El sector marítimo busca las vías para su descarbonización

El sistema de comercio de derecho de emisiones será vigente a partir de 2024.

El sistema de comercio de derecho de emisiones será vigente a partir de 2024.

El transporte marítimo es el responsable de cerca del 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea (UE). Los planes para lograr el objetivo fijado por el Consejo Europeo de reducir un 55% todas las emisiones -respecto a los niveles de 1990- desde ahora hasta el 2030 incluyen la inclusión en 2024 del sector marítimo en el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (EU ETS, por sus siglas en inglés), el sistema de comercio de emisiones más grande del mundo.

La medida, que facilita un periodo de transición, busca que los operadores paguen por las emisiones de los barcos que excedan un máximo fijado, para descarbonizar el sector y acelerar entre las navieras la implementación de tecnologías más sostenibles.

Tras una revisión por parte del Consejo y el Parlamento, el año que viene entrarán en el mercado de derechos de emisión los barcos de más de 5000 toneladas (buques de carga, cruceros, petroleros, militares y yates de gran tamaño). La revisión establece que solo se pagará por la mitad de las emisiones generadas en las rutas que conectan puertos europeos con destinos fuera de la UE, mientras que en las conexiones dentro de la UE computarán el 100%.

La aplicación será, además, gradual: el próximo año se abonará por el 40% de las emisiones, en 2025 por el 70% de las emitidas en conexiones dentro de la UE y, en 2026, por el 100%. Ese año, se incluirán en el cómputo otros contaminantes, como el metano (CH4) y óxidos nitrosos (N2O). Finalmente, en 2027 se prevé incluir los grandes buques de más de 5000 toneladas de servicios en alta mar o ‘offshore’, los que proporcionan servicios y soporte en operaciones en alta mar, especialmente en la industria de petróleo y gas, energías renovables marinas y otras actividades submarinas.

Los pagos de derechos de emisión recibidos se destinarán al Fondo Social para el Clima de la UE (SCF), para facilitar la transición energética a ciudadanos y microempresas. Este mecanismo se sumará al Fondo de Modernización ya en marcha, que destina a países miembro de la UE dinero recaudado en el mercado de derecho de emisiones para agilizar su camino hacia la neutralidad climática; y al Fondo de Innovación, que promueve tecnologías innovadoras bajas en carbono.

No obstante, el sector considera que “si bien la extensión del mercado de derechos de emisiones (EU ETS) al transporte marítimo ayudará a descarbonizar la economía y acelerar la implementación de tecnologías más sostenibles”, al mismo tiempo indica que “podrían aparecer algunos efectos adversos, ya que esta política no se aplicará a escala global”. Así lo sostiene el Centro de Innovación del Transporte (CENIT), ubicado en Barcelona y especializado en retos logísticos y de transporte, que ha realizado un análisis de los posibles mecanismos de evasión por encargo de Puertos del Estado.

Según afirman los investigadores Javier Garrido, Marici Hervàs y Chiara Saragani, los operadores de las rutas procedentes de América y Asia pueden optar por dirigirse al norte de África, hacia Tánger, Nador, Alejandría o “futuros nuevos centros de transbordo que mantendrían una ventaja competitiva”. De esta forma, las empresas pagarían solo los costes de emisiones de rutas más cortas entre estas nuevas escalas y el puerto final en la UE, ya que el EU ETS únicamente se aplica en las fronteras marítimas europeas. Se trataría de una reconfiguración de las rutas que ahorraría costes a las compañías navieras y conduciría a la llamada “fuga de carbono”, una transferencia de emisiones de un país concreto a otras regiones con ausencia de política climática.

La UE está trabajando para que la norma se acoja a nivel internacional, en línea con lo propuesto en 2015 por la Organización Marítima Internacional (OMI), para evitar la evasión fiscal y para que las navieras centren sus recursos en soluciones más sostenibles y no tanto en nuevos centros logísticos estratégicos. “La Unión Europea debería adoptar un enfoque más insistente con la OMI y tratar de ejercer más presión para extender el EU ETS a todos los países”, subrayan los expertos del CENIT.

También recetan como solución promover la investigación de soluciones innovadoras que podrían ayudar a acelerar el proceso de implementación de energía limpia, “como la financiación para la renovación de las flotas con barcos más sostenibles, generando así beneficios tanto para el medio ambiente como para el negocio naviero”. De esta forma, se reduce la reticencia de las empresas involucradas a asumir el impuesto al carbono. Precisamente, en esta línea, se ha definido que el 75% del dinero recaudado se destine a los fondos para promover la innovación en la transición para un sector marítimo europeo más eficiente energéticamente y más resiliente climáticamente.

AUTOR: Glòria Ayuso