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Creer en ti.

Pasamos horas entrenando, nos dejamos la piel en cada serie, en cada kilómetro. Saliendo a practicar nuestro deporte tanto si llueve como si hace sol. Y lo hacemos porque disfrutamos dando el máximo y retando a nuestro cuerpo a cada paso. Pero a menudo salimos a entrenar, porque tenemos un objetivo claro en nuestro calendario. Es un día marcado en rojo y en el que tenemos que estar al 200%. Confías en tu entrenador y sabes que te hará volar ese dia, tienes ganas de que llegue, te sientes capaz de todo y preparado para el desafío. Pero entonces llega la semana previa.

Y allí están, las dudas.. Los miedos salen a la luz como vocecitas que se ponen detrás de la oreja y te van quitando energía lentamente, mientras sigues escuchandolas y pensando que tienen razón. Olvidas que los días previos ya no sirven para sumar entrenamientos pero si que sirven para restar energía con pensamientos negativos.

Creo que hasta el mejor de los atletas tiene dudas, pero el secreto está en saberlas gestionar. No agobiarse, cerrar los ojos y ver cómo esos pensamientos pasan como nubes por delante de nosotros; es complicado pero muy importante.

Tenemos que tener presente que los fantasmas que nos rondan (una mala competición en el pasado, una lesión, una caída…) se alimentan de los pensamientos negativos y se hacen grandes. Nos rodean y a veces pueden hacer que perdamos de vista nuestro objetivo. Por eso debemos mirarlos a la cara y aprovecharlos para hacernos fuertes. Forman parte de nosotros y serán nuestro trampolín, impulsándonos hacia nuestros sueños.

Os voy a contar mi experiencia personal.

El año pasado fue un año difícil, hubieron complicaciones y con cada mala experiencia, cada dia que pasaba se me hacía más complicado salir a la pista con actitud ganadora. Pero seguí luchando sin perder la sonrisa, nuestra mente es poderosa si sabemos controlarla. Cada derrota me dolía, pero me levantaba, me quitaba el polvo y seguía avanzando sin detenerme en ningún momento. No perdí la confianza en mí misma, pensando siempre en positivo y dando el máximo en todo momento. Sabía que lo más importante era no desanimarse, seguir persiguiendo mis sueños pasase lo que pasase era mi único objetivo. Lo fácil era rendirse y ser negativo y a mi las cosas fáciles no me gustan.

Pasó el verano y empezó la nueva temporada. Empecé con actitud de guerra dispuesta a sacar mi mejor versión. Con las primeras competiciones, noté que cuerpo y mente volvían a entrar en sintonía y se complementaban. Pero las dudas provocadas por las experiencias anteriores estaban ahí, acechando. Se acercaba el campeonato de España, venía de un año con 0 medallas (el único en mi currículum) y 5 días antes, no me veía capaz de correr.

Los fantasmas me invadieron y no me dejaban ver bien mi camino, era lunes y sabía que no podía permitirme gastar energía a lo tonto. Entonces me senté con mi música y acepte mis dudas, acepté todo lo ocurrido y acepté mis emociones. Levanté la cabeza, puse los hombros rectos y me dije a mi misma que íbamos a por todas o no íbamos.

Llegó el domingo y allí estaba, un año más en la línea de salida de la final de los 1500ml, con fuego en la mirada y una sonrisa en el rostro. Respiré hondo y dejé que fuese mi pasión la que corriese, las dudas ya no estaban y pude desplegar mis alas, disfrutando del primero hasta el último metro de la competición. Consiguiendo cumplir con el objetivo, pasar la meta en primera posición.

“Un pájaro posado en un árbol, nunca tiene miedo a que la rama se rompa, porque su confianza no esta en la rama, sino en sus propias alas. Cree siempre en ti.”- Ánonimo.


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1 COMENTARIO

  1. Me encanta leerte, me trago todo lo que escribes. Yo estoy preparando una prueba para septiembre, si me pasa algo parecido a lo tuyo espero acordarme de ti y también salir adelante como tu

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