Inicio Noticias & Blog Ayad Lamdassem, de desertar del equipo marroquí en 2002 a 'recordman' español

Ayad Lamdassem, de desertar del equipo marroquí en 2002 a 'recordman' español

Lamdassem posa con el cartel de Récord de España en Valencia / LBDC

La historia de Ayad Lamdassem daría tranquilamente para que HBO, Netflix o Movistar la transformaran en una miniserie. El flamante plusmarquista nacional de maratón tiene 39 años. Con casi 40 ‘palos’ ha logrado batir un registro de 14 años de antigüedad y que hasta hace poquito parecía poco menos que impensable. Ya avisó el atleta de origen marroquí en el Mundial de Medio Maratón de Gdynia, donde logró marca personal con 61’21” muchos años después, que estaba fuerte. Muy fuerte. Pero nadie o prácticamente nadie creía que era él la referencia y el as a seguir en busca de rebajar ese registro de Rey. Los ojos estaban más postrados en Hamid Ben Daoud.

Una fuga en 2002

Como decíamos, la de Lamdassem no es la historia al uso de un atleta que descubre su pasión, tiene mimbres, crece y va quemando etapas. Nacido en Marruecos, en 2002, cuando tenía apenas 21 años, estaba en una concentración con el equipo nacional marroquí en Santiago de Compostela. Harto del favoritismo y de las influencias que había dentro de la federación del país africano, decidió fugarse, desertar. “Aquella fuga cambió mi vida”, comenta en una entrevista con El Periódico de hace unos años.

Una nueva vida en Lleida

Ayad se estableció en Lleida, donde ahora está residiendo con su familia (tiene tres hijos). Antes de su carrerón en Valencia tenía una marca personal de 2:09:28 lograda en 2013 en Londres. Siete años después ha sido capaz el atleta del equipo Bikila de rebajarla en casi tres minutos. Una completa barbaridad. “Me da mucha pena porque era el único miembro de mi familia a quien se le daban bien los estudios. Cuando acabe mi carrera como atleta quizá vuelva a los libros”, comentaba Lamdassem, que había empezado la carrera de Económicas en Marruecos, antes de iniciar su nueva vida. Es musulmán, practicante. El rezo es vital en su día a día y en su paz interior.

Ha hecho historia. Apenas se lo creía cuando estaba a punto de cruzar la línea de meta y miraba más su reloj que el frente, donde le esperaba la gloria.


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