas largas se me están haciendo muy largas y solitarias. Mi hermano tuvo un perro dálmata una vez y aguantaba los kilómetros que le echara, se lo llevaba a hacer travesías por la montaña.
El Lanzarote Marathon me hace tanta ilusión como las vacaciones que continuarán. Pero aún queda mucho trabajo por hacer, lo mejor es olvidarse hasta que se acerque el momento y seguir sumergido entre “delfines” que me acompañan cada día en el parque a hacer las series y las tiradas largas.
