Alumnos de 63 escuelas siguen a tiempo real la aventura de cruzar el Atlántico en un velero

El programa educativo permite mediante el vínculo entre navegantes y jóvenes plantear de forma holística las matemáticas, la física, la biología, el medio ambiente, la psicología… y, claro está, el deporte de vela.

Alumnos de 63 escuelas siguen a tiempo real la aventura de cruzar el Atlántico en un velero

Una persona a bordo de una embarcación minúscula impulsada por el viento, en solitario y sin asistencia, debe cruzar todo el Atlántico. Son más de 4.000 millas náuticas, desde la Bretaña francesa hasta el Caribe. Así empieza la aventura no solo para los participantes de esta regata, la Minitransat, sino también para más de 5.000 alumnos de 63 centros educativos de Catalunya, las Islas Canarias y Madrid, que siguen a tiempo real esta heroica peripecia.

Si la meteorología lo permite, el sábado 28 de octubre los 90 participantes de la regata partirán de Santa Cruz de la Palma hacia su destino final, la Isla Guadalupe. Cada clase ha apadrinado a un navegante, que lleva inscrito en su pequeño velero, de solo 6,5 metros de eslora, el nombre de las escuelas que le están siguiendo. A través de un canal de Instagram abierto para la comunicación se han intercambiado mensajes de ánimo.

Por la misma vía, se plantean preguntas a los alumnos: ¿Cómo afrontan la inmensidad del océano desde un velero poco más grande que el tamaño de un coche? ¿Qué cálculos deben hacer para seguir la ruta? ¿Cómo descansan? ¿Qué comen para poder estar en buena forma? ¿Cuál es su estado de ánimo? “Esta aventura sin duda nos ofrece un enfoque holístico a todas las materias de aprendizaje. Empezamos motivando a los alumnos explicándoles el reto deportivo, y acabamos hablando de física, geografía, especies marinas, del cuerpo humano, el viento, la sostenibilidad, el clima, la astronomía…”, explica la profesora del Institut Jaume Balmes Olga Montanyà.

Impulsado por el Museu Marítim de Barcelona y la Fundació Barcelona Capital Nàutica, el programa dirigido a las escuelas, y que lleva el nombre de “22 días en 22 pies. Una aventura en solitario en el Atlántico”, facilita a los docentes el material y los recursos formativos necesarios. Los participantes a bordo de sus veleros ya han recorrido el trayecto que separa Le Sables d’Olonne, el punto de salida, y La Palma, el único alto en el camino. Los alumnos han tenido que construir un mapa de navegación. Consultando el ‘tracker’ de la regata cada día, pueden conocer la ubicación de cada barco y marcar en el mapa su posición, comprobando si están siguiendo el camino que han definido o se están desviando de él.

Alumnos de 63 escuelas siguen a tiempo real la aventura de cruzar el Atlántico en un velero

Carlos Manera Pascual, a bordo del barco XUCLA (1081), es por el momento el primer clasificado. Él mismo ha construido su propio velero, una embarcación muy austera. “Empecé a navegar durante un casal de verano de vela. Esta es mi segunda Minitransat, ¡una locura de proyecto! Para mí, participar era un sueño que tenía desde pequeño. Hay que perseguir esos sueños que tenemos porque se hacen realidad”, explica Manera, en un vídeo dirigido a los alumnos que le siguen.

“El Museu Marítim tradicionalmente ha mostrado una imagen de la historia, pero queremos también ofrecer una nueva visión del mar y la navegación en color y en tiempo real”, señala el director general, Enric Garcia, que considera que la Ministransat es una gran oportunidad que “nos permite llegar a las aulas explicando la épica de los navengantes que se enfrentan solos a la meteorología y el mar”.

Creando un vínculo entre los jóvenes y los navegantes, este proyecto educativo “permite no solo fomentar el deporte en general y el deporte de vela en particular, también da a conocer el mar y la importancia de la sostenibilidad”, incide el director de operaciones y proyectos de la Fundació Barcelona Capital Nàutica, Juli Hernández.

AUTOR: Glòria Ayuso