Lo vivido este pasado sábado en la Omploop Het Nieuwsblad es absolutamente insólito. La carrera femenina, que como viene siendo habitual en las grandes clásicas, transcurría durante el mismo día por las mismas carreteras que la de los hombres, pero con un kilometraje y horario diferente, fue mucho más rápida de lo que los organizadores habían podido prever.
La ciclista “responsable” de la movida fue Nicole Hanselmann. La ciclista suiza de 27 años salió con la intención de dar guerra a sus rivales, lo que no seguramente no sabía es que con tanto ímpetu también terminaría dando guerra a los organizadores. Hanselmann atacó en el kilómetro 7 y en el kilómetro 30 ya rodaba con más de 2 minutos de ventaja respecto al gran grupo femenino.
Los organizadores no contaban con que por delante los hombres se lo tomarían con algo más de calma, y que el pelotón rápidamente dejaría marchar a la fuga del día. Una fuga a la que dejarían coger hasta 14 minutos de ventaja, tiempo suficiente como para que Hanselmann diera caza al pelotón masculino.
Fue cuando Hanselmann empezó a divisar los últimos coches de equipo cuando los organizadores se vieron obligados a detenerla. Se tenía que evitar a toda costa que la suiza aprovechara el rebufo de los coches o que incluso se llegará a meter en el seno del pelotón masculino.
En un cruce de carretera la organización detuvo a la ciclista y le obligó a pararse durante varios minutos. El pelotón femenino la alcanzo, y aunque los árbitros cronometraron la diferencia exacta y Hanselmann pudo retomar la marcha con la misma ventaja nada volvió a ser lo mismo. El parón, las condiciones de frío y el “bajón” moral condicionaron el futuro de la “fugada”. Hanselmann terminaría finalmente en la posición 74 a 13 minutos de la vencedora final, la holandesa Chantal Blaak.
