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Del triatlón al Astana en menos de 4 meses

Javier Romo astana

Dicen que el camino al éxito es largo, duro y que no entiende de atajos y aunque a nuestro protagonista nadie le negará el enorme esfuerzo y sacrificio que ha hecho para llegar a lo más alto, es evidente que estamos ante un auténtico “rara avis” en el mundo del ciclismo.

Javier Romo es uno de esos talentos únicos que brillan con una luz diferente. Un superdotado que tiene una facilidad innata para competir en el mundo del deporte.

El joven ciclista de 21 años, que según se filtró en la pasada Vuelta a España, competirá con Astana hasta 2023, es uno de esos invitados sorpresa que nadie espera.

El albaceteño llegó al ciclismo prácticamente por casualidad. Lo suyo era el triatlón y la verdad es que no se le daba nada mal. En categorías inferiores acabó noveno en el campeonato del mundo junior y cuarto en el campeonato de España absoluto en 2018.

Todo apuntaba a que la “armada” española, encabezada por Javier Gómez Noya, seguiría reforzando una de las selecciones más potentes del mundo.

Pero la vida de Javier cambió radicalmente cuando nada más levantarse la veda del confinamiento salió a entrenar acompañado de dos ciclistas profesionales.

“la vida de Javier cambió radicalmente cuando nada más levantarse la veda del confinamiento salió a entrenar acompañado de dos ciclistas profesionales”

Héctor Carretero (Movitar Team) y especialmente Óscar Sevilla se percataron rápidamente de que tenían al lado a un diamante en bruto.

El veterano ciclista español le animó a competir y a que probará suerte con el ciclismo en alguna carrera amateur.

Javi no se lo pensó y rápidamente encontró acomodo en el equipo Baqué. Uno de los más potentes en el campo aficionado.

Su condición física era tan buena y su calidad tan descarada que a punto estuvo de dar el susto en su primera carrera. Una inoportuna caída a 200 metros de la meta lo impidió.

 

Pocas semanas después se presentó nada más y nada menos que a los campeonatos de España. Primero fue la prueba contrarreloj y posteriormente la de ruta.

Muchos darían por bueno el séptimo puesto de la contrarreloj (la primera propiamente de su vida) pero Romo sabia que el destino le tenia guardada una sorpresa mayor.

Con un superioridad aplastante y un poderío físico deslumbrante se proclamó campeón de España Sub 23 de fondo en carretera. Más allá del espectacular resultado lo que llamó la atención fue la “facilidad” con la que lo consiguió.

El campeonato naciona Sub 23 es uno de los más competidos y complicados. Todos los jóvenes talentos, elegidos por sus respectivas selecciones autonómicas, sueñan algún día con ser ciclistas profesionales. La exigencia es máxima y la competitividad enorme.

Romo hizo fácil lo que es sumamente difícil. Ganar un campeonato de estas características solo, con una buena ventaja y tras una larga cabalgada en solitario.

Evidentemente un resultado de estas características no paso por alto a directores deportivos y a ojeadores. Ganar una carrera de este nivel sin apenas haber competido era cuanto menos alucinante.

Romo compitió en algunas carreras más antes de cerrar su primera mini temporada como ciclista. Un calendario exprés que ya la ha abierto las puertas del World Tour.

En Astana compartirá equipo con otros ciclistas españoles como Omar Fraile, Alex Aramburu o Óscar Rodriguez.

 


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