De hacer las series en los jardines a la mínima olímpica: 1'44"82 en Marsella

Publicado por
Alfredo Varona
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Javier Mirón, el nuevo príncipe del 800, ha aparecido casi sin avisar a los 21 años desde Ibi, la sierra de Alicante, donde ni siquiera tiene pista para entrenar. Su entrenador es un bombero que le lleva a todas partes en su Renault Megane.

– ¿No es pronto para ir a unos JJOO a los 21 años? – le pregunto a Javier Mirón.

– A mí me lo pide el cuerpo y es lo que voy a intentar este fin de semana en el Campeonato de España y si quedo entre los tres primeros podría ir.

Javier Mirón acaba de hacer mínima olímpica en 800 en el meeting de Marsella: 1’44″82.

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– Me preocupa la semifinal porque en los campeonatos siempre hay un día tonto -añade Luis Arenas, su entrenador, un hombre de 55 años que trabaja de bombero y que en su época, hasta que se rompió el tendón de Aquiles, llegó a hacer 8’39” en 3.000  obstáculos.

– El 800 es una carrera que en cuestión de segundos puedes ser el último o el primero -razona hoy.

– Pero claro que pensamos en los JJOO. Es una oportunidad que está ahí y que debemos aprovechar. 

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Javier Mirón no se asusta.

– No, ¿por qué? esto va de correr.

– Joder, chico, ¡qué ilusión!– le dicen en el pueblo cuando saben que Javier puede ir a Tokio, nada menos que a los JJOO de Tokio.

Él que sí, que ha viajado a correr a Italia, a Francia, a Portugal, hasta Georgia…, pero qué jamás cambió de continente.

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Javier Mirón es un chico de Ibi, a 743 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Un pueblo rodeado de montañas de pino mediterráneo en la sierra de Castalla: Alicante.

Desde su habitación ve esas montañas.

Las montañas invitan a soñar.

A él; a su padre, que es un empleado de la fábrica de las Muñecas de Famosa; a su madre que, a los 55 años, estudia para administrativo, y hasta a su hermano, cinco años mayor que él, encargado de una industria de plásticos.

Y, por supuesto, a su entrenador Luis Arenas.

Uno de esos altruistas del atletismo sin los cuales el atletismo no sería lo que es.

Su coche, un Renault Megane de seis años, es la prueba más fiel.

El coche ya está cansado de viajar, de llevar y traer a los atletas.

Y mira que él es padre de tres hijos de 27, 24 y 20 años que aún viven en casa y que aún deben construir el futuro.

Pero el atletismo es el atletismo.

Luis Arenas lleva más de 40 años en el atletismo: desde los siete.

Y estos días anda inquieto pensando en lo que puede pasar.  

– No me gusta que Javier me lo escuche decir pero es verdad: estoy inquieto.

Javier Mirón, sin embargo, no habla del miedo.

– Soyun atleta de cristal que hasta ahora he tenido muchas lesiones y algunas importantes como la del psoas o el aquileo y, sin embargo, este año me están ocurriendo cosas tan buenas.

Esther Lahoz, que fue una de las mejores velocistas de España y que es la encargada del Scorpio (el anterior club de Javier Mirón antes de fichar por New Balance), me había avisado:

– Javier tiene unos metros finales extraordinarios. 

– Me gusta pasar la primera vuelta entre 51 y 53 segundos, a ritmos que no se me hinchen las piernas – razona Javier Mirón que, en cualquier caso, no se agobia.

– Lo importante es hacer caso a mi entrenador.

– En el 800 se ve fácil y cómodo – razona su entrenador -. Hemos llegado a un punto en el que sabe leer la carrera, en el que ha aprendido a llegar a los metros finales   y esa es la clave.

– Entonces es un torpedo -insiste.

– Quiero ser como Kevin Lopez o como Lewandoski – argumenta Javier Mirón -, contagiar emociones y hacer lo posible para que la gente desee verme correr.

– ¿A los 21 años se puede ser el mejor? – le pregunto.

– No. El mejor en  todo no, porque me falta  experiencia, bagaje. Pero sí se puede ser el mejor de los atletas de 21 años.

– ¿Y es usted el mejor?

– No, en Gran Bretaña, en África…, hay gente que corre más rápido que yo a mi edad.

Habla poco pero lo suficiente Javier Mirón.

– Estudio Terapia Ocupacional en el Campus de San Juan (Alicante). Elegí esta carrera para ayudar a personas que lo necesitan, para enseñarles herramientas para que puedan servirse por sí mismos.

– Después, cuando termine, quiero estudiar Fisioterapìa – añade.

– Soy un afortunado. Lo que hago en el atletismo es sacrificado. Pero si lo hago es porque me gusta y quién sabe lo que puede pasar mañana.

Mañana es hoy.

– A veces, hacemos las series hasta en los jardines porque en Ibi nos quitaron la pista de atletismo para hacer una piscina climatizada – dice su entrenador – . Pero aquí estamos, buscando pista de un sitio a otro de la provincia, y dentro de cuatro días vamos a correr el campeonato de España.

Javier Mirón realiza ahora una media de 30 o 40 km a la semana.

Entre sus entrenamientos se queda con el día que hizo 4×500 “a una media de 1’10” con 5’00” de recuperación”.

Su entrenador hablaría más de las series de 200 “a 25 segundos” que se le dan muy bien.

Javier Mirón insiste en coger “el truco a los entrenamientos duros” que son los que le permiten estar ahí: lograr días como el del meeting de Marsella.

1’44″82

Y, casi sin avisar, aquí está.

En la élite del 800.

Y es uno más en ese fantástico cartel que se anuncia para el Campeonato de España de Getafe (Adrián Ben, Álvaro de Arriba, Mariano García, Saúl Ordoñez, Pablo Sánchez Valladares…) que  ni en Las Ventas.

– A todo el mundo le ha dado por el 800 – ironiza Javier Mirón.

 

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Alfredo Varona