Inicio Entrevistas De un laboratorio de Valencia a cruzar el Atlántico en 31 días

De un laboratorio de Valencia a cruzar el Atlántico en 31 días

Juan Bautista Romero, un corredor de trail que trabaja de técnico de laboratorio en la Universidad Politécnica de Valencia, ha cruzado en un barco remero de 8 metros el océano Atlántico desde La Gomera a las Antillas y ha ganado la prueba.

 

Esta historia viaja hasta la Isla Antigua, en Las Antillas, en el mar Caribe.

Y la rodean arrecifes de coral, claro.

Y llega de madrugada. A la una de la mañana. Después de 31 días remando 12 horas diarias en turnos de dos horas cada uno. Él, Juan Bautista Romero y sus tres compañeros de embarcación Sergi Franch, Martí Ramírez y Quim Planelles, “en un barco de ocho metros que era como una tabla de corcho en medio del océano Atlántico”.

Y él es Juan Bautista Romero, un tipo anónimo de 48 años, un ciudadano que vive en el barrio de la Amistad de Valencia. Un ingeniero de telecomunicaciones que después aprobó una oposición de técnico de laboratorio en la Universidad Politécnica de Valencia y que pidió una licencia sin sueldo (permiso no retribuido) para cruzar el océano o, como le digo yo, “para jugarse la vida” en el mar.

Y él no me dice que no.

-Porque estábamos a miles de kilómetros de la tierra y, si nos pasaba algo, no nos podía rescatar nadie en breve.

Y tuvieron que lidiar frente a vientos casi huracanados. Y frente a olas de 8 o 9 metros. Y frente a todo ese mal genio del mar que no se parece a la paz con la que Juan me atiende hoy desde el laboratorio de la Universidad Politécnica de Valencia.

-Ahora vengo más relajado al trabajo -explica-. La travesía me ha aclarado prioridades. Me ha enseñado a diferenciar lo prescindible de la vida, a relativizar la rutina, a no enfadarse por lo que no vale la pena.

Juan Bautista Romero es uno de los hijos de la EGB, en su caso en el colegio San Fernando de Lorca. La paradoja es que allí hacia todo lo posible por “huir de las clases de educación física” y, sin embargo, ahora se ha tirado cuatro años preparando la Talisker Atlantic Challenge entre La Gomera y Las Antillas (4.992 kilómetros, 2.696 millas náuticas).

– La prioridad era remar. Cuando terminabas tus 2 horas te levantabas. Sabías que tenías otras dos horas para comer, para asearte y para dormir lo que te daba tiempo. Y así fue durante 31 días.

-¿Y cómo se resiste? -le pregunto.

-De día no se llevaba mal. Pero de noche, cuando sonaba la alarma y a los diez minutos debías estar remando…Te levantabas cansado, desorientado y la única forma de contrarrestarlo era la cabeza fría. Sabías que ibas a pasarlo mal, pero que iba a ser un plazo pequeño de 2 horas.

Es más, hoy da la sensación de que le invade la nostalgia y de que sólo la ilusión por contarlo detiene la nostalgia. Y la realidad es que fueron durante 31 días en los que vivió en dirección prohibida. Pero todavía hay algo más importante en la vida que la lógica: la imaginación.

Y Juan, que ha sido un ciclista que ha terminado la Quebrantahuesos. Y Juan, que ha sido y es un perseverante corredor de Trail “al que se le da muy bien bajar y muy mal subir”, se sintió en el paraíso en medio del océano.

Incluso mediada la travesía se dieron cuenta de que podían ganar, entre los 130 competidores, y a todo el mundo le gusta ganar.

Y ganaron.

Y llegaron a Las Antillas, donde les dieron la bienvenida esas playas de arena blanca y ese mar azul turquesa que Juan Bautista Romero acompañó de la mejor manera posible: una llamada a su madre.

Llevaba un mes sin hablar con ella.

Y fue emotivo.

Y, como las emociones son sabias, Juan todavía se emociona al recordar que esta historia que empezó desde la casualidad.

-Sin saber por qué, un día me apunté a clases de iniciación al remo en la universidad. Se me daba bien y a las tres semanas ya estaba compitiendo.

Y hoy es dueño de una historia a la que quizá le estamos poniendo las palabras (sin perder el miedo ni el respeto) que le faltaban, porque hubo momentos.

– Sí, claro que los hubo -explica Juan Bautista-. Es más, este año hemos tenido muy mal tiempo. Ha habido mucha tormenta en el atlántico norte. Vientos en diferentes direcciones, olas de mucha altura que rompían la embarcación. Y la navegación, más que incómoda, fue peligrosa.

Y esto fue en la vida real y sin problemas en las rodillas, ¿quién se lo iba a decir?

-Exacto. ¿Quién me lo iba a decir?

Juan Bautista Romero: un hombre como tú o como yo que, tras terminar la carrera, empezó a trabajar en la industria de las telecomunicaciones hasta que vino la crisis.

-Y un día, tomando una cerveza con un amigo, me dijo: ‘¿por qué no te presentas a una beca de investigación?’

Y se presentó.

Y luego salió la oposición para el cuerpo técnico.

Y la aprobó.

Y hoy tiene tiempo y voluntad para disfrutar de placeres que no están escritos en ningún sitio más que en nuestra imaginación como esta travesía transoceánica entre La Gomera (Canarias) y la Isla Antigua (Las Antillas): la más dura del mundo.

Pero esa es la magia de la vida: la de decir ‘yo puedo y quiero hacerlo’.

 


Suscríbete a nuestro newsletter

Recibe en tu correo lo mejor y más destacado de LBDC

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí