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Atleta y triatleta: Fernando Alarza corre en 29’08” los 10km de Laredo

“El problema es que me gusta mucho correr, me gusta mucho correr muy rápido, y me gusta mucho entrenar con atletas”

Por si a alguien le quedaba alguna duda de cuánto corren los triatletas de élite, Fernando Alarza (Talavera, 1991) confirmó en los 10km de Laredo que la flor y nata del triatlón mundial trata de tú a tú los ritmos vertiginosos por debajo de 2’55”/km en el último segmento.

Fernando Alarza lleva un tiempo llamando a la puerta más grande del triatlón mundial. 3º en el campeonato del mundo en 2016, ya sabe lo que es liderarlo y vencer pruebas. En 2018 espera que su madurez y su experiencia lo lleven a lo más alto de las Series Mundiales de triatlón, el circuito que corona al campeón del mundo.

29’08” en los 10km de Laredo

Los Juegos de la Commonwealth que se disputarán en abril en Gold Coast (Australia) han dejado un hueco en el calendario que ha permitido a Alarza probarse por fin en los 10km Laredo. “Por una parte me picaba la curiosidad de ver qué marca podría hacer, aunque realmente eso se sabría con los clavos en la pista; y por otra quería venir como preparación para las series mundiales, para ver exactamente dónde se sitúa mi nivel a pie y recabar la información que necesitamos para la preparación”, explica el talaverano.


“Cada vez nos respetan más a los triatletas”

“Era un día difícil para hacer una marca muy buena. Me quedé en tierra de nadie y tocó trabajar muy duro. Estaría más contento de haber roto la barrera de los 29 minutos, pero sé que la tengo en las piernas”. El ambiente “espectacular, que creo que solo lo tiene Laredo” presenció la exhibición del triatleta manchego, 7º en meta, que con su participación tendió un puente entre su deporte, el triatlón, y el atletismo. “Cada vez nos respetan más a los triatletas”, reconoce el mismo que reverencia a Chema Martínez, Higuero o Jesús España (“el correr más bonito que he visto en mi vida”, según Alarza), y que toma por referente en el atletismo a su excompañero de fatigas en la Blume Toni Abadía, quien batió el record de España de 10km en ruta en la misma prueba.

¿Cómo entrena la carrera a pie un triatleta?

Detrás de esos poco más de 29 minutos que acreditó en Laredo se esconde un volumen medio semanal de 80km, con picos de 110-115km, que forman parte de un total de 25-30 horas totales de entrenamiento efectivo a la semana. “Sin duda [la carrera a pie] es la disciplina en la que más cómodo me siento y la que más me gusta”.

Alarza no realizó ninguna preparación específica para la prueba. Tan solo descansó el día antes con una sesión de natación y otra de carrera, después de un pequeño “recordatorio” el jueves de 2x2000m alrededor de 2’45”/km.


“Cogemos lo que es importante y lo que más nos puede beneficiar y lo adaptamos al triatlón”

Fernando Alarza en la pomada del 10k de Laredo el pasado sábado

El triatleta talaverano, que vive a caballo entre su tierra y Galicia, se ha puesto en las manos del entrenador de atletismo Carlos Landín para preparar la carrera a pie, bajo la supervisión y coordinación con el resto de la planificación de Omar González. El triatleta califica de “fantástico” el trabajo que hace con Landín. “Cogemos lo que es importante y lo que más nos puede beneficiar y lo adaptamos al triatlón”, explica.

Lo que más ha modificado de su entrenamiento es el modo de hacer las series. “Antes las series rápidas las hacía con menos descanso. Ahora hago series más fuertes con más descanso”, dice el triatleta talaverano. Los técnicos y Alarza han pautado “muy bien” un protocolo de series rápidas, series medias, y el sábado, normalmente, ritmo de competición. “Tocamos todos los palos, más allá de las típicas 7 u 8 de 1000m que suelen hacer los triatletas, y también entrenamos con clavos para educar la pisada en la pista”, cuenta Alarza, que no abandona en ningún momento de la entrevista el plural mayestático.

Filosofía especialista

El triatlón es un deporte que no se presta a recetas únicas; la individualización es si cabe más necesaria para lograr un equilibrio entre disciplinas que solo existe en la utopía. “Nosotros tenemos la filosofía de que si nos acercamos a los especialistas de cada segmento: mejoraremos”.

La filosofía de Alarza contrasta por ejemplo con la del campeón del mundo, Mario Mola, que opta por un enfoque más holístico de triatleta. Su entrenador Joel Filiol, uno de los más reconocidos técnicos a nivel mundial, no ve sentido, de forma general, en hacer esfuerzos como el de Alarza en Laredo que perturben la planificación de un deporte que él califica de “carga crónica”. Otro triatleta de primera fila, Vincent Luis, sin embargo, entrena con el grupo de atletismo de Fahrouk Madaci, entrenador de Mahiedine Mekhissi-Benabbad (múltiple medallista olímpico de 3.000m obstáculos). El triatleta galo basa su preparación triatlética alrededor del grupo de atletismo, y sueña con ser olímpico también en el deporte rey.

Pese a buscar la especificidad en su trabajo con Landín, Alarza mantiene los entrenamientos de calidad a pie como última sesión del día, después de haber seguramente nadado y pedaleado. “Al final es a lo que tenemos que acostumbrarnos nosotros. Lo que nos interesa es saber rendir con la fatiga,” explica el triatleta.

Alarza disfruta de compartir sus entrenamientos con atletas, pero también es consciente de los riesgos que puede entrañar de cara al equilibrio de las tres disciplinas. “El problema es que me gusta mucho correr, me gusta mucho correr muy rápido, y me gusta mucho entrenar con atletas”, reconoce el manchego.

El difícil equilibrio entre natación y carrera a pie

Hasta que llegó Gómez Noya, y luego los hermanos Brownlee, en triatlón se solía decir que quien nada, no corre; quien corre, no nada. Todo eso cambió con los Tres Magníficos que han marcado una época en el triatlón mundial. Sin embargo, incluso para los mejores del mundo, el equilibrio es frágil entre dos deportes sustancialmente antagónicos. “Cuando tu nivel de atletismo mejora mucho, tu nivel de natación se puede ver lastrado con facilidad”, explica Alarza.

“Sí que ha habido momentos en los que he estado muy fuerte corriendo, a ritmos como los de hoy en Laredo, y que me ha lastrado nadando, pero creemos que hemos encontrado ya ese equilibrio que me permite nadar”.

Ese es uno de los motivos por los que el peso no es un factor tan crucial en el triatlón como en atletismo. Estar demasiado fino puede beneficiar la carrera a pie, pero puede hundirte en el agua y dar al traste con las opciones de disputar la prueba. Junto a una mala elección de la posición de salida desde la playa, ese fue el motivo principal de que Alarza no se colgase una medalla en los últimos Juegos Olímpicos. “Llegué demasiado bien corriendo, y demasiado fino, y eso creo que me lastró un poquito. Nos la jugamos bastante. Dijimos: si nos bajamos delante a correr, aquí puede pasar cualquier cosa… y no fue así. Pero si llega a ser así, nos lo habríamos pasado muy bien”, comenta mientras se ríe con picardía.

Ese “demasiado bien” al que alude Alarza se tradujo en entrenamientos previos a la cita olímpica como 3x3000m a 8’30” de media que, según él, algún día podrán valer unos 28’40” en las 25 vueltas a la pista. El talaverano prosigue la temporada de triatlón con el objetivo de proclamarse campeón del mundo, pero no oculta su ilusión por el tartán: “en el momento en que hagamos entrenamientos similares a los que hice antes de los Juegos de Rio, habrá que buscar un diez mi y ponerse los clavos”.


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