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Calma antes de la tormenta

Hay una regla no escrita en maratón que dice que por cada segundo por kilómetro que vayas por encima de tus posibilidades al principio, perderás cuatro segundos al final. Da igual que seas el tipo más duro del universo, que tengas mucha confianza en ti mismo, siempre ocurre. El metabolismo nos funciona de forma parecida a todos, por eso siempre prefiero llevar un ritmo constante en cualquier maratón, aunque el perfil nos invite a volar en la primera parte. Hay que salir al ritmo que pensamos podemos llevar durante toda la carrera. En la maratón de Madrid los cuatro segundos de pérdida pueden convertirse en ocho, ese perfil ascendente final puede ser demoledor con los incautos.

Cuatro son también las semanas que me quedan de plan de entrenamiento para el Rock n Roll Maratón de Madrid. A falta de cuatro semanas, cada rodaje es importante y hay que mirarlo con lupa. No hay tiempo para probar cosas ni para saltarse “lo que toca”. Queda un último empujón hasta la cima en forma de “peak week” o semana de máximo kilometraje del plan, y luego a descender en kilómetros gradualmente para llegar en las mejores condiciones a la línea de salida. Utilizando un símil montañero, “un ochomil no te pertenece hasta que lo desciendes, mientras tanto tú le perteneces a él”.

Los rodajes buenos se siguen intercalando con rodajes regulares, es el efecto de la carga de kilómetros. Si sólo entrenara tres días por semana, a estas alturas debería ser capaz de encadenar muchos días buenos de entrenamiento seguidos. Pero no se puede, la línea que separa descanso y trabajo es muy fina para el corredor popular. Confío en que la reducción de kilómetros de las últimas semanas (tapering) ayude a recuperar buenas sensaciones.

A falta de cuatro semanas me encuentro tranquilo, voy cumpliendo con lo escrito y no me hago demasiadas preguntas sobre si los ritmos son mejores o peores que en planes anteriores, si las tiradas largas han sido suficientemente largas, etc. Me encuentro en situación de “calma antes de la tormenta”. ¿Has visto alguna vez cómo se forma una tormenta? Miras a tu alrededor y de repente ves que todo se tranquiliza. El viento parece que deja de soplar, se hace el silencio. Hasta los pájaros dejan de cantar y vuelven a sus nidos. Este fenómeno es lo que llaman “calma antes de la tormenta”. Tras unos minutos comienzas a notar cambios en el aire. De repente aparece una línea de nubes muy negras y empiezan a caer las primeras gotas de lluvia. Ya ha comenzado la tormenta. En cuatro semanas la tormenta se desatará en las calles de Madrid. Mientras tanto vamos a continuar tomando las medidas necesarias para que ésta no me haga demasiado daño.

Foto: paul bica

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