El cambio de equipo no es ni mucho menos la única novedad en la temporada de Chris Froome. El británico que este 2021 ha dejado atrás la potente estructura de Ineos para empezar de la mano del Israel Start-Up nation un nuevo camino competitivo, tendrá que adaptarse a una nueva forma de trabajar, a un nuevo proyecto y por consiguiente al nuevo material.
Por primera vez en 11 años Chris Froome no llevará una bicicleta Pinarello y es que el equipo israelí montará, como ya lo ha venido haciendo esta última temporada, bicicletas Factor.
La codiciada marca británica de bicicletas, que también entra como uno de los patrocinadores más potentes, cumple así con el sueño de equipar a uno de los ciclistas más laureados de la historia. Un ciclista único y todo un referente comercial tanto para el mercado nacional como internacional.
Froome que se encuentra ultimando su último bloque de entrenamiento en territorio americano antes de debutar con su nuevo equipo en el UAE Tour, ha publicado recientemente un video en Youtube y en sus redes sociales en el que habla precisamente de este tema. Su relación con el nuevo material y especialmente con su nueva bicicleta.
El cuatro veces ganador del Tour de Francia nos deja 5 minutos que no tienen absoluto desperdicio. En un tono distendido y para lo que era de esperar, sorprendentemente neutral, reflexiona sobre la bicicleta Factor Ostro Vam.
El modelo de bicicleta que previsiblemente utilizará al menos para estas primeras carreras de la temporada. Un modelo visualmente espectacular y con una geometría agresiva y de corte aerodinámico.
Sin embargo, aunque Froome no lo comenta en ningún momento, no sería de extrañar que en etapas más montañosas o en vistas a los grandes objetivos se decantara por el modelo Factor 02 VAM. Una versión más escaladora, ligera y manejable en comparación a la Ostro Vam
Lo que si nos ha sorprendido y mucho, es que más allá de su opinión acerca de los componentes Ceramic Speed, el grupo Shimano, las ruedas Black Inc o el potenciómetro 4iii, Froome haya decido mojarse con los frenos de disco y mostrar abiertamente su opinión sobre de uno de los temas más calientes de los dos últimos años.
El eterno debate que enfrenta los frenos de disco con los de zapata, que cada vez parecía más decantando a favor de los primeros, vuelve a tomar forma después de las declaraciones del propio Froome.
El británico se moja y pese a aceptar, de una forma un tanto resignada, que los intereses de la industria van hacia el freno de disco, deja claro que en su opinión la tecnología asociada a los frenos de disco todavía no está lo suficientemente trabajada y desarrollada para el campo profesional.
Froome, que lleva varios meses testeando el freno de disco con su nueva Factor Ostro Vam, reconoce la enorme calidad de la frenada ante cualquier condición climatológica, pero al mismo tiempo encuentra varios defectos en la aplicación de dicho sistema.
Froome ve varios defectos en los frenos de disco. Algo que condiciona su aplicación al campo profesional
Por un lado, hace referencia al sobrecalentamiento que pueden sufrir los discos cuando afrontas una bajada de más de 5 o 10 minutos, lo que se traduce inmediatamente en una variación del tacto y la precisión de la frenada.
Además, Froome se queja del poco espacio de separación entre el disco y la pastilla algo que en ocasiones genera unos pequeños roces que podrían dificultar la optimización de la potencia. Un aspecto fundamental para uno de los “enfermos” de los vatios y los medidores de potencia.
Sin embargo, el ex ciclista de Ineos también tiene muy claro que el futuro va claramente orientado hacia los frenos de disco y que como ciclistas profesionales tienen la obligación de adaptarse a las nuevas circunstancias. La tecnología sigue mejorando día tras día y muy pronto espera estar completamente adaptado a su nueva bicicleta.
Una bicicleta que pesa unos 7 kilos y que el propio Froome desea poder rebajar rápidamente hasta el límite de 6,8 kg que marca la UCI.
