Son muy delgadas las líneas que separan la gloria del fracaso, el triunfo de la derrota, o lo heroico de lo grotesco. En el Maratón de Hannover del pasado domingo Michael Kunyuga llegaba en segunda posición perseguido muy de cerca por su compatriota keniano Duncan Cheruiyot Koech cuando colapsó justo a falta de 10 metros de la línea de meta y tuvo que finalizar a gatas tras una aparatosa caída. Por suerte logró acabar segundo.
Entre los corredores de larga distancia la pájara más común no es por acumulación de láctico sino la que se produce cuando se agotan las reservas de glucógeno del organismo y los músculos se quedan sin su principal y más eficiente fuente de energía para seguir ejerciendo su actividad. En ese momento, la fatiga aparece de forma irremediable y bastante repentina. Es lo que coloquialmente se conoce como la llegada del“hombre del mazo” o del temible “muro” en la maratón. Los pros acaban por dinero y gloria (en ese orden) y los amateurs (populares) por superación personal y la “gloria” que comporta en ocasiones forzar más de la cuenta. Aquí hemos recopilado unos cuantos ejemplos de días en los que le tocaba a Conan ser el hombre del mazo.
https://youtu.be/pc7pqkrv1T8
